Sergio Berni dice que no tiene recursos para desalojar el predio ocupado en Guernica
LA PLATA.– El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, aseguró que no podrá cumplir al menos hasta fin de mes con la orden de desalojo del predio usurpado en la localidad de Guernica por falta de recursos. La orden judicial para desocupar el terreno de 100 hectáreas tiene fecha de inicio para el jueves próximo.
"No puedo encontrar cuatro cuatriciclos que funcionen. No tengo un colectivo para trasladar a la policía", dijo Berni en declaraciones televisivas. Hizo así referencia a la falta de logística para concretar la orden judicial. Argumentó, además, que necesita al menos 3000 hombres para hacer cumplir con la orden judicial y que el impacto por el coronavirus se siente entre las fuerzas.
Las excusas de Berni expresadas en un set de televisión no tienen correlato, por ahora, en un escrito judicial, según se informó en el Juzgado de Garantías de Cañuelas, donde tramita el expediente por la toma de tierras en la localidad del Municipio de Presidente Perón.
No hay un tercer pedido de aplazo presentado ante la justicia que ordenó cumplir con la liberación de las 90 hectáreas ocupadas, la semana que viene.
El gobierno de Axel Kicillof ya pidió dos veces la postergación del desalojo en Guernica.
Tiene al menos tres motivos, bien distintos, para evitar un enfrentamiento.
El primero, y más visible: allí están apostados 2700 jóvenes, niñas y niños. La desprotección de sus padres, que en su inmensa mayoría declararon haber quedado empobrecidos y desocupados durante la cuarentena.
Acaso ese sea el motivo más noble. Más humanitario. Hay 2500 personas, representadas por grupos de izquierda que hasta el momento solo mostraron gomeras y bidones de nafta para resistir la toma.
Pero hay al menos otros dos conflictos de índole política más profunda, que busca sortear el gobernador sin un despliegue armado.
Los movimientos sociales que apoyan a las tomas de tierras, identificados por los intendentes como Polo Obrero, Libres del Sur y Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) son algunos de los más críticos de sus políticas sociales.
"Los paliativos del Estado son completamente insuficientes para afrontar los gastos de todos los días. Esta situación nos empujó a salir a buscar un lugar para vivir porque ya no pudimos pagar alquiler o porque vivíamos hacinados y hacinadas en casas muy chiquitas que empeoran la situación de los contagios. Somos gente de trabajo, jóvenes, adultos y adultas que queremos tener una vivienda para despertarnos a la mañana y poder dormir a la noche sin pensar todo el tiempo que nos vamos a tener que ir porque no podemos pagar el alquiler", sostienen los militantes del Movimiento Teresa Rodríguez.
Hoy hay una marcha hasta el Congreso de estos partidos para pedir la suspensión definitiva del desalojo. "Salimos a las calles a exigir la suspensión definitiva del desalojo de Guernica- dijo Manuela Castañeira, de Nuevo Mas.
Representantes de algunos de esos grupos como el Polo Obrero, fueron los primeros en marchar por la aparición con vida de Facundo Astudillo Castro. Y los primeros en exigir la renuncia del ministro de Seguridad, Sergio Berni, ante el hallazgo del cuerpo sin vida del joven de 22 años.
A la convocatoria de hoy los grupos de izquierda también suman "la denuncia ante el colosal intento de encubrimiento en el caso de Facundo Astudillo Castro". Y plantean: "Resulta indignante que en una circunstancia en la que estuvieron involucradas las fuerzas represivas se las quiera absolver de toda culpa y cargo".
Este es el tercer motivo, justamente, que tiene Kicillof para buscar eludir un desalojo violento: los sectores de izquierda acusan de violento y encubridor a Sergio Berni, ya golpeado hacia la tropa interna tras las protestas policiales que se alzaron en los primeros días de septiembre.
El ministerio de Seguridad, que deberá hacer cumplir con el desalojo, está fuertemente cuestionado en el interior de la fuerza por policías que le recriminan no haber cumplido con la promesa de dejar sin efecto sumarios. Hay 1200 sublevados sumariados que están disgustados con el ministro.
En tanto, los alcaldes peronistas presionan al gobierno de Kicillof para que resuelva un conflicto que se extiende en todo el Gran Buenos Aires.
"Antes de la toma no había ningún vecino del distrito durmiendo en la calle. Empezó siendo una toma chica, después se sumaron los movimientos de izquierda que trajeron gente de distintas localidades", se queja Blanca Cantero, intendente de Presidente Perón, donde está Guernica.
Kicillof busca ganar tiempo mientras los intendentes peronistas reclaman desalojos y observan preocupados a los grupos denominados de izquierda.
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