Fuera de agenda
Diálogos de la Presidenta con los jefes de Estado
Un "inglés tarzanesco" para indagar sobre la carta del Papa a Putin
SAN PETERSBURGO (De un enviado especial).– Se sabe que la presidenta Cristina Kirchner no se destaca por la autocrítica. Pero ayer se río de sí misma, al comentar su dificultad con el manejo del inglés. Lo hizo al contar cómo logró hacerse entender por el anfitrión Vladimir Putin en el debate de anteanoche sobre la crisis en Siria. "¿The letter is the Pope?", le preguntó en inglés al mandatario ruso para saber si el papel que tenía arriba de la mesa era la carta que el papa Francisco les había enviado a los presidentes del G-20 para reclamarles que persiguieran con "coraje y determinación" el camino de una solución pacífica. "¿The Pope?", insistió ella, hasta que Putin asintió.
"Le hablé con ese inglés tarzanesco que tengo yo", relató, divertida ayer, al transmitir la anécdota del curioso diálogo. "Me entendió perfectamente", se jactó, finalmente, la presidenta argentina, en medio de risas. El Papa les había pedido a los líderes mundiales que "encuentren las vías para que se abandone el vano afán de una solución militar".
Mirada extrañada de Cameron ante la última guerra de la Argentina
Ya con traductor de por medio, la presidenta argentina se encontró otra vez con el premier británico, David Cameron. "Fue muy respetuoso, como siempre. En las formas, siempre bien", comentó Cristina Kirchner, en el diálogo que mantuvo con los periodistas. Esta vez, a diferencia de otras cumbres del G-20, no tuvo ocasión de plantearle el reclamo por la soberanía sobre las islas Malvinas. Aunque sí se refirió a la guerra durante el debate presidencial. Mientras se hablaba sobre la situación en Siria, la Presidenta miró con un guiño cómplice al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y dijo: "La Argentina es un país que fue a una guerra por última vez hace 200 años, para independizarnos de España".
Según contó ayer, percibió una mirada extrañada del británico Cameron: "Antes de que nadie dijera nada, aclaré que nosotros no nos hacemos cargo de una guerra que declaró una dictadura, a la que muchos de los países aquí presentes apoyaron", relató ayer Cristina.
Admiración de Cristina por los Romanov y los palacios de los zares
Si algo fascinó a la Presidenta en su visita a San Petersburgo fue recorrer los palacios de los zares. Se declaró fanática de la historia de la familia Romanov y elogió a Putin por haber recuperado el espíritu de la Rusia imperial y puesto en valor los tesoros arquitectónicos de la era previa a la revolución comunista. Anteanoche, cuando se dirigían para la cena de los presidentes hacia el palacio Peterhof (la primera construcción que Pedro el Grande ordenó levantar luego de conocer el suntuoso palacio de Versailles), Cristina Kirchner mantuvo una larga charla –traductores mediante– con Putin. "Le conté que estoy leyendo un libro fascinante sobre los Romanov", comentó la mandataria. Durante el trayecto le describió al presidente ruso, con lujo de detalles, las historias que más le apasionan sobre la dinastía que gobernó el antiguo imperio. Los palacios de los zares en esta ciudad, capital del imperio ruso durante dos siglos, sufrieron la ocupación y el saqueo de las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
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