Grieta en la CGT: denuncian que Pablo Moyano fue excluido de las reuniones reservadas con el Presidente
El camionero no participó de los últimos dos encuentros con Alberto Fernández y desde su espacio dicen que no fue invitado
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La cúpula de la CGT tuvo dos encuentros cara a cara con el Presidente en seis días y en ninguno de ellos participó Pablo Moyano. Ambas reuniones fueron en el gremio de la Sanidad, el búnker de Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato de mando y referente de “los Gordos” (grandes gremios de servicios), el sector con el que el moyanismo conserva diferencias y disputas desde la década del 90. La ausencia del dirigente camionero, quien fue invitado al encuentro de ayer pero no al de la semana pasada, reavivó las internas y trasladó las divisiones que surcan al Frente de Todos a la central obrera.
“A Pablo lo invitamos, pero no pudo venir”, dijo a LA NACION una fuente inobjetable de la CGT sobre el encuentro de ayer, del que además de Alberto Fernández participaron ministros del gabinete y empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA). Dos fuentes del entorno del camionero confirmaron que la invitación para lo de ayer llegó, aunque a último momento. Sin embargo, desde su espacio, denunciaron en un comunicado que fue excluido. Tal vez como parte de su estrategia de desmarque de Daer y el barrionuevista Carlos Acuña, sus colegas en el triunvirato de mando, Moyano eligió ausentarse y seguir con su rutina en su despacho de San José 1781, a unos pocos minutos en auto de la sede de Sanidad.
Pablo Moyano ya había dado señales de autonomía la semana pasada al desmarcarse del respaldo absoluto que la CGT le transmitió a Fernández tras conseguir el aval legislativo por el pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin romper ni tampoco con tono crítico, advirtió que activará protestas callejeras si el acuerdo con el organismo de crédito supone un ajuste. “Si no se cumple la promesa de que no habrá ajuste, saldremos a la calle como marca nuestra historia”, desafió.
Dos días después de esta advertencia, el Presidente recibió a Hugo Moyano en una reunión reservada en la Casa Rosada. En ese mano a mano, el jefe camionero solicitó auxilio estatal para solventar el déficit de la obra social del gremio y restablecer un subsidio para empresarios del transporte con el fin de rebajar las contribuciones patronales, según publicó hoy Ámbito Financiero.
El faltazo de Pablo a la cita de ayer con el Presidente también se circunscribe a la pulseada interna que mantiene con su padre por el control de Camioneros. Pablo Moyano estaría en desacuerdo con el protagonismo y la injerencia que adquirieron en la vida interna de la organización tres de sus medios hermanos: Hugo (h.), Facundo y Jerónimo, este último hijo de Liliana Zuleta, la última esposa de Hugo que es el cerebro del holding de empresas que orbitan alrededor del sindicato.
Anoche a última hora, después de conocerse el encuentro reservado entre el Presidente, la UIA y un sector de la CGT, una dirigente cegetista que comulga con el moyanismo planteó en un documento su rechazo a la exclusión del camionero de la reunión. “No entendemos, o, mejor dicho, no podemos aceptar que solo un sector represente a la CGT cuando se realizó la unidad. Los trabajadores quieren saber de qué se trata”, planteó Graciela Aleñá, del Sindicato de Trabajadores Viales y afines y secretaria de Igualdad de Oportunidades de la central obrera. Aleñá es una dirigente cercana a Máximo Kirchner. Fue una de las impulsoras de las denuncias contra Javier Iguacel y Guillermo Dietrich por sus roles en el organismo durante la gestión de Cambiemos.
En el Gobierno reconocieron las dificultades para negociar con Pablo Moyano, que ya se enfrentó abiertamente a tres ministros: Claudio Moroni (Trabajo), Carla Vizzotti (Salud) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo). “Nunca sabemos con qué puede nos salir. No es previsible como lo es Daer”, diferenciaron en un organismo en el que están acostumbrados a tratar a diario con los gremios.
Más diferencias
En enero, cuando la CGT estaba virtualmente paralizada, Moyano abrió la sede de Azopardo al 800 después de más de un mes sin actividad para reunir a su tropa de aliados para avanzar en la organización de la protesta callejera contra la Corte Suprema que promovía un sector del Gobierno. Se trata de la marcha que impulsó el kirchnerismo duro, desde el piquetero Luis D´Elía al viceministro de Justicia, Juan Martín Mena. Con la movida, buscó presionar al resto de la comisión directiva para participar o al menos adherir retóricamente a la movilización del 1° de febrero al Palacio de Tribunales, algo que no sucedió.
La CGT tiene previsto reunir en los próximos días a su consejo directivo, pero fuentes jerárquicas reconocieron las dificultades para conciliar entre las distintas tribus. “Por ahora, es mejor hacer reuniones de mesa chica”, admitió un dirigente las tensiones internas. Sin embargo, Daer y Acuña preparan una convocatoria para informar sobre los encuentros con el Presidente.
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