Guzmán avanza con el gravamen a la “renta inesperada” mientras congela al último díscolo del equipo económico
Con lo recaudado espera financiar medidas contra la inflación que le presentará al Presidente; la desautorización de Basualdo y la decisión que se tomó para encapsularlo
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Alberto Fernández leyó el mensaje de Martín Guzmán y estalló. Era martes cerca del mediodía, el Presidente se encontraba en el sanatorio Otamendi. Mientras su hijo Francisco dormía repaso el WhatsApp y comprendió que se trataba de una nueva maniobra para complicar la gestión, pero sobre todo era un nuevo intento por desautorizarlo.
El ministro de Economía le pasó el informe que realizó el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, sobre los aumentos en las tarifas de luz. Las conclusiones del camporista contradecían la hoja de ruta que el Presidente y el titular del Palacio de Hacienda habían definido 48 horas antes. Una vez más, el funcionario de tercera línea con llegada directa a la vicepresidenta Cristina Kirchner marcó diferencias con la Casa Rosada.
Echarlo fue la primera sugerencia que recibió, pero el jefe del Estado no quiere ser el responsable de comenzar la batalla final dentro del Frente de Todos. Como hace un año, cuando Guzmán quiso removerlo, Basualdo no se irá de su cargo. Al menos por ahora. El Presidente decidió aplicarle el mismo método que a Claudio Lozano, director del Banco Nación: aislarlo. “No le llevan ni café”, exageraron muy cerca de Fernández.
Recluido en la quinta presidencial de Olivos, el Presidente dedicó los últimos días para hacer una revisión de su equipo y la gestión. No habrá cambios en el gabinete, así lo decidió. Tampoco en las segundas líneas. Se avanzará con los que están. “Tenemos que salir de la parálisis de la interna. Debemos hacer más allá de los discursos, cartas o libros que recomienden leer”, resumió una altísima fuente del gobierno nacional.
El Presidente no quiere perder más tiempo. Entiende que la interna con la vicepresidenta Cristina Kirchner insumió demasiada energía. “Lo que más me importa en este momento es tomar medidas que se demoraron más de la cuenta, como las tarifas, o que debemos tomar en la coyuntura, por la inflación”, le explicó el mandatario a los funcionarios que lo visitaron en las últimas horas.
En ese escenario, Guzmán se llevó el jueves a todo su equipo a la residencia presidencial de Chapadmalal. El “retiro” duró hasta ayer a la noche. El objetivo del viaje fue avanzar con propuestas que permitan recuperar los efectos de la inflación –marzo fue de 6,7%– en los salarios.
Las medidas, que el ministro le llevará al Presidente en las próximas horas para su evaluación final, estarán focalizadas en la “renta inesperada” que tuvieron algunos sectores. No se trata solo del campo, como se especuló tras la entrevista que dio el ministro el lunes. Sería más amplio, según pudo saber LA NACION.
“Hay ganancias inesperadas que no son fruto de inversión adicional o más contratación de empleo, sino que no son fruto de un shock. Estamos buscándole la vuelta”, adelantó el ministro en su presentación en C5N. De eso había hablado durante dos horas el domingo con el Presidente en la residencia oficial.
En Chapadmalal estuvieron Melina Mallamace, su jefa de Gabinete; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias; el secretario de Política Económica, Fernando Morra; el secretario de Energía, Darío Martínez (vía zoom); el subsecretario de Programación Regional, Agustín Lodola; Demian Panigo, director de YPF, y Santiago López Osornio, subsecretario de Planeamiento Energético (responsable de la segmentación de tarifas), entre otros.
El Presidente también volverá sobre un tema central para su administración, la aprobación de un paquete de leyes: Electromovilidad, Agroindustrial e Hidrocarburifira, entre ellas. “Eso es central para que la inversión y la creación de trabajo no se detenga”, explicó un hombre con despacho en el primer piso de la Casa Rosada.
Por eso el objetivo de estos días es ordenar la política. En el equipo económico solo queda un eslabón perdido, Basualdo. El resto, según explicó una altísima fuente, se encuadraron. Guzmán valoró el rápido gesto del secretario de Energía para bloquear los efectos del “informe Basualdo”: lanzó la convocatoria a audiencias públicas para aumentar las tarifas de luz.
En su presentación de 24 páginas, Basualdo rechazó los aumentos que anunció Guzmán, parte de la hoja de ruta que el ministro negoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ahí, por el recorte de subsidios, el camporista concluyó que en junio la gran mayoría de los usuarios recibirá un incremento de la luz del 65 por ciento.
El “informe Basualdo” ofició de respuesta del kirchnerismo duro al titular del Palacio de Hacienda que, ratificado por el jefe del Estado, lanzó una advertencia de que desde ahora iba a “gestionar con gente que esté alineada con el programa económico”. Pero esa jugada no se completó. “Buscó generar incertidumbre y angustia”, aseguraron fuentes oficiales.
La decisión de Martínez de hacer público al día siguiente el llamado a audiencias públicas para la actualización de las tarifas de los servicios de gas y electricidad, con su correspondiente segmentación de subsidios, demostró que el control de La Cámpora sobre el área energética está en disputa. Ahí también resaltó que los beneficiarios de tarifa social no serán alcanzados por un nuevo incremento durante este año. La mayoría de los usuarios residenciales, en tanto, tendrán una corrección en promedio del 20%.
“Para el 90% de los usuarios residenciales, este mecanismo garantiza que las actualizaciones tarifarias siempre serán inferiores a sus aumentos salariales”, destacó Martínez.
Guzmán empezó a cerrar así las dificultades de gestión dentro de un área con diferentes terminales de poder. El primero en ordenarse fue el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. “Hablé de más y generé incertidumbre”, se sinceró el guardián de los precios sobre sus dichos para aumentar las retenciones. Fue una especie de disculpa que sirvió para limar asperezas.
Más allá de las cuestiones ideológicas, Guzmán está conforme con el trabajo que desarrolló Feletti. También tiene una buena sintonía con el titular de YPF, Pablo González, y con el vicepresidente de Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales, Santiago “Patucho” Álvarez, el encargado de velar por los intereses de Cristina y Máximo Kirchner en la empresa petrolera. Con Federico Bernal (Enargas) también acercaron posiciones.
El objetivo ahora es aislar completamente a Basualdo. “Hace cosas que no son de su competencia. Fijó una postura que intenta bloquear el programa económico que definió el Presidente”, resaltaron fuentes oficiales.
Las críticas no son solo políticas, Fernández y Guzmán además cuestionaron la metodología con la que el subsecretario de Energía arribó a sus deducciones. “Confunde cosas simples como costos con coeficiente. Hizo un informe macroeconómico cuando se le pidió uno técnico”, explicaron cerca del mandatario.
Basualdo, mientras tanto, sigue impertérrito en sus dominios. El lunes, como siempre, irá a su oficina y pedirá café.
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