Hace 60 años, Ortiz llegaba a la presidencia
Se cumplieron ayer sesenta años de la consagración de la fórmula de la Concordancia, integrada por Roberto M. Ortiz y Ramón S. Castillo, en las elecciones presidenciales del 5 de septiembre de 1937.
La fórmula oficialista de la Concordancia se impuso con 1.097.430 votos; la UCR reunió 814.852 sufragios.
En la historia argentina, las alianzas políticas tienen antecedentes. La conjunción de dos o más fuerzas políticas vinculó, por ejemplo, a los partidos Socialista y Demócrata Progresista en la Alianza Civil (1931).
Al acercarse el final de la presidencia del general Justo, la fórmula oficialista estaba resuelta:Roberto M. Ortiz y Ramón S.Castillo.
En la campaña electoral que realizó Ortiz en las provincias destacaba la importancia del diálogo y el acuerdo entre los partidos en los sistemas democráticos.
"La concordancia de los partidos políticos no es el resultado de una decadencia democrática, como se pretende, cuando la mueve y conduce un alto ideal de perfeccionamiento cívico. Esa armonía de tendencias orientadoras y de orden y de la paz sociales ha hecho posible el sostenimiento de los gobiernos democráticos que rigen los destinos de muchos países de Europa y de América. En cambio, la intransigencia irreductible suele llevar al entronizamiento de minorías revolucionarias que necesitan echar mano a la dictadura para mantenerse", expresó Ortiz.
El fraude
El oficialismo ganó los comicios de una década irreconciliable por la práctica del fraude electoral.
Ortiz inició una política opuesta a su antecesor. Se distanció de algunos sectores, se apoyó en la opinión pública y delineó un cambio en la orientación de la política interna.
Su preocupación por corregir las prácticas electorales la concretó en la intervención de Catamarca. También decidió intervenir a Buenos Aires luego de los comicios del 25 de febrero de 1940, que lo distanció con el Congreso, donde la Federación Nacional contaba con mayoría.
La enfermedad que padecía Ortiz, (debió solicitar prolongadas licencias) permitió que el Congreso, con el apoyo del vicepresidente, obstaculizara su política interna.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial dividió las decisiones gubernamentales.
Como ocurrió en la Primera Guerra Mundial, en septiembre de 1939 la Argentina optó por la neutralidad que propiciaba Castillo.
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