Fuerte crítica de Macri al kirchnerismo: "Crearon empleo público inútil"
Dijo que el anterior gobierno ocultó la desocupación y que hace cinco años que no se genera trabajo; alertó que la crisis laboral no se frena con una ley
En pleno debate por la situación laboral, el presidente Mauricio Macri aprovechó ayer un almuerzo organizado por el gremio de los gastronómicos en el Día del Trabajador para expresar un duro rechazo a las leyes antidespidos que impulsan las principales centrales obreras y la oposición peronista en el Congreso. "Si fuese cuestión de leyes, saquemos, en vez de una ley para conservar lo que tenemos, una ley que diga que somos todos felices y ya está, lo resolvimos. Pero no es así", afirmó el Presidente, en relación con la norma aprobada por los senadores, que esta semana empezará a debatirse en Diputados.
Según afirmaron a la nacion altas fuentes del Gobierno, a través de su control de las comisiones clave el oficialismo intentará "tomarse su tiempo" en el Congreso para debatir la norma y esperar la decisión favorable de Sergio Massa, cuyo bloque en la Cámara baja es crucial para aprobar o no el proyecto que suspende los despidos por 180 días.
"Hace cinco años que no se genera empleo, porque ocultaron el desempleo con trabajo público inútil", dijo el Presidente en el salón del gremio que lidera Luis Barrionuevo (ausente por gripe).
Sin hacer referencia a la marcha que el viernes protagonizaron las cinco centrales sindicales para reclamar contra la situación socioeconómica, Macri afirmó ayer que "no hay salvación individual".
Cerca del Presidente afirman que el paro prometido contra su gestión por algunos líderes sindicales quedó muy lejos. "Si ahora vas al paro, ¿qué te queda para después? Eso lo están pensando los gremios", reflexionó ante la nacion un miembro del gabinete nacional.
Barrionuevo, cuñado de Camaño, es el líder de la CGT Azul y Blanca, la única central que no participó de la movilización del viernes, en la que abundaron las protestas contra los despidos, la inflación y los incrementos tarifarios.
Desde la Casa Rosada evaluaron las declaraciones del Presidente como "un paso más en la dirección en la que ya veníamos. No nos parece buena la ley que se aprobó en el Senado y pedimos que nos escuchen", afirmaron cerca del primer mandatario.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, continuará con su política de "diálogo permanente" con los líderes cegetistas Hugo Moyano y Antonio Caló. En el Congreso, el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, harán lo propio con los diputados peronistas Massa (Frente Renovador) y Diego Bossio (Bloque Justicialista) para convencerlos de no apoyar la norma en la Cámara baja.
Un "veto parcial" del Presidente es una de las opciones que se manejan si es que la norma continúa su camino y es convertida en ley de todos modos. Mientras tanto, el propio Massa se reunirá con el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, para evaluar la marcha del proyecto en la Cámara baja.
"En lugar de discutir otras cosas, deberíamos discutir qué hacemos con 750.000 jóvenes que no estudian ni trabajan", afirmó Triaca a LA NACION, y confirmó que al margen de ese debate el oficialismo insistirá en el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que otorga beneficios impositivos para las empresas que incorporen jóvenes de 18 a 24 años.
"El Estado tiene una responsabilidad como articulador de políticas que generen empleo, pero también como generador de empleo del bueno, directo, a través de la inversión en infraestructura", afirmó Frigerio ayer a través de un comunicado.
En el Gobierno aseguran que la pretendida unidad sindical "se quebró" después de que el viernes "todo fue moyanista. Hay muchos ruidos entre ellos", deslizaron. Al igual que luego de la manifestación del viernes en el monumento Canto al Trabajo, reiteraron que comparten "los reclamos del sindicalismo" y que trabajan para generar "empleos de calidad", según las palabras de Macri.
Repunte
Desde la Casa Rosada afirman que datos recientes de la Cámara de la Construcción evidenciarían un repunte en ese gremio, uno de los más afectados por la paralización de la obra pública que viene desde los últimos meses de gestión de Cristina Kirchner.
"Si (todo) fuese tan simple como imprimir billetes y repartirlos, es cuestión de cuántas máquinas de imprimir compramos y seríamos todos felices. Pero eso nos trajo el problema de la inflación, que siempre afecta primero a los que menos tienen", afirmó el Presidente durante el almuerzo.
En el salón de usos múltiples del sindicato el clima fue favorable para el Gobierno. Junto a su esposa, Juliana Awada; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el propio Triaca, Macri disfrutó de interlocutores alejados de la belicosidad que el viernes mostraron las CGT y las dos CTA encabezadas por Hugo Yasky y Pablo Micheli, que amenazaron con próximas medidas de fuerza. Antes de empezar, de hecho, Macri y Awada fueron hasta la cocina y junto a Camaño se sacaron fotos divertidos, revolviendo el locro con un enorme remo de madera. "Salió de su dieta y comió con ganas las empanadas y el locro", contaron desde la organización.
"Siempre fui opositor y le dije al Presidente que estaba contento porque por primera vez era oficialista. También le dije que ojalá en el almuerzo del año que viene lo siga siendo, significaría que hizo las cosas bien", contó a LA NACION Camaño, uno de los primeros sindicalistas que apoyaron a Macri durante la campaña electoral del año pasado que lo llevó al poder.
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