Hernán Lombardi fustigó a Cristina Kirchner por la metáfora de la “pandemia macrista” y cuestionó la vuelta del fútbol gratis
En un mano a mano con LA NACION, uno de los hombres más cercanos a Mauricio Macri hizo un extenso análisis de la coyuntura argentina; la situación de Alberto Fernández, la deuda con el FMI, el viaje de Volnovich y las acusaciones contra Acuña y Vidal
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PINAMAR (Enviado especial).- En medio de una garúa intermitente y de un vendaval que no dan tregua, Hernán Lombardi llega al encuentro de LA NACION a bordo de su histórico Renault Twingo. En el balneario Hipocampo, en la zona de Ostende, todos saludan al flamante diputado nacional de Juntos por el Cambio (JxC), quien conoció el lugar en su juventud y desde 2018 lo visita temporada tras temporada junto a su familia.
“Es un lugar tranquilo para vacacionar, ideal para meditar, pensar y leer”, asegura el extitular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y hombre del riñón de Mauricio Macri, que entre caminatas y partidos de paddle no descuida la agenda política y el análisis de diversos proyectos de ley.
En un receso de su rutina diaria, quien se define como “un águila” más que como un “halcón” responde a todas las consultas realizadas por este medio. Dice que la Argentina se dirige hacia una crisis macroeconómica, le preocupa que parte del oficialismo evalúe romper con el FMI y defiende a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, y a la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal de las acusaciones en su contra. También realiza una autocrítica de la gestión de Cambiemos, analiza la coyuntura del espacio y se muestra contrario al regreso del fútbol gratis.
-Transitamos el tercer año del gobierno del Frente de Todos. ¿Cómo encuentra a la Argentina?
-Yo creo que los argentinos hemos madurado en muchas cosas, que hemos crecido como sociedad y tenemos debates más cercanos a la realidad sobre cómo financiamos al Estado y cómo la presión impositiva resulta insoportable para el sector privado. También acerca del tema libertades y el tema educativo. Pero me preocupa que no estemos viendo que estamos yendo de cabeza hacia una crisis macroeconómica enorme producto del pensamiento mágico que gobierna las líneas económicas de [Martín] Guzmán y de creer que se puede financiar el déficit con emisión. Creo que al estar el timón compartido por tantas manos dentro del Gobierno termina por no haber timón.
-¿Cómo observa a la figura del presidente Alberto Fernández?
-Creo que el Presidente construyó su propia debilidad al haber vulnerado tan claramente el valor de la palabra presidencial, y al haber mentido y acomodado su discurso de acuerdo a quien lo escucha. A mí siempre me recuerda a Zelig, el personaje de Woody Allen que muta según la persona con la que habla. Eso ha construido su propia pequeñez en términos de toma de decisiones y ha permitido que la vicepresidenta de la Nación lo maneje con una carta abierta por semana. A dos años y un mes de su gobierno, no tenemos un plan económico y reina la desorientación. Veo a un Presidente desorientado, sin plan y habiendo perdido una parte sustantiva de su predicamento y del valor de la palabra.
-La ciudadanía votó por este Gobierno en 2019. ¿Qué errores cree que cometió Cambiemos que posibilitaron el retorno del kirchnerismo?
-Te voy a decir dos grandes fuentes de problemas. Una es no haber sabido comunicar que los problemas de la Argentina venían desde hacía décadas y que no se iban poder solucionar en cuatro años. Fue un error no haber podido mostrar que estábamos en un camino de solución. No supimos transmitirlo. Una segunda fuente creo que es una insuficiente teoría del poder. Nosotros actuamos como si en la Argentina una parte sustantiva del poder para el cambio estuviera solo en el Poder Ejecutivo, pero esta es más pequeña de lo que se cree. El poder radica en muchas trincheras: en las cámaras del Congreso, en los sindicatos, las universidades, las asociaciones civiles y de fomento, entre otras. Hay que entender que la discusión ideológica hay que darla en todos los frentes y creo que nosotros no lo hemos hecho con todo vigor.
