Gran Bretaña y el gobierno kelper criticaron a la UE por incluir el término “Malvinas” en un documento oficial
El primer ministro Sunak y la administración pro-británica en las islas fustigaron a la Unión Europea por la inclusión del “nombre argentino” en la declaración conjunta con la Celac; cruce entre los cancilleres Cafiero y
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Mientras el gobierno de Alberto Fernández sigue celebrando su “triunfo diplomático” en la cumbre de Bruselas, el primer ministro británico Rishi Sunak y el gobierno pro-británico de las Islas Malvinas criticaron el duros términos a la Unión Europea por incluir el nombre Malvinas en la declaración conjunta con la Celac, el martes pasado.
En su primer pronunciamiento público sobre el tema, Sunak criticó a través de sus voceros a la UE por su “lamentable elección de palabras”, luego de incluir el nombre de Malvinas en el punto 13 de la declaración en común, acordada por los presidentes de la Celac y la UE, y sólo rechazada por Nicaragua.
“La opinión del primer ministro es que habría sido completamente inaceptable que la UE cuestionara el derecho de los isleños de las Malvinas a decidir su propio futuro. Para ser claros, las Islas Malvinas son británicas, esa fue la elección de los propios isleños. La UE ha aclarado con razón que su posición sobre las Malvinas no ha cambiado después de su lamentable elección de palabras”, dijo un vocero de Sunak.
Esta fue la reacción oficial de Downing Street, luego de que la diplomacia británica pidiera a la UE que “aclare” su posición. El portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, el servicio diplomático de la UE, Peter Stano, dijo horas después que “los Estados miembros de la UE no han cambiado sus opiniones/posiciones respecto a las Falklands/Malvinas. La UE no está en situación de expresar ninguna posición sobre las Falklands/Malvinas, ya que no ha habido ningún debate o decisión del consejo [de estados miembros] sobre este asunto”. También aclaro que “la UE no adopta ninguna posición sobre estas cuestiones sin un mandato del Consejo (Europeo)”.
También ayer, fuentes del Foreign Office recordaron a LA NACION que el 99,8% de los isleños que participaron en un referéndum de 2013 habían votado para mantener el estatus de las Malvinas como territorio de ultramar del Reino Unido.
Los 27 países de la UE y 32 de los 33 integrantes de la Celac acordaron un texto, que por primera vez menciona la disputa por Malvinas, 41 años después de la guerra de diez semanas entre abril y junio de 1982 que terminó con derrota para nuestro país. “En cuanto a la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas/Falkland Islands, la Unión Europea tomó nota de la posición histórica de la Celac basada en la importancia del diálogo y el respeto al derecho internacional en la solución pacífica de disputas”, decía ese comunicado en su punto número 13. “Reafirmamos además nuestra adhesión fundamental a todos los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas, en particular la igualdad soberana de todos los Estados y el respeto de su integridad territorial y su independencia política, así como la solución de controversias por medios pacíficos y de conformidad con los principios de justicia y de derecho internacional”, dice el punto siguiente.
También los isleños expresaron su disconformidad con el comunicado. “A mí y a los demás miembros del Legislativo de las Islas Malvinas nos gustaría dejar claro que esta noticia de Bruselas no cambia nada. La propia UE ha emitido un comunicado para decir que no ha cambiado su puntos de vista y posición con respecto a las Malvinas. Sin embargo, estamos muy decepcionados de que se haya decidido, sin la participación de las Islas Malvinas o del Gobierno del Reino Unido, referirse a nuestras Islas con un nombre que nos ha dado nuestro vecino agresivo y hostil , argentino”, dijo la vicepresidenta de la Asamblea Legislativa, MLA Teslyn Barkman.
El canciller Santiago Cafiero afirmó ayer que esperaba “ampliar aún más el diálogo” con la UE sobre la cuestión de las islas “a partir de esta declaración”. “Esta declaración conjunta constituye un llamado más de la comunidad internacional para que el Reino Unido acepte cumplir con su obligación de reanudar las negociaciones de soberanía con Argentina”, concluyó. Desde la Cancillería evitaron, en principio, contestar las opiniones del primer ministro británico. “Que hablen ellos, está claro que se trata de una derrota diplomática de Gran Bretaña”, afirmaron esas fuentes oficiales, aunque todo cambió horas después, cuando el canciller británico James Cleverly volvió a cuestionar el texto acordado.
“Los habitantes de las Islas Malvinas tienen derecho a elegir su propio futuro (...) La Argentina y la UE deberían escuchar su elección democrática”, escribió el canciller británico, quien recibió la inmediata y fuerte respuesta de su par argentino. “Estimado Secretario @JamesCleverly: el Reino Unido viola la integridad territorial de la Argentina desde hace 190 años. Le recuerdo que conforme a la Resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas la autodeterminación no resulta aplicable a los habitantes de Malvinas”, sostuvo Cafiero. Y agregó que el referéndum realizado en las islas en 2013 “no tiene valor para el Derecho Internacional ni modifica lo estipulado por las más de 50 resoluciones de Naciones Unidas, ni la obligación del Reino Unido de poner fin al colonialismo en todas sus formas y resolver la disputa pacíficamente”.
Como final del contraataque, Cafiero invitó a Cleverly a “adoptar una nueva agenda bilateral relativa al Atlántico Sur y retomar el proceso formal de negociaciones” para resolver el diferendo por la soberanía de las islas.
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