Horacio Rodríguez Larreta armó una cumbre con aliados en todo el país para marcarles la cancha a Macri y a Bullrich
El jefe porteño reunió a unos 3000 dirigentes de Pro del interior, la Capital y la provincia de Buenos Aires en un acto en Costa Salguero para hacer una demostración de fuerza y consolidar su proyecto presidencial
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Horacio Rodríguez Larreta no solo está convencido de que para ganar la elección nacional y darle sustentabilidad en el tiempo al plan de reformas que aspira a poner en marcha en 2023 deberá mantenerse en el centro del espectro político, alejado de los extremos, sino que requerirá de una construcción territorial sólida en todo el país. Es más, considera que la apuesta por exhibir articulación a nivel nacional y tejer acuerdos para garantizarse el apoyo político en un eventual gobierno es una de sus principales diferencias con Mauricio Macri, quien fue su mentor y ahora es su gran rival en la interna de Pro.
Por eso, Larreta buscó hoy hacer una nueva demostración de fuerza ante Macri y Patricia Bullrich, su contrincante en la pulseada por la candidatura presidencial de Pro. Cuando faltan nueve meses para las PASO, pretende marcarles la cancha a sus adversarios internos en Juntos por el Cambio y exhibir su red de aliados a nivel nacional. Por primera vez, Larreta reunió a referentes de Pro y aliados del interior del país, de la Capital y de la estratégica provincia de Buenos Aires. Con esa puesta en escena, el jefe porteño pretende consolidar su ambición de pelear por la sucesión de Alberto Fernández en los comicios del año próximo.
Al acto en Costa Salguero, que tiene al alcalde porteño como único orador, asistieron unos 3000 dirigentes de JxC. Si bien la mayoría son dirigentes de Pro que aspiran a protagonizar el proceso electoral de 2023 en sus distritos, Larreta también convocó a varios de los socios del partido fundado por Macri que impulsan su candidatura presidencial. Eso sí, para evitar ruidos con la UCR, que apalanca a Gerardo Morales y Facundo Manes como eventuales presidenciables, no hubo emisarios del radicalismo en el mitin del larretismo.
Larreta cree que, en caso de ganar la elección, JxC heredará una situación económica y social muy compleja. Ese panorama, repite el alcalde por estas horas, exigirá apostar por un “cambio profundo”. “Esas transformaciones van a necesitar un apoyo político fuerte en las gobernaciones o municipios del interior y del conurbano”, enfatizan en la cúpula de Uspallata, donde monitorean con preocupación el crecimiento de Bullrich en los sondeos.
Durante su discurso en el acto en Costa Salguero, Larreta ensayó una arenga ante sus aliados y ratificó su apuesta por la búsqueda de consensos para garantizar “el cambio”. “Tenemos que encontrar puntos de acuerdo y construir una masa crítica que nos permita hacer las transformaciones y sostenerlas en el tiempo”, dijo. Larreta presentó a su red de aliados como la “generación” que cambiará a la Argentina. “No hay otro equipo que tenga la capacidad y la experiencia para gobernar que tenemos nosotros”, enfatizó.
No solo aventuró un triunfo en Buenos Aires, fortaleza electoral del kirchnerismo, donde apalanca a Santilli, sino que vaticinó una ola opositora en todo el país. De hecho, arremetió contra los gobernadores del PJ que hicieron cambios suspendieron las PASO o establecieron la ley de lemas: “Están todos preocupadísimos buscando todas las trampas posibles para no perder. La ven jodida”, afirmó.
Lanzado a la carrera presidencial, Larreta se aferra a tres pilares de su construcción política: consolidar la unidad de JxC, ampliar la base de sustentación de la coalición y apostar por solidificar la construcción territorial y el poder político una vez sorteada la elección nacional. Presume que la autoexclusión de Cristina Kirchner del escenario electoral de 2023 colaborará a despolarizar la discusión durante la campaña. “Eso es bueno para nosotros”, evalúan en el entorno del alcalde.