-¿Por qué cree que las vacaciones de funcionarios y exfuncionarios del Gobierno en el exterior irritan tanto a un sector de la sociedad?
-Creo que la Argentina está con la piel lacerante, tenemos un 50% de pobres. Aún así, yo estoy en contra de cualquier escrache, me parece una metodología fascista. Nada me une políticamente a Felipe Solá, pero eso no me parece constructivo. Dicho esto, creo que hay que entender que esta sociedad viene de muchas frustraciones. Entonces, hay que ser muy cuidadosos. El de Solá no es un buen ejemplo, porque es un exfuncionario, pero que la número uno y el dos del PAMI se vayan al exterior dejándolo sin firma en un pico de la pandemia es por lo menos un acto de irresponsabilidad absoluta.
-Hablemos del acuerdo con el Fondo. El propio FMI fue autocrítico respecto de las condiciones en las que se prestó dinero a la Argentina durante el gobierno de Macri. ¿Cree que el crédito estuvo bien tomado?
-Sí, creo que estuvo muy bien tomado. El Gobierno actual es hipócrita y hay que decirlo una y mil veces: la deuda es hija del déficit. Cristina le dejó a Macri un déficit del 7% anual. Entonces, primero se tomó dinero en el sector privado al tiempo que se intentaba achicarlo. De repente el mundo se dio vuelta y no hubo más financiamiento y acudiste al prestamista de última instancia, que era el Fondo y te prestaba a menos intereses. Y además lo hiciste rápido, algo que ahora critican cuando Guzmán y Fernández no resolvieron el tema en más de dos años. Entonces sí, estuvo bien tomado y de hecho el Gobierno actual es el que más rápidamente toma deuda: tomaron $70 mil millones en dos años y un mes.
-Desde el oficialismo se sostiene que no es lo mismo endeudarse en pesos que en dólares.
-La distinción de si es en pesos o dólares me parece frívola. Es obvio que son distintas, pero en el fondo lo que te están diciendo es que la deuda en pesos la podés resolver emitiendo o repudiándola. Por suerte la gente no se lo traga más. Acá lo cierto es que Alberto se está endeudando mucho más rápido de lo que lo hizo Macri.
-¿Y qué reacción le genera cuando la vicepresidenta dice que “la pandemia macrista fue para el Estado Nacional incluso más costosa que la pandemia de Covid-19″?
-Primero me genera una enorme repulsión la mala elección de las palabras. La metáfora de comparar la economía con la pandemia, olvidándose de que hay casi 120.000 muertos, muestra por lo menos la enorme falta de empatía de Cristina Fernández con el dolor en carne viva de la sociedad argentina. Esto es histórico en ellos: cuando hay dolor, se esconden. Pero además de la comparación amarga, es totalmente errado cómo toma los números. Señora, usted y Alberto se endeudaron más. Además, nosotros tuvimos la enorme responsabilidad -y probablemente sea uno de los motivos por los que perdimos- de dejar al país con menos de medio punto de déficit fiscal. Nadie puede decir que no fue un ejercicio de responsabilidad. ¿Por qué sobrevivió la Argentina a la cuarentena eterna de 2021, cuando no se produjo prácticamente nada? Será que las cuentas públicas que dejó Macri no estaban tan mal.
-Estados Unidos pide un plan de ajuste fiscal duro para apoyar un acuerdo y el Gobierno insiste en no condicionar el crecimiento nacional. ¿Ve posible un escenario de default?
