Rocío Bonacci, la diputada que presentó el proyecto para derogar el aborto, respondió a las críticas
Tanto el Presidente -a través de su vocero Manuel Adorni- como sus compañeros que aparecían en el texto como firmantes se despegaron de la iniciativa
- 5 minutos de lectura'
La presentación de un proyecto para derogar el aborto generó un escándalo esta semana puertas adentro del bloque libertario y también hacia afuera, ya que llegó desde el Congreso a la Casa Rosada y ascendió hasta las más altas esferas. Tanto el Presidente -a través del vocero presidencial, Manuel Adorni- como quienes aparecieron como firmantes en el texto se despegaron de esta propuesta, que fue hecha por la diputada oficialista Rocío Bonacci, quien habló por primera vez tras lo ocurrido con LA NACION.
“Recibí amenazas de los libertarios, pero no siento que el Gobierno me haya soltado la mano”, aseguró este viernes por la mañana la dirigente de Santa Fe, que alegó que no tenía por qué pedir permiso a la Casa Rosada para ingresar el proyecto, a la vez que dijo haber creído ser clara con sus colegas, a los que incluyó en el escrito pero luego dio de baja. Reveló además que piensa mantenerse en el espacio a no ser que sus compañeros no estén de acuerdo.
Bonacci aseguró que tiene el teléfono “trabado” de la cantidad de mensajes en su contra que recibió desde que la situación escaló y estalló el miércoles a la noche. Dentro de esas expresiones están, según explicó, las que esperaba: las de los sectores verde, que se muestran a favor de que la interrupción voluntaria del embarazo sea legal. Pero la sorprendió la reacción de los propios.
“He recibido amenazas de los pañuelos verdes y de los seguidores de Milei. Recibí respaldo, pero se pierde entre tantos mensajes que te insultan y te amenazan”, indicó y acotó: “No esperaba la repercusión negativa de los militantes ni la de los miembros del bloque. Este quizá no fue el momento correcto, tampoco es el motivo para rechazar de plano la moción del proyecto en sí, que es lo que sentí con mis compañeros”.
Con respecto a la actitud del Gobierno la diputada mostró otra tesitura, pese a que ayer Adorni indicó que este tema no se encontraba en la agenda del Presidente y marcó que tampoco estaban involucrados ellos en la iniciativa. “No me sentí desplazada ni sentí que me soltaron la mano, el Ejecutivo no tiene que ver, esto es una cuestión del Legislativo, lo debatimos entre nosotros. El Ejecutivo está con otras cosas más urgentes, lo entiendo, por eso tampoco sabía que tenía que pedir permiso para hacer algo que es meramente de mi poder, así como el Ejecutivo no le pide permiso al Legislativo”, alegó la legisladora, integrante del partido Unite, parte de La Libertad Avanza y comandado por su padre, José Bonacci.
“Daba por sentado que el Gobierno no lo tenía en su agenda, me enteré por Adorni y me comuniqué con una sola persona [de la Casa Rosada] para darle mi explicación”, contó a la vez que evitó precisar quién fue ese funcionario. “Los diputados no tenemos que pedir permiso. Sí puede venir [el Presidente] a decirnos ‘hagan esto o no lo otro’, pero no recibí ninguna de las dos indicaciones. Milei sabe el partido al que pertenezco, fue uno de los primeros que agregó la protección de las dos vidas en la declaración de principios, soy consecuente a esto”, remarcó.
Cuando se enteró de las fricciones, según relató a LA NACION, primero lo charló con su familia y al día siguiente dialogó con el titular del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en la Cámara baja, Oscar Zago, que aparecía como firmante.
La respuesta a sus compañeros
Habló también con al menos otros cuatro diputados: Lilia Lemoine, Beltrán Benedit, Manuel Quintar y María Fernanda Araujo, todos de su espacio, que ayer ante LA NACION negaron haber prestado su rúbrica para el proyecto de derogación, pese a haber sido incluidos.
A Zago y a Araujo aseguró haberles mandado mensajes por teléfono para contarles sobre la iniciativa, mientras que a los demás legisladores se los dijo personalmente. “Zago y Araujo me dieron el okey por WhatsApp, les pasé el proyecto completo. El mensaje era claro. Les mandé el archivo, les hice una introducción y les pregunté si les parecía conveniente acompañarme con la firma”, sostuvo. Después reveló que a Lemoine le preguntó si quería acompañarlo porque lo iba a presentar “la semana que viene”, por esta semana.
“Les expliqué el contexto y les dije si les parecía conveniente acompañarme con sus firmas, que me avisaran. No les dije el día, pero sí que lo iba a hacer cuanto antes. Yo di por entendido que estar contando con sus firmas no era de puño y letra, sino poner el nombre para la mesa de entrada y que aparezca en su perfil de Diputados”, aseveró, aunque a todos dijo haberles pedido disculpas luego del malentendido. Indicó también que para ella no era un problema iniciar el trámite en sesiones extraordinarias, que se extenderán hasta el 15 de febrero ya que Milei pensaba avanzar con la ley ómnibus, que ahora volvió a comisión.
“Me sorprende la repercusión dentro del bloque. Una cosa es despegarse del proyecto y otra, del momento. Sentí que se despegaron de las dos cosas. Las firmas las retiré. Y un poco te duele, más que nada cuando el ataque viene desde dentro del bloque, de personas a las cuales apoyé cuando tuvieron malos momentos por hacer cosas equivocadas. Eso duele un poco”, deslizó Bonacci.
Sus cuatro compañeros dijeron este jueves ser provida, pero no consideraron acertado el tiempo para iniciar un debate de este tipo. “Me pregunto cuál es el momento ideal para defender las dos vidas”, replicó Bonacci, que explicó que ir en contra del aborto es un lema del partido Unite desde su fundación y que su compromiso con el proyecto es desde antes de iniciarse como diputada nacional.
“Lo presenté pre-caída de la ley Bases y esto les cayó mal. Me tendría que haber anticipado cinco o diez días y no tenía malas repercusiones. No fue mi idea primerearlo. Algunos me dijeron ‘ansiosa’. Bueno, así soy yo”, concluyó.