Histórica imputación en EE.UU.: Donald Trump fue acusado en un tribunal de Manhattan y se declaró “no culpable”
El expresidente fue imputado en la causa que investiga el pago secreto a la estrella porno Stormy Daniels
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WASHINGTON.- De pie en el tribunal, acompañado por sus abogados, Donald Trump miró al juez y respondió a una pregunta que nunca antes había tenido que responder un presidente de Estados Unidos con dos palabras: “No culpable”. Trump fue formalmente acusado este martes en Manhattan de falsificar registros contables de la Organización Trump “para ocultar información perjudicial y actividades ilegales a los votantes estadounidenses antes y después de las elecciones de 2016″. La acusación deriva de varios pagos secretos, incluido uno por 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels para impedir que divulgara un affaire entre ambos, un escándalo que permaneció oculto durante años, salió a la luz y terminó sacudiendo el escenario político y cambió para siempre la historia del país.
“El único crimen que he cometido es defender al país de los que quieren destruirlo”, dijo Trump, al final del día, ya de regreso en su resort Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, rodeado por sus seguidores para lo que había sido anunciado como una conferencia de prensa, y terminó siendo un rally de campaña. “Nuestro país se está yendo al infierno”, fustigó en un discurso desatado, inconexo, en el que mezcló críticas a los fiscales y al presidente Joe Biden, Hillary Clinton y los demócratas con su ya tradicional denuncia –falsa– de un fraude masivo en la elección de 2020.
Bajo un operativo de seguridad inédito en Nueva York, Trump llegó al tribunal ubicado en el sur de Manhattan en una camioneta negra, escoltada por una caravana de más de una docena de vehículos incluidos patrulleros de la Policía de Nueva York, camionetas del Servicio Secreto y una ambulancia. La ruta desde su residencia, en la Torre Trump, hasta el tribunal había sido trazada y despejada de antemano para evitar problemas.
Varios helicópteros volaban en círculos, y las calles alrededor del edificio del tribunal estaban repletas de periodistas, fuertemente valladas y custodiadas. Desde antes del amanecer ya había más de 100 periodistas y camarógrafos en el lugar, y las cadenas transmitieron en vivo el procesamiento durante todo el día. Frente al edificio del tribunal, en un parque, partidarios y opositores de Trump se gritaban frente a frente, sacudiendo pancartas al aire, separados por las vallas y también vigilados por la policía, que desplegó un inusual número de efectivos para evitar desmanes.
La llegada de Trump al tribunal.
— Rafael Mathus Ruiz (@rmathus) April 4, 2023
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“Yendo al Bajo Manhattan, al tribunal. Parece tan surrealista –wow, me van a arrestar. No puedo creer que esto está pasando en Estados Unidos”, publicó Trump en su red social, Truth Social, a las 13.22 pm, hora local, mientras su caravana de vehículos llegaba al tribunal.
Estados Unidos jamás vivió algo así. La última vez que ocurrió algo remotamente parecido fue hace 150 años, cuando Ulysses Grant, el 18º presidente de Estados Unidos, fue detenido en Washington por conducir un carruaje de dos caballos demasiado rápido. Ahora, el arresto de Trump fue transmitido en vivo por televisión y concentró toda la atención de los medios, un fenómeno al que Trump ya está acostumbrado y que el magnate ha sabido capitalizar como nadie para darle impulso a su carrera política.
Ningún instante de todo el proceso, que se realiza cientos de veces todos los días en Nueva York, fue normal o típico. Apenas Trump ingresó en el tribunal, quedó bajo arresto. Le tomaron sus huellas digitales, pero no la habitual foto policial, indicaron fuentes familiarizadas a medios locales. De todas formas, su campaña difundió por correo electrónico una foto policial falsa pidiendo más contribuciones. A diferencia de otras personas arrestadas, Trump no debió esperar en una celda hasta comparecer en el tribunal ante el juez; lo hizo en una sala preparada especialmente. A las 14.28 pm, hora local, fue llevado a la sala –también férreamente custodiada–, rodeado por oficiales del tribunal que caminaban delante y detrás suyo. No estaba esposado, se mostró muy serio y no hizo declaraciones a pesar de los gritos de la prensa que lo filmó en el pasillo. Dentro del tribunal ya lo esperaban su equipo legal y su némesis, el fiscal de Distrito de Manhattan, Alvin Bragg, a quien acusó infinidad de veces de liderar una “cacería de brujas” con el único objetivo de proscribirlo. Aun si fuera condenado, Trump podría competir por la presidencia.