-Creo que lo que EE.UU. le está pidiendo al Gobierno es un plan, pero no para el Fondo, sino para los argentinos. Es una falta de respeto que no lo haya. Yo veo con mucha preocupación una corriente de opinión en el Gobierno que cree que se puede romper con el mundo y seguir las aventuras de los países que lo hacen. La de Venezuela, Nicaragua o Irán. Entonces, lo primero que tiene que pasar es, dentro de la coalición de Gobierno, que se unifiquen posiciones y decidan por qué camino ir. No me deja de parecer hilarante que Guzmán diga “Cristina me apoya”. Más que eso lo ideal sería que Cristina diga que lo apoya: el tango se baila de a dos. Una vez que la coalición gobernante elija un camino, la oposición siempre va a actuar por el bien de la república.
-¿Cree que Cambiemos hubiese podido renegociar en mejores condiciones?
-Claro. Hubiese tenido otra confianza del mundo y de los argentinos. Nosotros generábamos confianza y la palabra clave para la economía es la confianza. Yo tuve el enorme honor de ocuparme de la coordinación ejecutiva del G20 y vi cómo el mundo nos apoyaba. Conozco personalmente a los líderes. Estoy totalmente convencido de que hubiésemos tenido una negociación mucho más ágil para luego ponernos a discutir los temas productivos que realmente tenemos que discutir los argentinos. El eje es el cambio. Si no hacemos una reforma previsional, sindical, educativa y federalismo de verdad, no vamos a salir adelante.
-Soledad Acuña dijo que “hoy es muy tarde” para salir a buscar a muchos de los chicos que abandonaron la escuela durante la pandemia y fue duramente criticada. ¿Qué opina al respecto?
-Me parece que atacan a la ministra porque defendió la presencialidad como nadie. Entonces, le buscan el pelo al huevo. Eso le resulta exasperante al kirchnerismo porque no puede defender que durante dos años tanto el ministro Trotta como los que lo sucedieron militaron la no presencialidad. Es por eso el ataque que recibe Acuña. Los argentinos deberíamos dejar de banalizar todas las discusiones y no llevarlas a la trivialidad de la última palabra, sino discutir la profundidad de las cosas. De lo contrario, somos funcionales al populismo.
-Usted estuvo presente en la indagatoria a Macri por presunto espionaje en Dolores y le manifestó su férreo apoyo. Ahora pesa una acusación contra el gobierno de Vidal por el presunto armado de causas al “Pata” Medina. ¿También confía en su inocencia?
-Totalmente, porque son ataques que no tienen ni pies ni cabeza. Como después de dos años de haber desatado persecuciones de todo tipo sobre Mauricio, su familia y altos funcionarios nunca pudieron encontrar nada… porque esto hay que decirlo: no hay una leve sospecha de hechos de corrupción durante el gobierno de Mauricio. Entonces, encararon por esta vía que es más intangible e intentan desprestigiar al gobierno de Cambiemos, pero es todo falso.
-Lo que se cuestiona es el encuentro entre agentes de inteligencia, funcionaros del gobierno y empresarios donde se habla de una “Gestapo” sindical...
-Acá de lo que se está hablando es de la mafia sangrienta del “Pata” Medina. Estamos hablando de un hombre que tenía amenazada a media ciudad de La Plata y hemos trasladado ese debate a una reunión que no sabés cómo está filmada y editada. La acusación es etérea, intangible.
-La propia Vidal dijo que desconocía la reunión y el porqué de la misma. Que el personal de la AFI tendrá que aclarar ante la Justicia qué hacían sus agentes ahí. ¿Cómo se explica el encuentro?
-A partir de ahí, no lo sé, pero te digo lo que veo. Tampoco veo tan claro qué es lo que hay que esclarecer. El uso desafortunado de la palabra “Gestapo” es un horror conceptual, pero toda la acusación se centra en eso y no veo el fondo de la cuestión. El Gobierno quiere ponerle el título de “persecución a sindicalistas” a una cosa que no creo que sea así. No veo a Vidal encabezando tareas de investigación ni armando causas. Es un ataque para desprestigiar al gobierno de Cambiemos, que fue decente y honesto.
-Sin pensar en un actor puntual dentro del espacio, ¿qué condiciones debe reunir quien aspire tomar las riendas del país en 2023?
