Globovisión, el antecedente en la Venezuela de Hugo Chávez
El dueño de la emisora sufrió dos allanamientos, huyó del país y pidió asilo en EE.UU.
La situación que vivió ayer Cablevisión no es un hecho aislado en la región, donde los ataques a la prensa son moneda corriente en algunos países del "eje bolivariano", como Venezuela y Ecuador.
El antecedente más directo -y que muchos recordaban ayer- ocurrió justamente en la Venezuela de Hugo Chávez: los dos allanamientos a la residencia del presidente del canal de cable opositor Globovisión, Guillermo Zuloaga , en mayo y junio de 2009.
Poco después, Zuloaga fue arrestado brevemente y acusado de "usura y conspiración", por lo que decidió huir del país. Reapareció en noviembre de 2010 en Washington y dijo que solicitó "asilo" en Estados Unidos por considerarse "perseguido" en Venezuela, que, a su vez, lo denunció a Interpol y pidió su extradición.
No conforme con esto, Chávez accedió a 45,8% del canal después de intervenir un banco que controlaba el 25,8% de las acciones y "recuperar" el 20% de un accionista que había muerto. También amenazó con nombrar a destacados chavistas como directores y con "tomar" la emisora. En este contexto por demás caldeado, la sede de Globovisión ha sido atacada violentamente en más de 10 ocasiones con granadas, bombas y armas de fuego.
Por otra parte, trabajadores de la empresa fueron víctimas de más de 250 agresiones por parte de funcionarios policiales, militares o por seguidores de Chávez. Además, Globovisión acaba de sufrir una multa del 7,5% de sus ingresos anuales porque, según el gobierno, buscó "generar zozobra" con su cobertura de un violento motín carcelario a mediados de este año.
El acoso de Globovisión se enmarca en una política más amplia de Chávez para restringir la libertad de expresión en Venezuela. Esta ofensiva incluye el cierre de 34 radioemisoras en 2009, la suspensión del canal de cable RCTVI en enero de 2010 por no plegarse a las constantes cadenas nacionales de Chávez, la creación de un poderosísimo grupo multimedio estatal con ocho cadenas nacionales y centenares de radios, y las constantes causas judiciales y agresiones contra periodistas y medios críticos.
También el presidente de Ecuador, Rafael Correa, usó el recurso de nacionalizar bancos que controlan medios para hacerse del capital accionario de emisoras independientes.En julio de 2008 nacionalizó Gamavisión y TC Televisión, entre otras empresas pertenecientes al quebrado Filanbanco.
También demandó por 40 millones de dólares al diario El Universo, lo que derivó en la salida intempestiva del país del periodista Emilio Palacio, autor de una columna por la que Correa se consideró calumniado. Al explicar en septiembre pasado su situación desde Miami, Palacio usó la misma expresión de Zuloaga: dijo sentirse un "perseguido político".
Aunque la región ha tenido antecedentes de tensión entre medios y gobernantes, el choque frontal sincronizado entre varios gobiernos y la prensa es por demás inédito. Y coincide con el auge de la revolución bolivariana en Venezuela y su "exportación" a Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
"Estos pichones de dictadores [...] sueñan con llegar a una situación a la cubana, con cero disidencia -afirmó recientemente el analista venezolano Antonio Pasquali a LA NACION-. Paradójicamente aceleran el advenimiento de una comunicación nueva y el triunfo de la democracia que quisieran liquidar."
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