Fuerte expectativa por la reunión de Francisco con los obispos argentinos
ROMA.- La cita es a las 10 de la mañana locales (las 5 en la Argentina), en el Palacio Apostólico del Vaticano. Treinta y un obispos argentinos se reunirán con el papa Francisco, quien les reservó dos horas -hasta las 12 (las 7 en la Argentina)- para escuchar sus diagnósticos sobre las diversas diócesis que dirigen y la situación del país, y para darles sus consejos.
La expectativa es alta. Será la primera visita ad limina que realizan obispos argentinos ante el papa argentino, algo sin precedente y que se da, por otro lado, en un contexto social delicado: polarización política, crisis económica más que preocupante, campaña electoral, debate sobre el aborto aún abierto, cuestiones que se abordarán desde el punto de vista pastoral.
"Seguramente, como anticiparon en el mensaje por su sexto aniversario, los obispos van a volver a invitar al Santo Padre al país y a expresar el deseo de que ?no se prive de la alegría' de esa visita", dijo a LA NACION el padre Máximo Jurcinovic, director de la Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Jurcinovic, que acompaña a la primera de tres tandas de obispos -esta vez, de la región platense, litoral y nordeste del país-, admitió un clima de gran expectativa entre los prelados.
"Los obispos están muy esperanzados con el encuentro con Francisco. Esperan que el intercambio los ayude en lo pastoral de sus diócesis, a poder renovar el desafío de la evangelización y a salir fortalecidos en la fe", aseguró el vocero episcopal.
La audiencia
Si bien la visita ad limina apostolorum (a los umbrales de las basílicas de los apóstoles, es decir, Roma) de los obispos debería darse cada cinco años, pasaron diez años desde la última que hizo el episcopado argentino, que tuvo lugar en 2009. Entonces lideraba a los obispos Jorge Bergoglio, cardenal primado de Buenos Aires, y el pontífice era Benedicto XVI, papa emérito. El exarzobispo de Buenos Aires ahora es el Papa y en los últimos años cambió la tradición por la que un pontífice solía pronunciar discursos en este tipo de ocasión.
En lo que se interpreta como un gran cambio cultural en el funcionamiento de la curia romana impulsado por Francisco, ahora a los obispos que llegan en visita ad limina no se les da cátedra o instrucciones -como si se tratara de virtuales alumnos, como solía suceder-, sino que se los recibe fraternalmente y escucha.
Por lo tanto, no se esperan discursos públicos del Papa, como ocurría antes, sino que más bien serán los obispos quienes hablarán.
"Me imagino que cada uno hará una breve síntesis de lo que ya se le mandó por escrito, habrá diálogo, preguntas y consultas", adelantó a LA NACION monseñor Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata, quien destacó que se trata de su primera visita ad limina.
La visita tendrá lugar cuatro días después de que Francisco pusiera como ejemplo para promover "una sociedad más justa y solidaria" al obispo Enrique Angelelli, proclamado recientemente mártir, junto a dos sacerdotes y un dirigente laico que actuaron en La Rioja, todos víctimas de la dictadura militar.
Entre otros, integran la delegación el secretario general del Episcopado y obispo de Chascomús, Carlos Malfa, y los arzobispos Víctor Manuel Fernández /La Plata), Ramón Dus (Resistencia), Eduardo Martín (Rosario), Andrés Stanovnik (Corrientes), Sergio Fenoy (Santa Fe) y el obispo de Azul, Hugo Manuel Salaberry.
En este tradicional encuentro eclesial, una suerte de maratón por los diversos "ministerios" de la Santa Sede, con los que hay un intercambio de información, los obispos también peregrinan a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo y a las basílicas pontificias mayores.
De hecho, hoy, antes de ver al Papa, el grupo de obispos celebrará una misa en el Altar de la Tumba de San Pedro, en el subsuelo de la Basílica de San Pedro, uno de los lugares más sagrados del catolicismo.
Recorrida en Roma
Luego de haber arrancado el lunes pasado la visita ad limina con una misa en la Basílica de San Pablo Extramuros, ayer celebraron la eucaristía en la Basílica de San Juan de Letrán.
Fiel reflejo de la preocupación por el país que seguramente le transmitirán al Santo Padre, el arzobispo Fenoy, quien presidió el oficio justo en el día que se recuerda a San José Obrero, habló del desempleo. "En nuestra última asamblea plenaria expresamos el dramático pedido de trabajo que escuchamos en cada una de nuestras diócesis", destacó, en su sermón. "Hoy reafirmamos que escuchamos y acompañamos ese pedido", agregó, en sintonía con lo expresado por otras voces del Episcopado en la Argentina.
Desde el lunes pasado, los obispos visitaron la Congregación para el Culto Divino, para las Causas de los Santos, el Dicasterio para la Familia, Laicos y Vida, el Pontificio Consejo para la Cultura, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral, la Congregación de Obispos, para la Doctrina de la Fe, para el Clero y la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
Concluirán la visita el sábado, después de haber visitado otras oficinas del Vaticano, celebrado misa en la Basílica de Santa María la Mayor y haberse reunido con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y segundo del Papa.
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