Hombre de campo y periodista, el juez del que depende el futuro de Vicentin
El juez Fabián Silvano Lorenzini, de 44 años, que tiene en sus manos el futuro de una de las principales empresas agropecuarias de la Argentina, el Grupo Vicentin, es un hombre nacido en el campo, con alguna experiencia como periodista y menos de dos años como magistrado.
El plan de estatización impulsado por el Gobierno lo puso en el centro de la escena política nacional. Y después del fallo con el que le puso un freno a la intervención kirchnerista, acaba de convertirse en un blanco directo del malhumor presidencial: Alberto Fernández lo descalificó y le advirtió que si no acepta la nueva propuesta ideada por el gobernador Omar Perotti "solo quedará expropiar".
Lorenzini es hijo de un trabajador rural de Los Laureles, un paraje del norte santafesino dedicado a la actividad agrícola de 1500 habitantes, y de doña Margarita, que era la peluquera del pueblo. Como no había hospital allí, nació en Román, el pueblo de al lado, el 29 de mayo de 1975, donde también estudio la secundaria, al tiempo que su padre empezó a trabajar en la cooperativa de ese lugar.
Se fue a estudiar con sacrificio a Santa Fe, donde se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral en 1993, con 22 años. Su papá se jubiló cuando estaba en el segundo año de la facultad y Lorenzini se sumió en la incertidumbre económica. Su padre ganaba 300 pesos de jubilación en la época del uno a uno y fue la ayuda de su madre, de sus tíos, hermanos y de sus allegados lo que permitió seguir estudiando en la capital provincial.
Igual no le alcanzaba para llegar a fin de mes. Así lo recordó en una entrevista con el periodista Gustavo Raffín, del diario Reconquista Hoy, apenas fue aprobado su pliego como juez civil y comercial de Reconquista, en 2018.
Contó que compartió departamento con hasta 7 compañeros, con los que se repartían los gastos y se ayudaban en forma solidaria para el alquiler o la comida. Arroz era el menú obligado de la vida de estudiante, al punto que ya harto de esa dieta, un día el juez escondió todos los paquetes de arroz de la casa para obligar a sus compañeros a cambiar de dieta. Pero ellos lo vieron y cuando regresó a su casa lo esperaban con una tarta. Feliz, el juez contó que la cortó pensando que había conseguido lo imposible, pero en realidad era una tarta de arroz.
Periodista y empleado del Banco Nación
Cuando estaba en la facultad, Lorenzini empezó a ganarse la vida como periodista, cubriendo las noticias judiciales para el diario La Provincia, de Reconquista. "Hacía la cobertura de los tribunales en los juzgados penales de Santa Fe con el grabador intentando ser periodista. Fue una linda época", recordó.
Alberto Fernández, sobre el banderazo: "Es gente que está confundida"
Lorenzini asumió en noviembre de 2018 como titular del Juzgado N°2 de primera instancia en lo Civil y Comercial en Reconquista, donde cubrió la vacante que durante varios años dejó la jubilación de Manuel Agustini.
Un juez sabotea la intervención a Vicentin. El problema más grave de la argentina no es ni el coronavirus ni la deuda externa, es el poder judicial.&— Carlos Rozanski (@CarlosRozanski) June 19, 2020
"La vida ha sido muy generosa conmigo", recordó. Apenas se recibió de abogado fue a vivir a Reconquista. Está casado con la abogada Leticia Sánchez, hija de una maestra y un director de la escuela agrotécnica, y tiene una hija de 7, Renata y un hijo 4 años, Lautaro. "Mi compromiso y mi vida están en Reconquista", contó.
Trabajó como abogado de la sucursal Reconquista del Banco Nación y cuando la Legislatura aprobó el pliego de Lorenzini como juez, el 22 de noviembre de 2018, no tuvo ningún voto en contra, solo 4 abstenciones. El Gobierno provincial era socialista y en la Legislatura provincial había mayoría peronista.
El concurso de Vicentin
Su trabajó en el tribunal transcurrió sin sobresaltos hasta el lunes 10 de febrero de 2020, cuando recibió la presentación del Grupo Vicentín en la que le solicitó la apertura del Concurso Preventivo de Acreedores. El poderoso grupo empresario de Reconquista, central en la economía local, que mueve miles de millones de dólares, buscó en la Justicia local amparo para encontrar una salida y evitar la quiebra.
Estamos en un momento crítico de la historia de la humanidad. Y ante el fracaso del sistema económico. O nos siguen mandando las corporaciones financieras, o nos devuelven el mundo para la producción y el trabajo: Por eso aquí y ahora procede la expulsión de la mafia Vicentin.&— Alicia Castro (@AliciaCastroAR) June 20, 2020
El primer gran desafío que tuvo por delante fue determinar qué hacer ante el decreto de necesidad y urgencia que dictó el presidente Alberto Fernández para intervenir Vicentin, que fue tachado de inconstitucional por conspicuos abogados comercialistas y constitucionalistas del país. La cerealera, por lo pronto, pidió que sea el juez el que defina los alcances de la intervención. El viernes decidió jugar fuerte, al dejar a los interventores nombrados por Fernández como meros "veedores" y devolver el control de la empresa a su directorio.
"Mi compromiso y mi vida está en Reconquista, pero soy parte de esta comunidad. Que Dios nos ilumine", dijo el juez cuando asumió. Ahora tiene en sus manos el futuro de la empresa de la que vive todo el pueblo. Y le toca enfrentar el poder de la Casa Rosada y el kirchnerismo, decididos a torcerle el brazo.
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