La acusación
Trump fue acusado por la Fiscalía de Manhattan con 34 cargos por “falsificación de registros corporativos en primer grado”. Según los documentos judiciales y las declaraciones realizadas en el expediente judicial, desde agosto de 2015 hasta diciembre de 2017 –cuando Trump ya estaba en la Casa Blanca–, Trump orquestó un esquema “para ocultar información dañina y actividades ilegales a los votantes estadounidenses antes y después de las elecciones de 2016”, indicó la Fiscalía en un comunicado.
“El pueblo del estado de Nueva York alega que Donald J. Trump falsificó repetida y fraudulentamente los registros comerciales de Nueva York para ocultar delitos que ocultaban información dañina de los votantes durante las elecciones presidenciales de 2016″, dijo el Fiscal Bragg en un comunicado.
Luego de presentar la acusación, Bragg, un demócrata, defendió la causa en una conferencia de prensa, y las acusaciones de que la Fiscalía decidió avanzar recién ahora, con Trump ya lanzado de nuevo a una nueva pelea por la presidencia.
“Presento casos cuando están listos”, dijo Bragg a los periodistas. “Después de haber realizado una investigación rigurosa y exhaustiva, el caso estaba listo para ser presentado y fue presentado”, puntualizó.
Trump dejó la sala del tribunal a las 15.25 pm, hora local, sin hacer declaraciones, y unos minutos después se fue de la misma forma en la cual había llegado antes: en una camioneta negra, custodiada por una caravana de vehículos. El mandatario se dirigió luego al aeropuerto LaGuardia, en Queens, para volar en su avión de regreso a su resort en Palm Beach, Mar-a-Lago.
La causa en la cual Trump fue formalmente acusado está lejos de ser la más delicada del frente judicial del magnate. Trump enfrenta una investigación del Departamento de Justicia, dirigía por el fiscal Especial, Jack Smith, por haberse llevado documentos secretos de la Casa Blanca a su resort en Palm Beach, Mar-a-Lago, y por su papel en el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, el peor asalto a la democracia en la historia moderna de Estados Unidos.
En Georgia, otro fiscal puede acusarlo por haber intentado interferir en la elección presidencial de 2020, presionando a las autoridades para conseguir más votos y tratar de dar vuelta el resultado de esos comicios. Pero el escándalo por su supuesto affaire con Stormy Daniels, que Trump siempre negó, terminó llevándolo por primera vez ante la Justicia, un escenario que ningún otro presidente en la historia de Estados Unidos ha tenido que enfrentar.
El caso, presentado en Nueva York, donde Trump forjó su fama, surgió a partir de varios pagos secretos, de los cuales el más notorio es un pago secreto de 130.000 dólares en efectivo que realizó su exabogado y mano derecha, Michael Cohen, a la estrella porno Stormy Daniels 12 días antes de la elección presidencial de 2016.
Cohen, un testigo clave en la causa contra Trump, dijo que realizó el pago por orden de Trump, quien luego se lo devolvió en cuotas. El fin del pago fue evitar que Stormy Daniels hiciera pública su supuesta relación con Trump justo en el tramo final de la campaña presidencial que llevó a Trump a la Casa Blanca. Cohen fue acusado y condenado por el pago, y luego se peleó con Trump y se convirtió en un testigo clave en su contra.
La Fiscalía dio que, 12 días antes de elección presidencial de 2016, Cohen transfirió US$130.000 “al abogado de una actriz de cine para adultos”. Cohen, que desde entonces se declaró culpable y estuvo en prisión por hacer la contribución ilegal de la campaña, “hizo el pago a través de una corporación ficticia financiada a través de un banco en Manhattan”, indicaron los fiscales. Después de ganar las elecciones, Trump le devolvió el dinero a Cohen. En total, la Fiscalía dijo que se emitieron 11 cheques con fines falsos. Nueve de esos cheques fueron firmados por Trump. Cada cheque fue procesado por la Organización Trump, “y disfrazado ilegalmente como un pago por servicios legales prestados de conformidad con un acuerdo de retención inexistente”, indicó la Fiscalía. En total, se hicieron 34 ingresos falsos en los registros comerciales de Nueva York para ocultar el pago inicial encubierto de US$130.000.
El comunicado de la Fiscalía mencionó además otros dos pagos realizados por American Media Inc., dueña de varias publicaciones, entre ellas, el tabloide National Inquirer. Uno de esos pagos, por US$150.000, fue “a una mujer que alegó haber tenido una relación sexual con Trump”, indicó la Fiscalía. Esa mujer sería la modelo de Playboy, Karen McDougal, quien dijo haber mantenido una relación amorosa con Trump. En otro caso, American Media Inc. pagó US$30.000 a un exportero de la Torre Trump, “quien afirmó tener una historia sobre un hijo que Trump tuvo fuera del matrimonio”, agregó el comunicado de la Fiscalía.
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