Fuerte presencia política en el último adiós al funcionario
Familiares, amigos y militantes despidieron con dolor al subsecretario de Comercio Exterior
A la derecha del ataúd, una corona de flores firmada por su familia y otra por el Ministerio del Interior de la Nación. A la izquierda, un arreglo floral dedicado por La Cámpora y otro por la Secretaría de Comercio Interior.
Así se adornó ayer la capilla ardiente del subsecretario de Comercio Exterior, Iván Heyn, en la sala Jardín de la casa de velatorios O'Higgins, en Belgrano. En el patio hubo por lo menos otras 15 coronas de despedida.
Familiares, funcionarios nacionales, compañeros de militancia e integrantes de la dirigencia de La Cámpora dieron su último adiós, a cajón abierto, a Heyn, encontrado muerto anteayer en Montevideo.
El cuerpo del economista, de 34 años, llegó a Buenos Aires durante la mañana y fue velado, desde las 14 hasta las 22, en O'Higgins al 2800. Según pudo saber LA NACION, los restos de Heyn serán sepultados hoy en un nicho del cementerio de la Chacarita, aunque al cierre de esta edición la familia no había dado a conocer el horario.
El velatorio estuvo signado por los recuerdos en vida del joven funcionario, el interrogante de sus allegados acerca de por qué acabó con su vida -la hipótesis más fuerte que investigan las autoridades uruguayas es la del suicidio- y el llanto de muchos visitantes.
Larroque, muy golpeado
Una de las primeras figuras políticas que dieron su último adiós a Heyn fue el diputado nacional Andrés "Cuervo" Larroque, también dirigente de La Cámpora.
Se lo vio muy acongojado. Desde antes de las 14 estuvo en la puerta principal de la casa de sepelios charlando con allegados. "No sé si estoy bien o mal, no lo puedo creer", expresó en voz alta. Sus ojos se notaban llorosos y la camisa clara que vestía estaba suelta, apenas prendida a su pantalón.
Mientras las coronas de flores eran entregadas por una puerta lindante a la casa velatoria, los allegados a Heyn se congregaban en la puerta de ingreso para visitas.
A las 15, llegaron en grupo el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri -que era jefa directa de Heyn-, y los directores del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), María Eugenia Edwin y Norberto Itzcovich.
Entre otros estuvieron la ex ministra de Economía Felisa Miceli; el diputado nacional Martín Sabbatella; el fundador de Carta Abierta, Ricardo Forster; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; el titular de la Anses, Diego Bossio, y el ex jefe de gobierno porteño Aníbal Ibarra
Larroque se mostró entre los visitantes más activos: él mismo hizo de anfitrión del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, cuando éste llegó en un auto oficial a las 15.30. Entre ellos no hubo diálogo, sólo un abrazo y palmadas en la espalda. Más tarde se acercaron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el de Planificación Federal, Julio de Vido.
Entre los integrantes de La Cámpora y de la Juventud Peronista de la provincia de Buenos Aires -algunos vistieron remeras alusivas- se acercaron el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde; el legislador porteño Juan Cabandié, y el diputado bonaerense José Ottavis. También estuvo el vocero del gobernador Daniel Scioli, Juan Courel.
En medio del cortocircuito entre el Gobierno y la CGT, ningún sindicalista se acercó a la sala velatoria. Pero LA NACION supo que uno de los dirigentes más cercanos a Hugo Moyano, el titular del gremio de dragado y balizamiento, Juan Carlos Schmidt, envió una ofrenda floral firmada por su sindicato.
"Qué terrible. Es una tragedia", comentó a LA NACION una conocida de Heyn, y como traduciendo el pensamiento de los presentes, agregó: "Todos queremos saber qué fue lo que le pasó a Iván".
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