Funcionarios que no se hablan, ideas insólitas y parálisis; la trama oculta detrás de la mayor obra anunciada por Alberto Fernández
Desde el interior del área de Energía revelan a LA NACION los secretos de un escándalo que atraviesa a dirigentes de Cristina Kirchner
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La crisis que estalló en el área de Energía del Gobierno dejó al descubierto que la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, la obra más grande anunciada durante la gestión de Alberto Fernández, se encuentra paralizada, con fuertes enfrentamientos entre funcionarios de La Cámpora, licitaciones paradas y sin avances en las obras, como revelaron a LA NACION fuentes gubernamentales, quienes derrumbaron con datos internos el intento oficial por negar las demoras.
En charlas reservadas, los funcionarios describieron a LA NACION un cuadro crítico de falta de acuerdos para la entrega de caños y válvulas, los insumos básicos para la construcción del gasoducto, pero también conflictos con equipos que son incapaces de reunirse por sus peleas internas, inoperancia al momento de definir avances y temor a firmar contratos.
La situación que terminó por dejar a la luz la crisis fue la renuncia el lunes de Antonio Pronsato, el funcionario que tenía a su cargo la unidad ejecutora del gasoducto y que había sido convocado por La Cámpora por sus conocimientos para avanzar con la obra.
Pronsato dio un portazo, anticipado por el portal EconoJournal, tras la sucesión de enfrentamientos con el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Federico Bernal, miembro de la comisión directiva del Instituto Patria, pero en especial por los obstáculos que encontraron todas las licitaciones necesarias para poner en marcha la obra.
La situación que describen internamente los funcionarios revela una parálisis prácticamente generalizada que vuelve imposible cumplir con las metas que proclama el Gobierno, según las cuales el gasoducto estaría terminado para el invierno del año próximo.
Se trata de la obra energética más importante de la Argentina, que permitiría dejar de importar gas y así ahorrar hasta cuatro millones de dólares por día.
En el sector privado reconocen que la semana pasada hubo pozos en Vaca Muerta que estuvieron “rebotando gas”, como se dice en el mercado cuando se extrae más combustible del que puede distribuirse. En otras palabras, la Argentina importadora de gas está desperdiciando energía.
“Nos comimos el tiempo”, responde resignado a LA NACION un miembro del equipo de Pronsato, en alusión a las demoras que volverán imposible cumplir con los tiempos de construcción. Y define a los referentes de La Cámpora en materia energética, como Bernal, Federico Basualdo (subsecretario) y Agustín Geréz (titular de la empresa Energía Argentina) como “chicos peleándose por los cargos”.
Los funcionarios revelan que los equipos de Geréz y de Bernal “no pueden juntarse para resolver problemas por las peleas internas”. “En medio de las definiciones sobre el gasoducto, Geréz se fue a Rotterdam para hablar de hidrógeno verde”, se queja la misma fuente.
Al momento de la renuncia, las autoridades no habían firmado la conformación de la unidad ejecutora del gasoducto, según confirman internamente.
Tampoco estaba cerrado el acuerdo financiero con la subsidiaria de Tenaris para la provisión de los caños. Para que fueran entregados en agosto, como se había planeado, la adjudicación debía estar terminada en junio. No ocurrirá.
El gasoducto tendrá un tamaño inédito para la Argentina. Cada caño mide unos 12 metros y se necesita un camión para transportar tan solo cuatro. La logística de la construcción debería tener resuelta la provisión, pero la impericia atrasó todos los planes.
Ideas insólitas
Entre cada caño, la unión se establece con una válvula de 36 pulgadas. No se fabrican en la Argentina. “Quisieron meter al gremio de la Uocra en la construcción, atrasaron todo”, revela una fuente interna.
En las idas y vueltas surgidas de los referentes del Instituto Patria apareció la idea de contratar a Halliburton, la empresa norteamericana que fue centro de los escándalos durante el gobierno de George W. Bush, acusada de tener favoritismo en los contratos en Irak gracias a las gestiones de Dick Cheney, el entonces vicepresidente que había formado parte de la compañía.
Sin certezas para los proveedores privados, la licitación para la compra de las válvulas terminó por fracasar. Pero los responsables de Energía intentan ocultar las demoras. También se transmite a Alberto Fernández información falsa, que lleva a generar anuncios que no se cumplirán. Los “funcionarios que no funcionan” en este caso responden a Cristina Kirchner.
De los 558 kilómetros que debe atravesar el gasoducto Néstor Kirchner, desde Vaca Muerta hasta Bahía Blanca, no hay todavía un solo caño conectado, mientras la Secretaría de Energía y el BICE, el banco que armó el fideicomiso para la obra, emitieron toda la semana comunicados celebratorios de supuestos avances. “Tenemos una compresora de gas sin usar en Pinchanal, Salta, y el BICE no destraba el comodato para aprovecharla”, se lamenta un funcionario del área.
Los caños y las válvulas no son los únicos insumos que se deben importar, también los electrodos para soldar las piezas y las mantas termocontraíbles para unir las partes. Pero todas las compras aparecen atrasadas.
Las trabas se multiplican por todas partes. En febrero de 2022, Fernández emitió un decreto de necesidad y urgencia para avanzar con el gasoducto. Pero los propios abogados de Enarsa objetaban “donde estaba la urgencia”, según la reunión que reconstruyó un participante.
Mientras todavía no se concretó la compra de los caños, el gasoducto enfrenta obstáculos complejos por delante, como los innumerables permisos que deberán ejecutarse para su avance. “La obra pasa por el territorio sojero, necesitamos permisos para cruzar los campos; pero no hay nada preparado”, reconoce un funcionario.
Pronsato, el funcionario que renunció ante la crisis interna del área de Energía, recibió el lunes llamados de la Presidencia y de La Cámpora para que revierta su situación. Hasta hora no lo consiguieron. La solución exigiría un descabezamiento en Energía de referentes con buena llegada a Cristina Kirchner que podría sacudir toda la interna del Frente de Todos.
Las primeras reacciones tampoco van en el sentido de un apaciguamiento. A Pronsato le prometieron mantener a su equipo, pero ayer los funcionarios descubrieron que le habían cortado el wifi en las oficinas. No fue la mejor forma de reconciliarse.
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