Horacio Rosatti fue elegido presidente de la Corte Suprema después de una jugada de Lorenzetti para impedirlo
La votación se hizo este mediodía, luego de discusiones muy tensas entre los jueces; el vicepresidente será Carlos Rosenkrantz
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Horacio Rosatti fue elegido hoy presidente de la Corte Suprema y Carlos Rosenkrantz, vicepresidente, después de horas de tensión, intrigas y discusiones entre los cinco ministros. Desde hace tiempo, la desconfianza y las operaciones cruzadas marcan el clima interno del tribunal.
La designación de Rosatti, un jurista que viene de la política, fue apoyada por su antecesor y por Juan Carlos Maqueda, pero resistida por Ricardo Lorenzetti y por Elena Highton. La presidencia de la Corte es por tres años. El nuevo mandato comienza el viernes próximo.
De acuerdo con el acta de la reunión que difundió el tribunal, no participaron del acuerdo ni Highton ni Lorenzetti. Ellos intentaron hasta último momento que Rosenkrantz aceptara ser reelecto con los votos de ellos dos. Lorenzetti, ya resignado a que no tenía los apoyos para recuperar la presidencia, prefería reeditar la fórmula Rosenkrantz-Highton antes que asistir a la asunción en el poder de Rosatti.
Según supo LA NACION, Lorenzetti está en su casa de Rafaela y no se conectó al Zoom; Highton se comunicó con los otros tres jueces por correo electrónico y por teléfono, solo para pedir la postergación de la reunión, que los demás no le concedieron.
Según el acta, Maqueda propuso la fórmula Rosatti-Rosenkrantz, que se impuso con el voto de ellos tres.
El relato de la reunión que fue transcripto en el acta sostiene: “A las 10.34 horas del día de hoy el Sr. Ministro Ricardo Luis Lorenzetti comunicó que se encuentra imposibilitado de asistir al presente acuerdo extraordinario convocado para el día de la fecha en virtud de estar participando de las reuniones de Unidroit y en las cuales actúa en calidad de miembro del Governing Council”.
Y agrega: “A las 11.15 horas del día de hoy la Sra. Ministra Elena I. Highton de Nolasco solicitó la postergación del acuerdo extraordinario por no estar presente el Sr. Ministro Ricardo Luis Lorenzetti (...) y a las 11.49 horas el presidente del Tribunal comunicó a todos los Ministros que ‘en virtud de que la ausencia de alguno de los ministros no constituye un impedimento legal para la celebración del acuerdo convocado, será celebrado en los términos de su convocatoria”. Relata, por último, que Highton “no participó del acuerdo extraordinario celebrado por medio virtual”.
En una de las vocalías que resistieron sin éxito la designación de Rosatti sostenían este mediodía que la Corte está “fracturada” y que se necesitó “el recurso del autovoto de Rosatti, tal como en la época menemista de Nazareno [Julio]”. Una muestra del clima que impera.
La explicación oficial que dieron en la vocalía de Lorenzetti sobre su ausencia fue que debía cumplir con un compromiso con Unidroit, una organización internacional con base en Roma que trabaja por la armonización de las legislaciones de los países y que el juez integra en representación de la Argentina. Dijeron además que Rosenkrantz convocó a la reunión de la Corte recién ayer y que fue “algo no habitual porque las elecciones de autoridades siempre son en los acuerdos ordinarios de los días martes”.
Lorenzetti tenía aspiraciones de volver a la presidencia, que ejerció durante casi doce años, y su regreso era alentado por distintos actores de la política. Oficialistas y opositores leyeron como una última jugada para conseguirlo el proyecto de ley del radical Emiliano Yacobitti y el macrista Cristian Ritondo, que propusieron modificar la forma de elegir al titular de la Corte: terminar con la votación interna y establecer un sistema rotativo, por orden de antigüedad. Si el objetivo buscaba volver a darle a Lorenzetti la presidencia, requería que Highton y Maqueda renunciaran a ejercerla ellos, pero Maqueda envió un mensaje que fulminó el plan. Hizo saber si el proyecto se sancionaba, él asumiría al frente del tribunal. Además, la iniciativa fue muy cuestionada por la propia oposición. Finalmente, Ritondo retiró su firma del proyecto. “Si bien resulta necesario arribar a una reglamentación que supere fricciones, pujas y disputas internas en el máximo tribunal (...), considero oportuno realizarlo a fin de año, luego de que se renueven las autoridades de la Corte”, sostuvo Ritondo en la carta que le hizo llegar al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Habrá que ver si todavía está interesado en impulsarlo.
El nuevo presidente
Antes de llegar a la Corte, Rosatti fue dirigente del peronismo en Santa Fe, su provincia. Fue el segundo ministro de Justicia de Néstor Kirchner. Asumió ese cargo el 26 de julio de 2004, en reemplazo de Gustavo Beliz, y renunció cuando estaba apunto de cumplir un año al frente del ministerio. No aceptó ser candidato a diputado por Santa Fe y se fue peleado con el entonces presidente. Además, denunció irregularidades en la construcción de cárceles. “No cerraban los precios”, dijo. En aquellos tiempos, el jefe de gabinete de Kirchner era Alberto Fernández. Rosatti también fue procurador del Tesoro, convencional constituyente e intendente de Santa Fe.
Macri lo propuso para la Corte en diciembre de 2015, pero este año cuestionó su actuación en el tribunal y dijo incluso haberse arrepentido de su elección. Siguiendo el consejo de Fabián Rodríguez Simón, Macri nombró a Rosatti y a Rosenkrantz “en comisión”. Después, los dos recibieron el aval del Senado.
Rosatti asumirá al frente de una Corte que acumula causas pendientes de alta trascendencia política. Tiene para resolver los planteos de nulidad de Cristina Kirchner contra el avance del caso Vialidad, por el que enfrena un juicio oral acusada de haber liderado una asociación ilícita que habría direccionado obras públicas viales en favor de determinados empresarios (básicamente, Lázaro Báez), que además habrían sido beneficiados con condiciones de contratación irregulares. Si la Corte hiciera lugar a los planteos de la vicepresidenta, la causa se caería. Hace más de dos años, el tribunal pidió “urgente” los 29 cuerpos del expediente y el juicio estuvo a punto de no empezar. Hoy, el proceso avanza y la Corte sigue sin pronunciarse.
La Corte tiene en trámite, además, un caso muy sensible para el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y para el gobierno nacional: la pelea por la coparticipación federal que la Nación le quitó a la ciudad de Buenos Aires. Además, adeuda temas de relevancia institucional como el expediente donde se discute la constitucionalidad de la conformación actual del Consejo de la Magistratura, y causas de larga data de lesa humanidad. También tiene frenadas decisiones administrativas, como la respuesta a los contratos que pidieron tribunales orales que están tapados de juicios. Rosenkrantz abogó por ellos, pero no consiguió los otros dos votos necesarios para disponer esos nombramientos.
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