-Tiene que reunir tres condiciones. Por un lado, debe tener desde el primer día un programa en la cabeza. Segundo, la capacidad de convocar un equipo amplio que lo lleve adelante. Tercero, que tenga la vocación de servicio para entender que va a administrar un tiempo muy difícil en 2023. Va a tener que sembrar árboles de cuya sobra sabe que no va a gozar. El período 2023-2027 no va a ser fácil, así que tendrá que tener esa generosidad, ese desprendimiento y esa visión a largo plazo.
-¿Cuál de los líderes de hoy podría llegar a ocupar ese lugar?
Creo que no es el momento de discutir personas. Cualquier palabra para discutir personas hoy te aleja de lo que le está pasando a la gente, que está mirando al cielo viendo que le está por caer el rayo en la cabeza. Creo que es el momento de discutir programas y la profundidad del cambio. La Argentina no aguanta una pedaleada más de populismo.
-¿Macri debería participar de la carrera presidencial?
Yo siempre creo que Macri es insoslayable a la hora de pensar el futuro de los argentinos. No estoy diciendo que sea candidato, pero esto ha quedado demostrado en los últimos dos años. Ningún país serio dejaría de lado a alguien con la experiencia y la madurez de Mauricio.
-¿Cuál será la agenda parlamentaria de JxC este año?
Esto tiene dos planos. Si bien las elecciones pusieron a JxC en una situación de mucha más potencia en ambas cámaras, el equilibrio es de una volatilidad enorme. Fijémonos lo que pasó durante la segunda quincena de diciembre, cuando una votación se ganó y otra se perdió. Además hay que contemplar la situación del Covid y las altas tasas de positivad. Por otra parte, nosotros desearíamos llevara adelante agenda de transformaciones rápidas y profundas, pero hoy gobierna el Frente de Todos y en esto hay que ser claros. Nosotros estamos para poner límites a los desbordes populistas y para la generación de alternativas que puedan mejorar la vida de los argentinos. Pensar que porque ganamos la elecciones estamos gobernando nosotros sería sembrar una ilusión riesgosa. Desde ese marco, la prioridad debería ser evitar que la reforma económica caiga sobre los sectores productivos. También hay que trabajar muy fuerte para recuperar a los chicos que se perdieron durante la pandemia y siempre tener un ojo cuidando el sistema de libertades.
-Tomó fuerza por estas horas la intención del Gobierno de que vuelva una suerte de Fútbol para Todos, ¿qué opina?
-Gobernar es priorizar. Vivir es priorizar. Uno siempre toma decisiones de sábana corta y prioriza. El populismo no cree en las prioridades o las disimula o las mistifica. En un estado quebrado como este, poner de nuevo la prioridad del fútbol es retroceder 10 años en el debate público. Como dijo Alfonsín en el discurso de Parque Norte: el Estado argentino ha funcionado por agregación y no por síntesis. Nadie se pregunta cómo financiar las nuevas demandas. Actúan como un adolescente sediento que no reflexiona de dónde sale el agua. Así actúa el Gobierno. Es un disparate. El costo de Fútbol Para Todos era gigante. Ahora, bajo el tema de la defensa de la competencia -que yo lo entiendo y hay que tener prácticas antimonopólicas- filtran o contrabandean de nuevo una idea del Estado como productor de bienes y servicios. Para ser más concretos, sobre el debate de la fusión de Disney y Fox, contrabandean la producción del Estado transmitiendo Boca y River.
-¿Por qué lo hacen?
-Creo que subestiman a la gente. Piensan que la gente es comprable y que no tiene idea de la crisis que estamos viviendo, que está dispuesta a cambiar un mínimo de felicidad presente por sufrimiento futuro. Y yo creo que los argentinos crecimos. Tienen un mal diagnóstico del nivel de madurez de la gente. Yo pienso que la gente está mucho más madura de lo que ellos creen.
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