"Hay senadores ligados al poder económico"
La legisladora dijo a LA NACION que un pequeño grupo de parlamentarios toma las decisiones; negó vinculación con el soborno
El principal crítico de la senadora Malvina Seguí (PJ-Tucumán) no es el Banco Central ni el sistema financiero, a quienes ella considera cómplices de la actual situación económica, sino su hijo Eduardo, de siete años.
"`Te vi en la televisión diciendo malas palabras´", cuenta que le reprochó.
Seguí es abogada y en su provincia fue fiscal de Estado, secretaria de Gobierno y subinterventora del Tribunal de Cuentas.
Es una senadora "nueva" y le tocó encabezar la Comisión Especial Investigadora de Entidades Financieras, que el mes último produjo un crítico informe sobre la responsabilidad del Banco Central en el descalabro financiero.
A ese informe le atribuye ella la razón de que "versiones que salieron del propio Senado" la mencionaran como la legisladora que habría pedido coimas a los banqueros para evitar que el cuerpo diera media sanción a un proyecto que gravaría comisiones bancarias con un dos por ciento.
"Yo fui la que denunció el caso de las presuntas coimas en la Justicia", recuerda, y agrega: "El Senado tiene un sistema oscuro. Las decisiones las toma un pequeño grupo de parlamentarios que se endilga la representatividad frente al Poder Ejecutivo y que tiene viejas relaciones con el poder económico."
-¿Con los bancos, por ejemplo?
-Con los bancos, con el sistema financiero, con las privatizadas.
-¿Canalizan las necesidades legislativas de esos sectores?
-Son funcionales a intereses económicos. El resto somos presos de decisiones que no sabemos dónde ni quiénes las toman.
-¿Las leyes no se generan aquí?
-La desinformación y la falta de recursos profesionales del Senado es propicia para que las leyes sean impuestas desde el Ejecutivo o los grupos de presión. Sobre todo, las de tipo económico. Fíjese que el Banco Central nos ha negado información para nuestro informe.
Este dato lo había anticipado a LA NACION una fuente del Central.
Seguí tiene razón cuando subraya que ningún medio de prensa se hizo eco del informe que también firmaron los senadores Domingo Daniele (PJ-Tierra del Fuego), Roxana Latorre (PJ-Santa Fe), Mónica Arancio de Beller (UCR-Jujuy) y Marcelo Guinle (PJ-Chubut).
"Entre 1999 y 2000 hubo señales dela crisis que sobrevendría y que permiten establecer la responsabilidad del Banco Central y de la autoridad económica. Hasta febrero del año pasado, el sistema financiero creció a contrapelo de la recesión. Otra señal fue la salida anticipada de los depósitos extranjeros. Caía la inversión privada y el Banco Central permitía que el sistema financiero buscara asegurar sus negocios prestándole cada vez más a un Estado deficitario. Mientras tanto, la autoridad monetaria instaba a convertir a dólares los depósitos en pesos. Aquí el sistema le mintió a la gente. Había quienes ganaban retirando el dinero y quienes quedaban atrapados para siempre."
Habla serena, casi dictando las frases, y cuenta que "el expediente del decreto 1570, del 1° de diciembre de 2001, el que estableció el corralito, se abrió cuatro días después de dictarse el decreto. Citamos a la directora de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y ella reconoció que el decreto ya estaba confeccionado".
-¿Se pidieron coimas a los banqueros?
-Estoy segura de que los banqueros denunciaron intentos de sobornos de legisladores ante los embajadores (de los Estados Unidos y Gran Bretaña). Tampoco descarto que los banqueros intentaran extorsionar al Parlamento por las leyes en trámite.
-¿Quiénes y por qué la involucraron?
-Quisieron desprestigiarme por el informe. Creo que algunos temen que salgan a la luz las relaciones estrechas entre algunos senadores, el Banco Central y el sistema financiero. ¿A qué se dedican los legisladores de un poder que delegó la legislación en el Ejecutivo? Tenemos que profundizar nuestro informe y mientras tanto el Senado no aprobará el pliego de Aldo Pignanelli como presidente del Banco Central.
-Es sabida su afinidad con el ministro de Economía, Roberto Lavagna. Profesionales de Ecolatina, la fundación de Lavagna, intervinieron en el informe. ¿Ve la mano del Banco Central, enfrentado con Lavagna, en lo que le ocurrió a usted?
-El 28 de agosto, cuando iba a la sesión a presentar el informe, Gioja, el presidente del bloque, vino a mi despacho a decirme: "¿Qué es ese informe que estás por presentar? Tené mucho cuidado porque hay una sospecha de sobornos que algunos senadores habrían pedido a los banqueros". Le respondí que con más razón presentaría el informe. Entramos juntos en el recinto y Gioja le reclamó a Capitanich : "Che, ya les dije que dejen de tener reuniones con banqueros afuera del Senado". En esa sesión Capitanich planteó la cuestión de privilegio contra el periodista Joaquín Morales Solá, que había mencionado el tema. Ya habían salido, también, las notas del Financial Times.
-¿Por qué hizo la denuncia judicial?
-Pedí las notas del Financial Times y advertí que podía haber un hecho penal.
-¿Cómo fue que la involucraron?
-Thomas Catán, el corresponsal del Financial Times, había pedido una prórroga para declarar como testigo ante el juez federal Bonadío (Claudio). Cuando se supo que Catán concurriría a declarar, aquí surgió el rumor de un video con una senadora peronista pidiendo coimas, o con allegados a esa senadora. Por desgracia, los medios se hicieron eco. Creo que fue una operación de gente con miedo que quiso ponerle un nombre, el mío, a un hecho. Y lo lograron. Se trataba de matar al mensajero, como siempre. Una operación perfecta para desviar la atención del expediente judicial.
-Usted mencionó como sospechoso a Carlos Bercún, consultor de ABA (Asociación de Bancos de la Argentina) para proyectos legislativos. ¿Por qué?
-Hay que investigarlo. Me dijeron que había un lobbista contratado por ABA. Vicens (Mario, titular de ABA), reconoció ante el Senado que hay un contrato de tres años con la consultora de Bercún para el segmento de trámite legislativo. Presido una comisión investigadora de bancos y en 180 días de trabajo no sabía que había un lobbista por aquí, que ni siquiera se arrimó a la comisión. Esto debe esclarecerse, al igual que las responsabilidades económicas. La mía no es una cruzada contra los bancos, pero aquí no hay control del lavado de dinero. En la Argentina hay demasiada oscuridad.
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