Grandes fortunas: la noche que la oposición, en minoría, usó una vieja práctica del kirchnerismo
La sesión para debatir el impuesto las grandes riquezas arrancó caliente en la Cámara de Diputados. La bancada de Juntos por el Cambio, en contra del proyecto de Máximo Kirchner, tenía una sola consigna: "¡Hablemos todos!" escribieron los legisladores en su chat interno. Estaba claro que los opositores no querían regalarle la sesión al oficialismo; por eso, ni bien empezó el debate, lo torpedearon con sucesivos pedidos de apartamiento de reglamento y cuestiones de privilegio, una típica jugada -que el kirchnerismo supo utilizar a menudo cuando era opositor- para dilatar la sesión e incomodar a sus adversarios.
No pareció importarles demasiado que al frente de la sesión estuviera uno de los suyos, Álvaro González, el vicepresidente primero de la Cámara. Sergio Massa todavía estaba aislado en su casa de Tigre a la espera del resultado del tercer hisopado al representante del FMI, Luis Cebeddu, con quien se había entrevistado el viernes pasado. González tuvo que levantar varias veces la voz para llevar calma al recinto. Fue entonces cuando la diputada Graciela Camaño, una veterana en las lides parlamentarias, pidió una moción para evitar que la sesión se desmadrara.
"Vayamos al temario de la sesión especial pedida, seamos respetuosos de la palabra, que es lo único que tenemos, no son tiempos sencillos", pidió Camaño. Silvia Lospenatto la cortó tajante. "Acá no se está dilatando nada, todo fue acordado en la reunión de Labor Parlamentaria", espetó. Mario Negri no se quedó atrás. "Nosotros vamos de frente, sin tretas. No mandamos a nadie a escondidas a pedir apartamientos de reglamento", disparó el cordobés, todavía resentido porque en la anterior sesión Massa había permitido al diputado rionegrino Luis Di Giacomo a pedir que se trate el proyecto de Pablo Tonelli, de Pro, para
González agradeció el gesto de Camaño. "Entiendo lo que Usted me dice, diputada, pero no creo que me lo hagan a mí, le soy absolutamente franco", dijo. Camaño no se quedó de brazos cruzados y escribió en el chat interno de la Cámara de Diputados: "Volvé Massa, te perdonamos", a lo que la diputada oficialista Mabel Caparrós respondió: "¡Adhiero a tu moción, compañera!".
El tigrense, entretanto, seguía la sesión de manera virtual. A media tarde llegó la noticia: el hisopado de Cebeddu era negativo. Estaba autorizado a presidir la sesión. Partió raudo hacia el Congreso e hizo su aparición entre flashes fotográficos. Se mostró hiperactivo desde que llegó, aunque no fue directamente al recinto, sino a su despacho, donde lo esperaban su esposa, Malena Galmarini, titular de AySA, Máximo Kirchner y un desfile de funcionarios nacionales, entre ellos los ministros Martín Guzmán, de Economía, Matías Kulfas, de Desarrollo Productivo, y Daniel Arroyo, de Desarrollo Social.
Máximo Kirchner se había encargado de armar la puesta en escena en apoyo a su proyecto. Afuera del Congreso se escuchaban los bombos de la militancia, convocada por La Cámpora y otras agrupaciones kirchneristas. Por el despacho de Massa desfilaban la titular del PAMI, Luana Volnovich, y de Anses, Fernanda Raverta, acompañadas por la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; el de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y el de San Vicente, Nicolás Mantegaza, así como también por el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín. Después fueron al recinto, en una suerte de demostración de unidad y apoyo al proyecto kirchnerista.
Massa tomó las riendas del debate no sin antes agradecer a Álvaro González por haber comandado la primera parte de la sesión, la más turbulenta. Con los números asegurados para aprobar el proyecto, el oficialismo se resignó a escuchar en silencio la ristra de discursos opositores, algunos cargados de chicanas.
"Nos llenamos la boca de solidaridad. ¿Cuál fue nuestra reducción de dietas? La gente nos tiene picado el boleto. Tengo la certeza de que ustedes no van a recaudar una moneda y ustedes lo saben", acicateó el cordobés Luis Juez.
La votación, aunque previsible, dejó algunas sorpresas. Como el voto positivo de los dos diputados jujeños que responden al gobernador Gerardo Morales. Los mismos que también habían apoyado el presupuesto 2021 cuando el resto de su bloque se había abstenido. En el interbloque de Negri minimizaron la rebeldía jujeña. "Sabíamos que Morales estaba a favor del proyecto, lo había anticipado en mayo pasado", dijeron los voceros. Fue la única fisura. "Al menos los tres diputados de Pro que habían votado también el presupuesto esta vez se disciplinaron", se consolaban.
Donde no hubo unidad de criterios -una vez más- fue en el interbloque Federal, que preside Bali Bucca. Camaño se desmarcó con su voto negativo; Alejandro "Topo" Rodríguez votó a favor, al igual que Jorge Sarghini y el resto de los integrantes. Entre las ausencias hubo una que llamó la atención, la de Cecilia Moreau, vicejefa del bloque. "Tuvo contacto estrecho con un enfermo de Covid, por eso decidió aislarse", explicaron sus voceros.
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