Hallan pruebas de negocios ilegales entre Pablo Moyano y barras de Independiente
La Justicia reunió elementos para llevar al sindicalista Pablo Moyano a juicio oral y público, acusado de pactar con la barra brava de Independiente la renuncia del entonces presidente del club Javier Cantero, en 2014, a cambio de financiar viajes al Mundial de Brasil, darle dinero en cada partido y eximir del pago de la cuota social a un millar de hinchas para que entraran gratis a la cancha. Así lo explicó a LA NACION el fiscal general adjunto de Lomas de Zamora, Sebastián Scalera, después de los allanamientos del lunes, en los que confirmó las declaraciones de los hinchas arrepentidos con el material decomisado.
La Justicia allanó la sede del gremio y verificó en el lugar que la distribución de las oficinas coincide con lo declarado por Pablo "Bebote" Álvarez , exjefe de la hinchada que está preso, y por Damián Lagarone, cuando afirmaron que allí negociaron los términos de un pacto que le iba a permitir a la hinchada financiarse y entrar gratis a la cancha a cambio de desestabilizar a Cantero. Scalera pidió sin éxito la detención de Moyano y ahora trabaja en plantear su elevación a juicio junto con la barra brava que confesó sus vínculos con Camioneros.
El abogado de Pablo Moyano Daniel Llermanos rechazó las acusaciones, dijo a LA NACION que es falso el hecho del acuerdo y opinó que quien será juzgado no es su cliente, sino el fiscal que lo investiga.
El pacto incluía que la hinchada iba a recibir plata para el "cotillón", lo que en el lenguaje del tablón significa bombos, banderas y trompetas para alentar al equipo. Además Bebote, declaró que Pablo Moyano, le había prometido darle su apoyo para que formara una agrupación y pudiera competir en la vida política del club.
La contraprestación que la barra le iba a dar era "apretar" a Cantero para que dejara la presidencia del club. La renuncia se concretó el 23 de abril de 2014, días después de que una marcha de la barra brava, a la que se sumaron integrantes del gremio de camioneros, vestidos con sus colores verdes característicos, protestara frente al country donde vive el dirigente del club.
A Cantero no dejaban de hostigarlo y reclamarle la dimisión. Cantero dijo entonces que 200 tipos le rodearon la casa con su hija adentro. Por la noche frente a un country de Hudson, Bebote, con la hinchada a bordo de 10 micros, se manifestó para exigirle la renuncia. La Policía tuvo que intervenir para evitar desbordes. Ante la amenaza de una segunda marcha, Cantero renunció.
Bebote preso, junto al resto de los barras, declaró como "arrepentido" en el caso ante Scalera y contó todo el pacto. Pero este acuerdo nunca fue homologado por los jueces que intervinieron y hasta fue rechazada la aplicación de este mecanismo. Por eso los hinchas decidieron ratificar toda su confesión, aun sin los beneficios que les otorga la ley del arrepentido. Y sobre la base de estas afirmaciones y otros elementos es que Scalera construyó su caso. Pero Llermanos dijo que sus dichos son falsos y que Bebote fue entrenado para hacer esta declaración en perjuicio de Moyano.
Álvarez relató que mantuvo reuniones con Pablo Moyano en su despacho del tercer piso del sindicato de camioneros. La Gendarmería lo allanó y el croquis que hizo Bebote coincide con la distribución de las oficinas.
Otro barra, Damián Lagarone, relató que se reunió con Héctor "Yoyo" Maldonado, en su oficina del séptimo piso del gremio. Lagarone, que es maestro mayor de obras, hizo un plano, que coincide con las oficinas en las que irrumpió la Gendarmería el lunes.
Además, Bebote relató que en 2014 mantuvo dos reuniones en un club de Floresta, donde fue acompañado por un líder de la barra brava de All Boys, Gastón Marone, su compadre. Dijo que Allí recibió de Pablo Moyano una bolsa con 400.000 pesos. Era dinero para financiar el viaje de la barra al Mundial de Brasil, donde fueron fotografiados y luego expulsados del país porque tenían el acceso prohibido.
El mecanismo para que los hinchas ingresaran gratis era el siguiente, según explicó Scalera que declararon los hinchas: primero la tarea la hacía Roberto Petrov, histórico custodio de Moyano e integrante de la barra. Luego para preservarlo, porque era integrante de Camioneros, Petrov fue desplazado de esa tarea, que quedó en manos de Lagarone. Este hincha concurría a la empresa Integradores, situada en el segundo piso del edificio de la Franco Argentina, frente a Plaza de Mayo, cinco pisos debajo de donde tenía la oficina el fiscal Alberto Nisman, con un pendrive que contenía un listado de unos 1000 hinchas.
Les entregaba esta memoria a Ignacio Malvestiti y Juan Pablo Canosa, dijo Scalera. Ambos son hijo y sobrino, respectivamente, del dueño de la firma, indicó el fiscal. A los pocos días, Lagarone retiraba de la empresa los troqueles de las cuotas de los 1000 socios, abonos que permitían entrar a la cancha y entradas de protocolo.
Lagarone entregaba este material a Bebote Álvarez, que lo clasificaba en sobres según el líder de cada barrio que manejaba un sector de la hinchada y lo repartía en cercanías del estadio, sobre la calle Bochini, declararon los barras. Cada referente repartía los troqueles entre los hinchas del club.
Cuando la Justicia allanó Integradores encontró en la computadora la lista de socios que recibían los troqueles, que coincidió con la lista en el pendrive y en papel que entregó Bebote Álvarez al declarar ante el fiscal. "Este es un elemento objetivo que confirma la declaración de Álvarez", dijo el fiscal. La Justicia citó a declarar a unos 150 hinchas que figuraban en estos listados. La mayoría confirmó que le ofrecieron entrar al listado, que le pagaban la cuota a cambio de votar a Moyano en la interna del club o que eran amigos de Bebote. Elementos que avalan la futura elevación a juicio.
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