Guernica: "Cuando se calme, volvemos a entrar", dijo una mujer que fue desalojada
Las familias que fueron desalojadas esta mañana del predio de Guernica se agruparon en distintos focos en los alrededores del terreno y analizan la posibilidad de volver a entrar.
Unas diez personas se refugian en un kiosko cerrado frente al descampado, sobre la calle Entre Ríos. "Estamos esperando a ver qué pasa. Cuando se calme, volvemos a entrar. No tenemos a dónde ir", dijo a LA NACION Claudia Martínez, una mujer de Guernica que tomó un terreno el 20 de julio pasado junto a su hijo de 11 años.
"Por suerte no quemaron mi casilla y llegué a sacar toda la comida que tenía adentro", expresó Martínez, quien gestionaba un comedor comunitario en el lugar.
Según coincidieron, en diálogo con LA NACION, referentes de distintas organizaciones sociales, los ocupantes esperan a las afueras del predio para volver a entrar. De hecho, a casi cinco horas del comienzo del operativo, aún quedan algunos focos de conflicto a las afueras del descampado, en los que grupos de jóvenes tiran piedras a la policía para intentar regresar a los terrenos que ocuparon.
La policía mantiene, mientras tanto, un fuerte control en el terreno desalojado. Hay agentes rodeando el perímetro, dentro del descampado y en las calles que desembocan en el predio. Además, hay policías junto a cada uno de los grupos de familias que aspiran a volver a tomar el terreno.
En la intersección entre Hipólito Yrigoyen y Luis Testa, a pocos metros del municipio de Presidente Perón, se organizó otro foco de reagrupamiento en el que permanecen una multitud de personas que fueron desalojadas, junto a voluntarios de las organizaciones sociales, que asistieron en apoyo.
Rosa Febre, de 52 años, camina por Yrigoyen con una manta y una cacerola, que alcanzó a llevarse de la toma. "La intención de volver a entrar va a estar siempre porque perdimos todo y ahora estamos en la calle", afirmó Febre, oriunda de Glew, a LA NACION.
La mujer estaba en la toma con sus siete hijos. A cuatro de ellos, menores de edad, los envió a la casa de sus abuelos, en Longchamps, por la madrugada, a penas se enteró de que la policía bonaerense había llegado a Guernica.
"No hubo aviso. No sabíamos que iba a pasar esto. Salimos corriendo con los chicos cuando entró la policía y los mandé rápido a la casa de sus abuelos", indicó la mujer, y agregó: "Nos tiraban con botellas y gas pimienta. Nosotros nos defendimos con palos y piedras. Ahora nos vinimos para acá y queremos ir al municipio a ver qué nos dicen".
La multitud que se agrupó en las cercanías del edificio municipal está custodiada por un centenar de policías. Según dijo a LA NACION la dirigente de Nuevo Más Manuela Castañeira "no corresponde mandar a la policía a los puntos de reagrupamiento". La excandidata presidencial afirmó: "Estamos en el transcurso del operativo de represión. Esto es una cacería". Y dijo que fueron detenidas "personas que vinieron a solidarizarse y no eran parte de la toma". Hasta el momento, el operativo cuenta con más de 36 detenidos, según datos de la fiscalía.
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