Fuerte malestar con Solá por haber inventado detalles de una conversación entre Fernández y Biden
El canciller Felipe Solá quedó envuelto en un escándalo dentro del Gobierno por haber inventado detalles de la conversación que el presidente Alberto Fernández mantuvo con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, el lunes pasado.
Según confirmó LA NACION, el malestar con el canciller surgió instantes después de que Solá hablara con los medios sobre un supuesto reclamo que el Presidente le había hecho a Biden sobre la postura del director por los EE.UU. en el board del Fondo Monetario Internacional (FMI), Mark Rosen.
Según dijo Solá a Radio Con Vos poco después de la conversación telefónica -la primera entre Fernández y Biden-, el mandatario le habría pedido "buena fe" de Rosen en las negociaciones para reestructurar la deuda porque la administración de Donald Trump "no está teniendo las mejores actitudes".
"El presidente Fernández le pidió dos o tres cosas, todo muy general pero muy importante para la Argentina. Una es el visto bueno, la ayuda, la buena fe, la buena voluntad, del director de Estados Unidos en el FMI porque actualmente no estamos teniendo mucha suerte en ese sentido con el director que deberá cambiar después del 20 de enero", dijo Solá.
El canciller fue más allá y relató las supuestas palabras que usó Biden. "El Gobierno que se va no está teniendo las mejores actitudes en ese sentido en el Fondo. El presidente Biden le dijo que iba a tratar de liberar, de saldar, esa fue la palabra que usó, los problemas financieros de América Latina".
Esas declaraciones incluso formaron parte del comunicado oficial de la Cancillería, pero no en el de la Casa Rosada.
En la Casa Rosada desmienten a Solá y afirman que esa parte de la conversación no existió. En la Cancillería, en tanto, no harán comentarios.
Según pudo saber LA NACION de fuentes calificadas al tanto de lo que se habló en aquella comunicación, en ningún momento se habló del rol que ocupa de Rosen. La única mención que se hizo del FMI fue cuando Fernández mencionó al papa Francisco -cercano a Biden- y destacó su ayuda en el Fondo.
"El presidente argentino puso de relieve su vínculo con el Papa, con quien comparte su amistad. Así le transmitió el agradecimiento que tiene con el Papa Francisco, quien viene ayudándole desde que asumió Fernández a la presidencia y sobre todo en su apoyo en las negociaciones con el FMI. Biden a su vez, sostuvo que tiene valores compartidos con el Papa (...) y sostuvo que siente una gran admiración por él. Le conto su experiencia junto a Francisco cuando, como "el católico en el gabinete" fue él quien guio al sumo pontífice en su visita a Estados Unidos y que el jefe de la iglesia fue de gran apoyo cuando transcurrió una desgracia en su familia", relata el comunicado oficial de la Casa de Gobierno.
Las declaraciones públicas de Solá tienen incluso un detalle más. Según afirman fuentes oficiales, el canciller no llegó a participar de la conversación. La charla tuvo lugar en la Casa Rosada el lunes y estaba prevista su presencia, pero el ministro fue a la quinta presidencial de Olivos por error. Al llegar al microcentro, la charla entre Fernández y Biden había terminado.
Por su parte, habían estado con el Presidente el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Economía, Martín Guzmán; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi.
La charla fue el puntapié inicial de lo que serán las relaciones bilaterales entre La Argentina y Estados Unidos por los próximos años. Si bien el Gobierno ya estableció contactos con figuras clave que integrarán la gestión de Biden a través del embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, la conversación entre los dirigentes buscó relanzar un vínculo que con Trump fue solo cordial.
Las declaraciones de Solá representaron un obstáculo en ese objetivo, aunque en el Gobierno no arriesgan a especular sobre las posibles implicancias. "Estados Unidos toma nota de estas cosas", dicen.
Los dichos forzaron al Gobierno a dar explicaciones al FMI y a evitar que se termine generando un problema en las negociaciones. Si bien en enero asume Biden, eso no quiere decir que Rosen vaya a dejar el cargo, pues quien ocupe el puesto necesita de acuerdo legislativo.
En los Estados Unidos relativizaron los dichos de Solá al contextualizarlo en un asunto netamente doméstico. No creen, incluso, que modifique el curso de la negociación con el FMI.
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