Vicentin: Avellaneda se transformó en el epicentro de una protesta histórica
AVELLANEDA.-La música de fondo que sonaba en la ruta 11 era la canción Resistiré, que se repetía una y otra vez por los parlantes. Esa melodía ayudó a recargar la premisa de una movilización histórica en Avellaneda, el norte de Santa Fe, donde unas 10.000 personas rechazaron la expropiación de Vicentin bajo un lema más amplio que se amplificó en las principales ciudades del país:"Mañana sos vos".
Hace apenas diez días nadie hubiera imaginado en Avellaneda, una ciudad de 30.000 habitantes del norte de Santa Fe poco predispuesta a las protestas y movilizaciones, que un sábado un tercio la población iba a estar agitando la bandera argentina en la ruta 11, para reclamar que el Estado no expropie una empresa, que en esta zona tiene una relación con la población que trasciende los límites comerciales.
"El país nos escuchó porque no salimos a defender a una empresa, sino a cuidar lo nuestro", sintetizó, atravesada por la emoción, Imelda Moschen, que recordó que su padre trabajó durante 33 años como soldador en esa compañía que hoy está en convocatoria de acreedores, con un pasivo de 99.000 millones de pesos, y hasta el viernes estuvo administrada por los interventores del gobierno, ahora relegados a veedores, tras el fallo del juez de Reconquista.
La palabra "expropiación" y la forma en la que desembarcaron en Avellaneda los interventores el 9 de junio pasado fueron las claves para encender la bronca de una ciudad, cuya identidad no se la puede separar del crecimiento y derrumbe de una empresa familiar que se creó en 1922 a partir de un almacén de ramos generales y se transformó en la cuarta agroexportadora más grande del país.
Ese descontento que explotó en Avellaneda terminó por viralizarse en todo el país, primero con cacerolazos la semana pasada, y luego con un banderazo que tuvo fuerte impacto. La resistencia a la expropiación de Vicentin se transformó en una consigna más amplia, ante la insinuación del avance del Estado sobre la propiedad privada, un lema que la gente adjuntó al de la expropiación.
Bajo un cielo nublado y un calor intenso y extraño para junio -que superó los 31 grados-productores agropecuarios, empleados y ciudadanos del norte de Santa Fe mostraron que nadie les va a sacar de la cabeza por ahora que el objetivo del gobierno es la expropiación de la firma.
Quedó claro que por más que aparezcan otras opciones, como la que planteó el viernes el gobernador Omar Perotti, los ciudadanos del norte de Santa Fe no pueden erradicar de su imaginario que la única finalidad del gobierno "es quedarse con la empresa", como afirmó Héctor Cucit, ex concejal y titular del gremio mercantil.
"Ayer fue el grito de Alcorta hoy es el grito de Avellaneda", resaltó el sacerdote Tomás Spanghero, para sembrar un tono épico al abrir el acto, donde las banderas argentinas le dieron una escenografía particular. "Cuidemos lo nuestro", gritaba Cucit, que hizo de conductor.
Junto al pequeño escenario había una enorme bandera que decía: "Propiedad privada", sin ningún verbo. Yoly Agretti, una docente de la zona, rescató la figura de Manuel Belgrano y pidió a los productores que asuman el coraje del creador de la bandera para "pelear por lo nuestro".
"Dejen de usar el término rescate. Nosotros siempre encontramos la manera de salir", sostuvo, y aclaro: "No vamos a meternos en lo que no sabemos que hizo la empresa".
Como la 125
Corina Massat, una productora autoconvocada, opinó que este momento le hacía recordar a 2008 cuando la gente se levantó contra la 125. "Esto se está dando en otras provincias, donde la gente se manifestó para cuidar los principios constitucionales del país", dijo la mujer y le dio paso a otro dirigente agropecuario, Norberto Niclis, vicepresidente de Coninagro, que desde un principio estuvo involucrado en el conflicto de Vicentin.
Niclis contó que "le chocó mucho entre la gente el anuncio del presidente" (sobre la expropiación) porque "no cumplió con la constitución". "Tenemos que tener la esperanza que el presidente tuvo un diagnóstico equivocado. Quizá creyó que los empleados de Vicentin y los productores estaban contentos. Y se equivocó porque los productores no quieren la expropiación no solo de Vicentin sino de nadie", dijo.
"Vinimos a defender a las economías regionales. Nuestra defensa es por las empresas familiares. Estamos aquí para defender el arraigo. Para darle la oportunidad a nuestros jóvenes de que puedan quedarse, vivir y trabajar en el lugar que los vio nacer", sostuvo Dionisio Scarpin, intendente de Avellaneda.
Luego del fallo del juez Civil y Comercial Fabián Lorenzini, que repuso en sus funciones al directorio de la compañía el clima se distendió en esta localidad de 30.000 habitantes, pero las declaraciones del presidente Alberto Fernández volvieron a generar cierta incertidumbre y malestar.
Durante la mañana, unas horas antes de que comenzara el banderazo, el jefe de Estado aseguró que si el juez Fabián Lorenzini no avala la propuesta del gobernador Omar Perotti –de una intervención provincial- no queda otra opción que la expropiación. "Sólo buscan la expropiación. Sabemos que es el único camino. Después las otras cuestiones que hay en el medio son sólo para desviar la atención", dijo un Antonio, un ex empleado de la firma.
"Es más de lo mismo, es una expropiación light pero es una expropiación. No es el espíritu de lo que queremos, queremos que nos dejen trabajar, solucionar nuestros propios problemas", afirmó Hector Vicentin, de los directivos de la firma.
El empresario dijo no estar de acuerdo con la propuesta de Perotti "porque ha dado malos resultados". "A parte qué confianza van a tener los productores que el Estado les va a pagar", sostuvo. Vicentin aseguró que con la expropiación de la compañía, el Gobierno busca "dominar el comercio de granos". "Es una forma de meter la mano en un negocio de millones de dólares, y con Vicentin puede hacerlo fácilmente", señaló.
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