Hermetismo del PJ y tímidos embates opositores, en el peor momento de Espinoza
A pesar del procesamiento por abuso sexual, el intendente mantiene su poder en La Matanza sin mayores contratiempos
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La situación política del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, parece mantenerse fuera del impacto de su procesamiento por abuso sexual. En su distrito, solo se han presentado algunos proyectos en su contra en el Concejo Deliberante, impulsados por la oposición y con nulas posibilidades de avanzar. Los sectores peronistas del municipio que suelen enfrentarlo se mantienen, por el momento ajenos al tema. Un código de silencio que fuentes del justicialismo local admiten.
El desafío más importante que se le presentó a Espinoza en su distrito después del procesamiento estuvo en el Concejo Deliberante. Una parte de los ediles de Juntos por el Cambio impulsan un proyecto para que el jefe comunal se tome licencia hasta que se aclare su situación judicial. Firmaron esa iniciativa los concejales Mirta Ferreira, Cecilia Zacarías y Javier Ferreyra, pero no lo hicieron los otros tres ediles de la alianza: Héctor “Toty” Flores, María Laura Greco y Jorge Lampa. El jueves, tras una sesión del Concejo, la bancada se partió en dos.
Desde el bloque de La Libertad Avanza (tiene dos integrantes, y hay otra concejala libertaria en un monobloque), llegó otra presentación contra Espinoza. “Presentamos un proyecto de resolución pidiendo el repudio del Concejo. El peronismo tiene la mayoría, hace 40 años que gobierna. Pareciera que una persona puede estar procesada por abuso sexual y no pasa nada”, afirma a LA NACION Lorena Ramos, presidenta del bloque de La Libertad Avanza, que integra junto a Ricardo Lococo. Sobre 24 concejales, 13 responden a Espinoza, por lo que las iniciativas contra el intendente no tienen posibilidades concretas de avance. La presidencia del cuerpo está a cargo de Liliana Yambrún, una dirigente de confianza del jefe comunal.
En el peronismo local prima un código de silencio. “Nadie le va a hacer quilombo a Fernando, es un código peronista”, define un dirigente que no está entre los aliados del intendente. “El tema no está en la calle. Espinoza tiene más manchas que una cebra, pero se presenta hoy y vuelve a ganar, por el aparato”, añade.
“Prohibido hablar. Es una regla general en el peronismo”, coincide un peronista matancero de largo recorrido político.
En el Movimiento Evita y en La Cámpora, dos sectores que enfrentaron internamente a Espinoza en el distrito y que tienen como referentes locales a Patricia “Colo” Cubria y Facundo Tignanelli, prima el silencio. “Hay preocupación”, admite un hombre de otra rama del peronismo local.
Fuera de lo estrictamente distrital, la organización que lidera Máximo Kirchner emitió un comunicado de su rama femenina en el que rechazó cualquier apoyo al intendente.
Espinoza fue procesado por abuso sexual -una decisión de la jueza María Fabiana Galletti que se conoció la semana pasada-, acusado de haber sometido por la fuerza a “tocamientos impúdicos” a una secretaria privada, hace tres años, una noche, en la casa de ella. La víctima es Melody Rakauskas, quien denunció el hecho hace tres años. El martes, en un gesto de respaldo, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se mostró con Espinoza en una entrega de móviles policiales. “No sé la situación de cada uno en su faz privada. Lo digo con toda claridad: yo dejo actuar a la Justicia”, opinó el gobernador, el viernes.
El intendente de La Matanza negó los hechos, en un comunicado oficial. “Nunca sucedió ninguno de los hechos denunciados”, sostuvo, y dijo que se trata de “una causa armada”.
La interna del peronismo entre Máximo Kirchner y Kicillof no aparece ajena en este marco, según especula un intendente peronista. “Varios lo ven como una respuesta por Axel (Kicillof). Lo de (Fernando) Moreira y lo de Espinoza se dan de manera casi conjunta, y los dos abonan a Axel. Veo algo raro”, afirma el jefe comunal, que menciona el caso de Moreira, intendente de San Martín alineado con Gabriel Katopodis al que se investiga por presuntas contrataciones irregulares en la municipalidad, y al que el fiscal Paul Starc pidió detener.
“Todo el mundo cree que La Cámpora ‘manijea’ este tema. Yo creo que no. Pero, si faltaba algo, era su comunicado”, dice una fuente del peronismo de La Matanza.
El excandidato a intendente de La Matanza por Juntos por el Cambio, Eduardo “Lalo” Creus, señala a LA NACION que Espinoza encarna “el totalitarismo y el poder corrupto que lleva a abusos de todas características”, y remarca: “Lo que nunca se puede esperar es que llegue a este nivel, el de abuso sexual”.
Espinoza tiene otro ámbito de poder, en el que tampoco aparecieron cuestionamientos hasta el momento. Es presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM), una entidad que tiene unas 500 intendencias afiliadas, que, para pertenecer y poder beneficiarse de acceso al financiamiento, pagan cuotas semestrales que van de los $520.000 a los $6.950.000 (se establecen de acuerdo a la población). “Por ahora, silencio”, dice a LA NACION un integrante de la federación.
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