Entre los concurrentes estuvieron varios eventuales postulantes a gobernador, como Diego Santilli (Buenos Aires), Rogelio Frigerio (Entre Ríos); Luis Juez (Córdoba); Ignacio Torres (Chubut); Claudio Poggi (San Luis); Omar de Marchi (Mendoza); Martín Maquieyra (La Pampa); Gabriela Neme (Formosa); Germán Alfaro (Tucumán) y Marcelo Orrego (San Juan), entre otros. A diferencia de las cumbres de septiembre pasado, en las que también buscó mostrar musculatura y su red de alianzas, Larreta mezcló a sus aliados provinciales con los representantes bonaerenses que lo respaldan en su cruzada por llegar a la presidencia. Al acto de Costa Salguero asisten intendentes y dirigentes territoriales de las secciones electorales más importantes de Buenos Aires -donde se definen los comicios nacional-, como Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Julio Garro (La Plata), Soledad Martínez (Vicente López), Héctor Gay (Bahía Blanca) y Ezequiel Galli (Olavarría), entre otros.
La excusa formal de la convocatoria –orquestada por Omar De Marchi, uno de los estrategas del alcalde en el interior-, fue reunir a la dirigencia de Pro que orbita cerca de Larreta para hacer un brindis y cierre por fin de año. Sin embargo, el alcalde confía en que la puesta en escena le permite exhibir los alineamientos que logró en el tablero interno del macrismo. Si bien algunos manifestaron su apoyo a Larreta explícitamente, la mayoría de los dirigentes que aspiran a ser candidatos a gobernador en 2023 no quieren que la interna nacional de Pro afecte sus armados locales. Por ese motivo, si bien simpatizan con Larreta, no rompen puentes con Bullrich y Macri. “No es un lanzamiento de Larreta, pero esto demuestra que el 90 por ciento del poder real de Pro juega con Horacio. Vamos a marcarle la cancha a Patricia”, asegura uno de los estrategas del jefe porteño.
Al acto en Costa Salguero también asistieron los cuatro dirigentes de Pro que aspiran a competir por la sucesión de Larreta. Se trata de los ministros Jorge Macri (Gobierno), quien cuenta con el aval del expresidente y de Bullrich, Soledad Acuña (Educación), Fernán Quirós (Salud) y el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Emmanuel Ferrario. Atento a su alianza con Martín Lousteau y consciente de que aún debe superar varias postas en su carrera hacia la Casa Rosada –un camino plagado de obstáculos-, Larreta evitó los guiños internos y mantuvo una posición neutral frente a los aspirantes. Es decir, no le levantará la mano por ahora ni al primo del expresidente, con quien mantuvo una conversación a solas hace un par de semanas tras el cortocircuito por el acuerdo con Bullrich, ni a Acuña ni a Quirós ni a Ferrario. Los dejará correr y prevé tomar una definición recién en mayo. Está claro que su prioridad es fortalecer su candidatura nacional y, a diferencia de Macri, considera que el Pro tiene altas posibilidades de retener su bastión por la valoración en la ciudadanía de la gestión del gobierno porteño. Está convencido de que su bendición pesará tanto como la de Macri, pero aún no definió si ungirá o no a uno de los aspirantes. Si bien mantendrá la posición neutral, promete ante propios y extraños que les dará prioridad a los candidatos de Pro. Su sociedad con Lousteau genera resquemores en el macrismo y el ala dura de Pro.
En plena batalla por la candidatura presidencial de Pro, Larreta y Bullrich coinciden en un punto: resisten la idea de Macri de instalar candidatos únicos (el denominado plan “Y”) del partido para evitar una fragmentación de la oferta electoral en distritos clave. El alcalde considera que Macri no puede forzar a candidatos locales a mantener la neutralidad. “Si hay competencia a nivel nacional, ¿con qué argumento se impide que haya una disputa en las demás categorías?”, remarcan cerca de Larreta.
Con Macri en Qatar por el Mundial, Larreta acelera el armado de su proyecto presidencial y pulsea con Bullrich por el liderazgo opositor.
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