Fin del IFE: preocupa a los gobernadores el recorte de los planes de ayuda social y advierten por un diciembre complicado
CORDOBA.- La eliminación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) genera una presión extra sobre los gobernadores ya que la masa de dinero que ingresaba a las provincias por esa vía oxigenaba las actividades vinculadas al consumo masivo. Cada vez que la Nación estuvo por suspenderlo, los mandatarios presionaron para evitarlo. Esta vez la decisión no tiene vuelta atrás. Fuentes de distintas jurisdicciones consultadas por LA NACION coincidieron en que no tienen margen para generar más ayuda social de sus propios presupuestos.
Los gobernadores, en las diferentes reuniones que mantuvieron con el presidente Alberto Fernández, le insistieron en que el IFE era una herramienta "fundamental". Alcanza al 20% de la población del país y más allá de que los tres pagos de $10.000 que se hicieron durante los 233 días de aislamiento más duro significaron $128 diarios para los beneficiaros, sirvió para contener las tensiones sociales en los sectores más vulnerables. Prueba de ello es que todo el dinero iba a alimentos.
Un sector del kirchnerismo impulsaba reactivar el IFE con el impuesto a las grandes fortunas que hoy se tratará en Diputados y que tiene una proyección de recaudación de $ 307.000 millones .
Desde las provincias se sigue con atención las medidas que la Nación va anunciando como la duplicación del monto de la Tarjeta Alimentaria, el refuerzo en diciembre de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la promesa de repartir 1,3 millones de cajas de alimentos en el último mes del año y las becas del Potenciar Joven. "Son todas medidas que ayudan, aunque no sea la misma cantidad de dinero. La actividad va mejorando lentamente", describe el ministro de Desarrollo Social de un distrito de norte.
El IFE tuvo un impacto fuerte: en Chaco el 27,5% de su población recibió la transferencia; le siguieron Santiago del Estero, con 26,5%; Formosa, con 26,2%; y Corrientes, con 25%". Según datos oficiales, en la otra punta quedaron la Ciudad de Buenos Aires, con 9,1%; Chubut, con 12,1%; Santa Cruz, con 13,6%; y Tierra del Fuego, con 14,8%. En distritos como Córdoba o Santa Fe, el IFE implicó $8000 millones para el consumo en cada pago; en Catamarca eran $10.000 millones.
Los sectores comerciales de las diferentes provincias presionan a sus propias autoridades para contar con algún anabólico porque consideran que "no están dadas las condiciones" para el retiro de las ayudas por parte del Estado. Por caso, el Centro de Almaceneros de Córdoba muestra en sus estadísticas de octubre que 51,6% de los clientes necesitaron de alguna ayuda estatal para consumir, de esos apoyos el 56% era IFE.
"Los anuncios dejan afuera a un segmento de las familias más vulnerables; habrá una repercusión en la compra de alimentos –explica Vanesa Ruiz, del Centro de Almaceneros-. Los días de cobro se notaba una suba en compras, para ellos, postergables, como más frutas, yogurt o leche".
Diciembre, en alerta
Ministros de cinco provincias chicas y con altos índices de pobreza, señalaron que continúan los esfuerzos en comedores populares y en la entrega de alimentos, pero descartaron la posibilidad de un plan social masivo como los que instrumenta la Nación. "No es que se pierde todo lo que llegaba porque aumentan otras ayudas, pero será un golpe y se sentirá, en especial en un año muy complicado", confió uno. Todos, aunque con distinto énfasis, admitieron que siempre diciembre los pone en alerta.
Desde Jujuy, el presidente de la Cámara de Comercio, Luis Alonso, plantea que al corte del IFE se le suma la interrupción del ATP a "muchos sectores y Pymes". En ese segmento no hay reemplazos. "Hay algunos sectores que empiezan a mejorar, como la construcción, pero otros vienen más lentos y se quedan sin beneficios", agrega. En Rosario la situación es similar. "No tenemos un panorama claro de cómo seguirá –apunta Juan Milito del Centro de Almaceneros-. Lo nuevo mitigará algo el problema".
Las provincias –algunas cuadruplicaron sus presupuestos para ayuda social por la pandemia y la cuarentena- recibieron millones en estos meses por las transferencias por IFE, ATP, bonos a jubilados, Tarjeta Alimentaria, AUH y créditos a tasa cero, más allá de lo que les toca a cada administración en particular por coparticipación y giros discrecionales.
En julio –mes bisagra de la cuarentena- a Buenos Aires ingresaron $144.472 millones sólo por ayudas sociales, según datos Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Para Córdoba fueron $32.500 millones; Santa Fe, $29.100 millones; $14.400 millones para Tucumán y algo más de $13.000 millones para Chaco. En Formosa y Jujuy ese mes los giros rondaron los $6800 millones.
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