Emoción, recuerdo y reclamo de Justicia en el acto por el 30° aniversario del atentado a la Embajada de Israel
Con fuerte presencia de representes del gobierno nacional se llevó a cabo la conmemoración en Arroyo y Suipacha; el viceprimer ministro y la embajadora israelí acusaron a Irán por el ataque
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Cuatro ministros del gobierno de Alberto Fernández escuchaban, desde la tarima y con rostro serio, el discurso de Gideon Saar, viceprimer ministro de Israel, dispuesto a atacar a quienes considera los responsables ante la multitud reunida en la esquina de Arroyo y Suipacha. “¿Cuánto tiempo más vamos a tener que esperar para que llegue la justicia? “, se preguntó el número 2 del gobierno israelí luego de culpar a Irán y Hezbollah por el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, del que ayer se cumplieron 30 años.
El acto para recordar el atentado terrorista, más allá de la presencia clave del viceprimer ministro israelí, tuvo una representación mucho más nutrida del gobierno de Alberto Fernández que en anteriores aniversarios, una muestra de su interés por reforzar lazos con el Estado hebreo (aliado histórico de Estados Unidos) y la comunidad judía argentina, de vínculos siempre oscilantes con el kirchnerismo.
El ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Defensa, Jorge Taiana, se sumaron a la delegación que encabezó el ministro de Justicia, Martín Soria, quien habló en el acto en representación del Gobierno. Medido, y sin mencionar ni a Irán ni a Hezbollah, Soria prefirió centrarse en la inacción de la Justicia en encontrar a los culpables del ataque y solo culpó, de manera global, al “terrorismo internacional”. Recibió tibios aplausos de la multitud, compuesta en su mayoría por dirigentes comunitarios y alumnos de la red escolar judía porteña y bonaerense.
El gesto del Gobierno, confirmado por LA NACION, se sumó a las reuniones que el Presidente sostuvo anteanoche con autoridades del Congreso Judío Latinoamericano (con presencia de la DAIA) y con el viceprimer ministro Saar, a quien el Presidente tiene previsto recibir en la tarde del viernes en Olivos. En el escenario, los funcionarios escucharon los himnos de argentina e Israel, y los nombres de cada una de las 22 víctimas fatales identificadas. También asistió el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien también estuvo en el escenario y compartió saludos de rigor, algo fríos, con De Pedro y el resto de los ministros.
Puntualmente a las 14.50, con el tañido de las campanas de la iglesia Mater Admirabilibis, y frente al predio donde se erigiera la sede diplomática, se inició el acto de homenaje por los 30 años del atentado. Le siguieron el minuto de silencio por las víctimas y el sonar de las sirenas que recuerdan los momentos posteriores a la explosión.
A su turno el familiar Martín Goldberg recitó el kadish (oración por los difuntos), y el padre Rodrigo Valdés realizó una invocación religiosa y un pedido de paz.
Miri Ben Zeev, viuda de Eli, uno de los muertos en el atentado, inauguró la ronda de discursos. “Estamos aquí, Eli no. Pero estamos acá, Eli tiene continuidad aquí en nuestra amada Buenos Aires, la París de Sudamérica”, dijo. Y agregó: “Hoy todos sabemos que no hay lugar seguro en el mundo para los judíos e israelíes y sus instituciones”.
“A las 14.30 de aquel día aún estábamos riéndonos y planificando la tarde. Un rato después todo se derrumbó”, recordó Ben Zeev. Y agregó: “Estamos hoy aquí de pie, para recordar y no olvidar”.
La siguió la embajadora de Israel, Galit Ronen, que utilizaría el mismo tono que luego usaría Saar. “Es un día triste, duro, un día difícil para Israel y para la Argentina. Lo único que me separa de los escombros son treinta años”, señaló. Y agregó: “Treinta años y sabemos la verdad. Quienes son los responsables de este atentado y del que vino dos años después. Su nombre es Hezbollah, su apellido es Irán. Hace años que esperamos justicia, y la Justicia tarda. Es casi tan silenciosa como los segundos que preceden a una tragedia como esta”, graficó.
“La sociedad tiene derecho a saber qué pasó”
“Hace treinta años nuestros países fueron atacados. Nuestro deber es mantener viva la memoria y alzar la voz en el reclamo. Si no lo hacemos, solo quedara el silencio. No lograrán borrar el recuerdo de las víctimas y los sobrevivientes, vamos a seguir reclamando justicia”, reforzó su pedido Ronen, antes de cederle su palabra a Soria, cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“La sociedad tiene el derecho de saber qué pasó. No podemos decir que se consiguió la verdad y mucho menos la Justicia. Esa dolorosa cuenta sigue aún pendiente”, dijo el ministro, y agregó: “La falta de respuestas, y de castigo a los culpables que planearon y ejecutaron seguramente influyó para el atentado que vino dos años después”, en referencia al atentado a la AMIA. “Es la Justicia la que tiene que investigar y el poder político el que tiene que dar herramientas”, planteó Soria. Recordó que se reactivó la unidad de investigación del atentado a la AMIA, paralizada en 2018 con la salida del radical Mario Cimadevilla. “En ambos casos el denominador común es el nulo avance de las causas judiciales. Hoy ya no alcanza nada, nada es suficiente cuando no hay Justicia. La Justicia, aunque sea lenta, debe actuar. Es la única manera de llevar paz a la Argentina y a Israel”, dijo, entre tenues aplausos.
Lo escuchaba una nutrida delegación de Juntos por el Cambio. Además de Rodríguez Larreta y su secretario general, Fernando Straface, asistieron entre otros los diputados “halcones” Waldo Wolff, Gerardo Milman, Jorge Enríquez y Hernán Lombardi. En minoría quedaron el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, ubicado en las primeras filas, y los diputados kirchneristas Eduardo Valdés y Daniel Arroyo, quienes con bajo perfil sostuvieron un diplomático y veloz saludo con los opositores. Massa, ubicado junto a los embajadores de distintos países (se destacó el norteamericano Marc Stanley) organizó luego una recepción de la delegación israelí en el Congreso.
Por último habló el viceprimer ministro israelí, Gideon Saar. “En Israel, como en la Argentina, recordamos vivamente cuando un autobomba mató argentinos, bolivianos, paraguayos, personal local y transeúntes. Este es el momento de unidad en memoria de las víctimas y la lucha contra el terrorismo. Fue un ataque contra mi país, y también contra la Argentina, país donde mi padre nació y creció”, dijo. Y señaló a Irán: “Tiene un claro perpetrador, Irán. Tienen rostro y nombre. A través de sus representantes, Hezbollah. Exigimos que sean llevados a juicio por sus crímenes contra la humanidad”. Ponderó como un “buen primer paso” la inclusión de Hezbollah en el registro de fuerzas terroristas, un hecho que se dio durante la administración de Mauricio Macri.
“El único objetivo de Irán con el acuerdo nuclear es liberarse de sanciones, lograr fondos para fortalecer el terror y la inestabilidad en la región y en el mundo. ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que esperar para que llegue la Justicia? ”, embistió Saar. Y pidió: “Decimos alto sus nombres y las de todas las víctimas. Debemos exigir justicia, nunca debemos permitir que gane el mal”.
Mientras se escuchaba “Barro tal vez”, de Luis Alberto Spinetta, la multitud comenzó a dispersarse en resignado silencio. “La esperanza es lo último que se pierde. Y ya se perdió”, afirmó a LA NACION Daniel Pomerantz, director Ejecutivo de la AMIA y sobreviviente del ataque a la mutual judía.
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