Gerardo Morales, el “radical peronista” que destrabó la reunión entre Martín Guzmán y los gobernadores
De buen vínculo con el Presidente y varios ministros, el gobernador jujeño se diferenció de Rodríguez Larreta e impuso su postura de enviar delegados opositores al encuentro en el que se expondrá sobre la deuda
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Fuera de micrófono, algunos colaboradores lo apodan “emperador”, a tono con su constante y enérgica forma de buscar y administrar poder. Otros, desde la Casa Rosada y la Unión Cívica Rardical (UCR), el centenario partido del que forma parte hace tres décadas y que conduce otra vez desde el mes pasado, coinciden en que el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, es “el más peronista de los radicales”. Son apenas dos maneras de describir el estilo pragmático del mandatario jujeño, que, gracias a sus diálogos reservados con el presidente Alberto Fernández, logró alcanzar ayer una “solución negociada” que permitirá presencia de Juntos por el Cambio en la reunión que encabezará el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la que se repasará el estado de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Si decimos que tenemos predisposición al diálogo, tenemos que hacerlo. El Presidente tiene la intención de aceptar nuestros reclamos y nos da la entidad sin mezclarnos con otros bloquecitos”, dijo ayer Morales a LA NACION cuando sus diálogos telefónicos con el Presidente ya habían ocasionado un doble resultado: la presencia de delegados en la reunión de hoy (en su caso estará el vicegobernador peronista Carlos Haquim) y la promesa presidencial de reunir a gobernadores y referentes parlamentarios de Juntos por el Cambio para tratar el mismo tema, la semana que viene.
“Siempre tiene la misma postura, con el FMI hay que apoyar”, reafirmaron cerca del gobernador, una manera de diferenciarse (otra vez) de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño y referente de Pro, con quien discutió y finalmente consensuó la solución diplomática. Más allá de que sus colaboradores definieran el zoom de los cuatro mandatarios opositores como “cordial”, Morales evaluó que Rodríguez Larreta “se apuró” al anticipar su negativa. “Macri y los duros del macrismo lo tironean demasiado”, sugirieron cerca del mandatario jujeño. De todos modos, cerca de Larreta afirmaron que “ambos entendieron la posición del otro”, incluida la ausencia de representantes porteños en la convocatoria oficial. “Queremos preservar la mesa de gobernadores como ámbito de análisis y toma de decisiones”, agregaron desde la sede porteña de Uspallata.
Morales pateó hoy otra vez el tablero con una frase que podría generar un tembladeral en el macrismo. “Sobre el tema de la deuda tenemos mucho que rendir cuentas todos: el kirchnerismo, el peronismo, el radicalismo, el Pro, Juntos por el Cambio, todos. Esta deuda que se está negociando la contrajimos nosotros y lo menos que tenemos que hacer es ir y escuchar”, agregó hoy en FM Urbana el gobernador de Jujuy, en una dura crítica al expresidente Mauricio Macri y los halcones de Juntos por el Cambio.
Otros nexos con el PJ
Además del Presidente, Morales tiene diálogo con distintos ministros del Gobierno, entre ellos el de Interior, Eduardo de Pedro. “Tienen conversaciones fuertes, frontales, pero se respetan porque los dos suelen tener palabra con lo que plantean”, contestaron cerca del ministro político.
El apoyo de Morales al Consenso Fiscal, la semana pasada, y el voto de los diputados jujeños en distintos proyectos del Poder Ejecutivo, conservan la lógica de apoyar “lo que está bien y es bueno para la provincia”, aunque esas jugadas sean miradas de reojo por los radicales que responden a Martín Lousteau, con quien Morales finalmente consensuó la nueva conducción de la UCR luego de durísimos intercambios y hasta un “vaso volador” en medio de la vorágine de acusaciones en el Comité Nacional.
Cerca de Morales aseguraron que la relación con Sergio Massa no es, ni por asomo, la que era en 2015, cuando fueron aliados provinciales en Jujuy. “Hoy Massa está en el kirchnerismo, una cosa fue en Gualeguaychú, otra después”, rememoró un allegado. Morales fue, en aquella convención radical, de los que pugnaba con sumar a Massa a Cambiemos, aunque finalmente esa iniciativa no prosperó. “La relación personal está intacta, igual que la que tiene con Rodríguez Larreta. La política, más allá de los fuegos artificiales, es fluida”, contó un massista de la primera hora.
De todos modos, nadie del entorno de Morales rechazó el vínculo que lo une con el peronismo, que, incluso, llega hasta su propia familia: el gobernador jujeño está casado con Tulia Snopek, madre de su pequeña hija Guadalupe y portadora tal vez del apellido justicialista más importante de su provincia.
Más allá de las conveniencias políticas y los acuerdos, hay un punto en el que Morales no acepta discusiones. Es el caso de Milagro Sala, la exdirigente de la Tupac Amaru actualmente detenida por distintos cargos de violencia política y hechos de corrupción, a quien el kirchnerismo duro considera una “presa política”.
Derrotado en las urnas dos veces por el peronista Eduardo Fellner, Morales logró rearmarse y llegó al gobierno jujeño en 2015. Su estilo, que combina aspereza y diálogo, dio sus frutos y viabilizó una reunión que parecía destinada al naufragio.
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