Guzmán recibe una andanada de críticas del kirchnerismo y recrudece la interna oficialista
“Nadie lo votó”, advirtió Larroque, convertido en el vocero de La Cámpora para pedir cambios en el Gobierno; el albertismo no respondió, pero piensa que Cristina Kirchner busca socavar al ministro
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No es producto de la casualidad ni de una “calentura” momentánea. Andrés “el Cuervo” Larroque es el referente habilitado por La Cámpora y por la vicepresidenta Cristina Kirchner para marcar las diferencias del kirchnerismo con la administración de Alberto Fernández. Con el agravante de que el ministro bonaerense dispara ahora sus cuestionamientos directamente contra el ministro de Economía, Martín Guzmán. Y la interna del Frente de Todos vuelve a exponerse a cielo abierto.
Larroque apuntó contra Guzmán por segundo día consecutivo. Lo había hecho el lunes en La Plata, donde sostuvo que “la verdadera política social se hace en el Ministerio de Economía”. Y este martes redobló la embestida. “A Guzmán no lo votó nadie”, advirtió en declaraciones radiales, que cayeron como una bomba de profundidad en la Casa Rosada.
Sin embargo, en el albertismo siguieron la orden del Presidente de no responder las críticas internas, aunque por lo bajo las calificaron de “irresponsables e inoportunas”. “Quieren la cabeza de Guzmán”, admitieron cerca del Alberto Fernández a LA NACION. El ministro acaba de mostrarse junto a la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en vísperas de la primera revisión técnica del organismo, prevista para mediados de mayo.
El “ruido político” que surge del propio Frente de Todos ante el rumbo económico que lleva el Gobierno tampoco contribuye a las negociaciones con distintos sectores para tratar de apaciguar el alza inflacionaria, de las que Guzmán participa personalmente, como lo hizo el lunes con la Unión Industrial Argentina (UIA). En silencio tras la arremetida de Larroque, el ministro tiene en agenda actividades en la Patagonia, por temas energéticos, para los próximos días.
Larroque, que es ministro de la gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, apuntó en línea con la mirada económica clásica del kirchnerismo, que al país le hace falta un “shock de inversión”, aunque no desde el sector privado, como reclama la oposición, sino desde el público. Pero Guzmán y Alberto Fernández están en otra sintonía: el Presidente reivindicó en un mensaje interno que las últimas medidas de ayuda a jubilados y a beneficiarios de planes sociales representan solo el 0,25 por ciento del déficit fiscal. Y remató: “Ya van a aprender”.
La pulseada entre Fernández y el kirchnerismo es fundamentalmente política. Bajo la tutela de Máximo Kirchner y con aval de Kicillof, el Frente de Todos constituyó una mesa de coordinación política en territorio bonaerense, que incluye a kirchneristas y a massistas pero por ahora a ningún albertista. Y que se convirtió en un mensaje directo para el Presidente, a quien le reclaman una instancia similar a nivel nacional.
De hecho, el propio Larroque había rechazado –en declaraciones anteriores- la acusación de “sectarios” que suele reprochárseles a los dirigentes de La Cámpora, con una frase que dirigió al Presidente: “El sectarismo está en quienes quieren gobernar con cinco amigos”, sentenció. En el fondo, el kirchnerismo le está reclamando a Fernández que abra su sistema de decisiones.
Claro que Larroque, el “francotirador” habilitado por el kirchnerismo, no lo hace de manera diplomática ni mucho menos. “Yo no lo conocía a Guzmán. El 27 de octubre de 2019 no lo conocía, quizá por ignorancia mía. Creo que nadie lo votó a Guzmán. En 2021 hubo un veredicto sobre la política y el desarrollo, yo creo que sí”, dijo al atribuirle prácticamente la derrota en la elección legislativa al ministro de Economía.
“¿Y a Larroque quién lo votó?”, se preguntó un dirigente que frecuenta el entorno presidencial, sin disimular la bronca que le provocó la declaración del secretario general de La Cámpora. El único que salió a cuestionar abiertamente a Larroque fue Luis D´Elía, quien mantiene su enojo con Cristina y Máximo Kirchner por haberlo ignorado cuando estuvo preso.
Al "Cuervo" Larroque tampoco lo voto nadie. Su único mérito para ocupar un Ministerio es ser "amigo" de Máximo Kirchner y hoy con sus declaraciones contra @Martin_M_Guzman le hace el juego a lo peor del Macrismo. EL CARGO QUE OSTENTA ES UN AGRAVIO A LOS LUCHADORES DE TODA LA VIDA
— Luis D'Elia (@Luis_Delia) April 26, 2022
En la organización que lidera Máximo Kirchner se ufanan de ser “organizados y profesionales” a la hora de comunicar. Sus dirigentes prácticamente no mantienen contacto con los medios, pero cuando lo hacen es porque lo decidieron en conjunto y tienen, además, el aval de Cristina Kirchner. De ahí que nadie considere, en el mundillo interno del FDT, que Larroque haya apuntado contra Guzmán en una arremetida personal.
Tanto es así, que la argumentación que ofreció “el Cuervo” para justificar sus cuestionamientos excedió largamente su punto de vista personal. “La unidad no puede ser una trampa. Si es una emboscada al kirchnerismo o al sector que expresa Cristina, estamos en problemas. Podemos seguir haciéndonos los tontos, fingiendo demencia, pero está la gente de por medio”, advirtió.
“No hago política para dar excusas o tratar de buscar explicaciones de lo que no puedo resolver. Cuando uno se propone un rol, aspira a cierto protagonismo. Tiene que tratar de hablar con claridad y explicarle a la sociedad. A veces eso no pasa y nuestra gente entra en desazón”, abundó Larroque. Y reveló, de esa forma, el temor del kirchnerismo a perder su base de legitimación a manos de otras fuerzas políticas.
Para los seguidores de Cristina Kirchner, el Gobierno no tiene “un buen relato que contenga a la sociedad”. Piensan que la dupla Fernández-Guzmán los dirige a una “crisis de representación” de la que les será muy dificultoso recuperarse. Tal vez por eso lanzaron al ruedo las primeras versiones sobre una candidatura de “la jefa” para 2023, como una estrategia de contención de los daños que le reprochan al Presidente.
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