
Hipólito Jesús Paz: un hombre apasionado por la diplomacia y la política
Algunos lo recordarán como diplomático y otros, como un hombre que ocupó un espacio en la política argentina por más de medio siglo. Pero más allá de las diversas miradas que puedan hacerse, nadie duda de que Hipólito Jesús Paz, uno de los más jóvenes cancilleres que haya tenido el país y ex embajador en Estados Unidos, en ambos casos durante la presidencia de Juan Domingo Perón, fue un protagonista de su tiempo, un hombre de acción, un apasionado.
Paz murió anteayer, en Buenos Aires, a los 96 años. "Tuco", como era conocido, había nacido en 1917 en el seno de una familia tradicional de Buenos Aires, y empezó a dar sus primeros pasos políticos en los años 30, tiempos del orden conservador. Sus antepasados provenían de esa rama: su abuelo materno, José María Gutiérrez, había sido ministro del presidente Bartolomé Mitre, fundador de LA NACION.
Estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, de la que egresó con Medalla de Oro. Obtuvo el primer premio de la Institución Mitre por su ensayo sobre el dogma socialista de la Asociación de Mayo, y militó en el nacionalismo popular de Forja.
Años más tarde, a Paz le llegaría el momento culminante de su vida: con apenas 32 años, se convirtió en el canciller de Perón. "Perón tenía una gran capacidad para mimetizarse con el interlocutor", diría Paz. Su designación al frente del Palacio San Martín, en 1949, fue una sorpresa para muchos, pero después se supo que venía hablando desde hacía tiempo con el entonces presidente sobre "la necesidad de hacer un reajuste y una readaptación" en los vínculos con Estados Unidos.
Su paso por la cúpula del Palacio San Martín fue breve: entre 1949 y 1951. Luego, Perón lo envió a Estados Unidos como embajador. Allí, Paz protagonizó un choque con el subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, Spruille Braden (célebre por sus enfrentamientos con Perón cuando era embajador en Buenos Aires), que había denunciado una alianza entre el peronismo y el comunismo. El embajador argentino rechazó de plano esa acusación. "Perón ha hecho eliminar el mal del comunismo en nuestro país", replicó. Muchos años más tarde, tras la muerte del líder justicialista, su ex canciller reforzaría esa teoría: "Perón fue un conservador, un hombre de derecha", dijo.
Hacia el final del gobierno de María Estela Martínez de Perón, en 1975, Paz fue abogado consultor del Banco de la Nación Argentina y, después del regreso a la democracia, el presidente Raúl Alfonsín lo nombró embajador en Grecia. En 1990, cuando Carlos Menem llegó al poder, lo designó embajador en Portugal, cargo que ocupó hasta 1992.
Paz fue un ferviente colaborador del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y un apasionado por el tango y la literatura; publicó libros de cuentos como El abismo, Un señor de lentes y Cuando chilla el búho .
También publicó su autobiografía, llena de anécdotas políticas y cotidianas, con el título de Memorias. Vida pública y privada de un argentino en el siglo XX . Allí vale la pena recoger otros fragmentos de la historia argentina que se llevó para siempre "Tuco" Paz.
Diplomáticos, intelectuales y dirigentes políticos, empresariales y gremiales asistieron ayer, en el cementerio de la Recoleta, a la inhumación de sus restos.
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