Graves acusaciones de Cristina contra los Estados Unidos
Sugirió que Washington podría estar interesado en atentar contra ella, al decir: "Si me pasa algo, que nadie mire hacia Oriente, miren hacia el Norte"; responsabilizó al jefe de la embajada de provocarla
La presidenta Cristina Kirchner extremó ayer sus críticas a los Estados Unidos y elevó así la escalada de tensión con la administración de Barack Obama, a la que responsabilizó de un eventual atentado contra su persona.
"Si me pasa algo que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte", lanzó como su última frase en uno de sus discursos más duros tanto contra el gobierno norteamericano como contra el juez Thomas Griesa, al que calificó de "senil" después de haber declarado al país en desacato.
"Yo no soy ingenua. Esto no es un movimiento aislado de un juez senil de Nueva York porque los buitres se parecen a las águilas de los imperios", descargó cuando promediaba su mensaje en la Casa Rosada y avisaba que hablaría del desacato dictado anteayer por Griesa, decisión a la que calificó como un "disparate".
La Presidenta responsabilizó así al gobierno de Obama por el conflicto con los fondos buitre y sumó a sus fuertes críticas la carta que ayer distribuyó la embajada de los Estados Unidos en la Argentina con advertencias sobre la inseguridad en el país.
Cristina Kirchner apuntó directamente al encargado de negocios de la sede diplomática, Kevin Sullivan, que la semana pasada había dicho que la Argentina debía salir rápidamente del default, palabra prohibida en el lenguaje presidencial. "Ya lo conocemos y sabemos quién es", le advirtió al diplomático, y consideró que la recomendación que había hecho para los turistas que visitan el país se trataba de una "provocación inmensa" en la que ella no iba a caer (ver página 10). "No lo vamos a echar ni vamos a subir la escalada", descartó.
La Presidenta reprochó la reacción de la administración de Obama sobre la relación con la Argentina después de que voceros del Departamento de Estado expresaran que estaban monitoreando de cerca la situación del país tras la declaración de desacato por parte de Griesa. "Si tanto les preocupa la prosperidad argentina por qué no dejan que la Argentina pague", les respondió.
Momentos antes había anunciado, con todos los asistentes al acto de pie, cantando y aplaudiendo, el depósito del último vencimiento de deuda por 161 millones de dólares bajo la nueva ley de pago local. Además, anticipó que el 31 de diciembre próximo depositará 100 millones a favor de quienes no aceptaron el canje para cumplir con el ciento por ciento de los acreedores.
La creciente tensión con los Estados Unidos no parece tener retorno. La Presidenta hilvanó la existencia de un complot contra su gobierno y, recargada, lanzó que querían voltearla empresarios, exportadores y banqueros locales "con ayuda extranjera".
El anuncio que había convocado al acto, el paso de la actual Comisión Nacional de Tierras para el Hábitat Social al rango de Secretaría y la urbanización de 100 villas de todo el país ,quedó en un segundo plano con las encendidas palabras presidenciales (ver aparte).
En su discurso, Cristina Kirchner anunció que el ministro de Economía, Axel Kicillof, denunciará a las sociedades de bolsa que hicieron maniobras con el llamado contado con liqui, la forma legal de sacar divisas, para presionar sobre el dólar blue.
La Presidenta consideró que esas operaciones buscaban desestabilizarla y sumó a los bancos que, sospecha, contaron con información privilegiada previo a que el Gobierno redujera el porcentaje de posesión de dólares que podían tener, entre quienes nombró a Patagonia, Macro, Supervielle y Mariva.
"No tengo ninguna duda de que esto es así. Saben que soy la barrera infranqueable para volver a endeudar el país", lanzó y reiteró que el fallo que obliga al país a pagarles 1600 millones de dólares a los fondos buitre buscaba tirar abajo toda la reestructuración de la deuda.
El Gobierno ya había apuntado fuertemente contra la administración de Obama cuando poco antes de conocerse la declaración de desacato envió una dura carta al Departamento de Estado advirtiéndole de su responsabilidad.
Pero la letra fría del texto ayer encontró euforia en las palabras de la Presidenta, que elevó al extremo sus cuestionamientos a los Estados Unidos. Tejió su teoría con los trascendidos sobre que las amenazas que había recibido del grupo terrorista EI provenían de un empresario tunecino que vivía en la triple frontera. Fue allí que lanzó su frase más dura, responsabilizando a los Estados Unidos si algo le pasaba.
"Después de ver las cosas que hacen las representaciones diplomáticas ahora que no vuelvan a armar alguna novela como en el pasado", acusó, en relación a la aparición de Guido Antonini Wilson, el famoso valijero de los 800.000 dólares que generó que el Gobierno acusara a la administración norteamericana de haber montado una "operación basura" para perjudicarlo. Como en los últimos actos, la militancia colmó tres patios internos de la Casa Rosada, a quienes Cristina les habló en una maratón de discursos de dos horas para convocarlos a organizarse para defender al Gobierno.
Denuncias y anuncios
La deuda
Ocupó la parte más ríspida del mensaje presidencial. Acusó a los Estados Unidos de conspirar.
La desestabilización
Dijo que sectores económicos locales, con apoyo externo, buscan que el Gobierno se caiga.
Los anuncios
Oficializó la creación de una Secretaría de Acceso al Hábitat. También anunció beneficios para empresas.
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