Fernández fue a Córdoba para distender la tensión, pero la portavoz generó otro conflicto con Schiaretti
Cerruti dijo que la provincia tiene “la mayor cifra de pobreza” del país; un ministro mediterráneo replicó que “no sabe de lo que habla”; el Presidente y el gobernador se mostraron fríos y distantes
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CÓRDOBA.- La de este viernes fue la segunda visita de Alberto Fernández como presidente a Córdoba. Estaba pensado como una forma de acercamiento a un distrito que históricamente le da la espalda al kirchnerismo, pero la portavoz Gabriela Cerruti responsabilizó a la administración de Juan Schiaretti de la probreza en la provincia y un ministro le respondió que “no sabe de lo que habla”.
En una conferencia de prensa Cerruti -quien venía hablando de un “crecimiento” de los ingresos- fue consultada sobre el millón de personas anotadas para cobrar el bono extra. “No a toda la gente le falta la plata. En la provincia de Córdoba hay un millón y medio de planes sociales. Los que no son de la provincia de Córdoba es porque los sostiene el Gobierno nacional -respondió-. La provincia de Córdoba tiene la mayor cifra de pobreza, está por encima de la media del país, y es la que menos ha bajado el desempleo. Si las políticas económicas del gobierno nacional no están impactando en la provincia de Córdoba es, tal vez, por las decisiones que toma el gobierno provincial”.
En Córdoba, con los datos del segundo semestre de 2021, la pobreza es de 40,4% (la del país se ubica en 37,3%). Fue el ministro de Desarrollo Social cordobés, Carlos Massei, quien le respondió. “La señora Cerruti inauguró bastante mal la Secretaría de Comunicación; no sabe de lo que habla, y tiene un desconocimiento supino de la realidad de Córdoba y del país”, declaró a Cadena 3.
Describió que la provincia tiene la tasa de actividad más alta del país, 50,2%, cuando el promedio es 38% (NR: un dato que impacta en la medición del desempleo) y la tasa de empleo público más baja, 34 cada 1000 habitantes y “un empleado público cada siete privados y a nivel país es uno cada cuatro”. “Tenemos hasta 1,5 millones de personas con al menos un plan social porque los programas macroeconómicos de la Nación hacen crecer la pobreza y la indigencia”, añadió.
Antes de esto, Fernández compartió dos actos con el gobernador Schiaretti y todo fue protocolar. La relación entre ambos es distante, ya que el mandatario provincial nunca apoyó su candidatura y, ya electo, en la Casa Rosada no lo cuentan como “peronista”. Hubo cordialidad, solo políticamente correcto. Por fuera, en una reunión con referentes del Frente de Todos, dijo: “No podemos estar inmovilizados por eso. Las opiniones de los compañeros son eso, opiniones”.
Después de la visita institucional, Fernández mantuvo una reunión con referentes del Frente de Todos e intendentes en la sede del gremio de Camioneros. “¡Basta!, no podemos estar inmovilizados por eso. Las opiniones de los compañeros son eso, opiniones. Néstor [Kirchner] dijo que había que sumar verdades relativas. No le tenemos miedo al debate. Siempre estuve de acuerdo con resolver las candidaturas por internas. Debatamos y vayamos para adelante, porque es un gran momento de la Argentina”.
No hubo nombres, pero es claro que la referencia es a Andrés Larroque, quien criticó duramente al ministro Martín Guzmán durante tres días seguidos.
En otro tramo de ese encuentro -el Presidente habló en un espacio rodeado de los asistentes sentados- retomó los conceptos que había dicho hace una semana junto a Mario Ischii en un plenario del PJ en José C. Paz. La posibilidad de que Fernández vaya por su reelección también estuvo presente en el momento de las preguntas y respuestas.
“No bajemos los brazos”, insistió. “El 2023 no está perdido, está perdido si nosotros queremos darlo por perdido”, dijo y planteó que como peronistas “a la palabra ‘aflojar’ no la conocemos”.
Terminó esas frases aplaudido, de pie, por los asistentes, a los que se dirigió como “cordobeses y cordobesas”. En este distrito el desempeño electoral del oficialismo nacional viene siendo muy pobre hace varias elecciones.
En los momentos que compartió con Schiaretti, Fernández -como es su costumbre- lo llamó “el Gringo”; el cordobés aprovechó para repetir algunas de las políticas que, entiende, lo diferencian de la Nación, como el apoyo a las actividades productivas. No hubo reproches, sí diferenciación.
Hubo saludos, con un beso, cuando Fernández aterrizó en el aeropuerto Córdoba y Schiaretti y el intendente de la ciudad, Martín Llaryora, lo recibieron y compartieron juntos una traffic hasta la planta de Renault-Nissan en Santa Isabel, donde participaron del acto de Nissan de comienzo de producción de la nueva Frontier. Después, fueron a hacer un recorrido por la planta de líquidos cloacales de Bajo Grande, una obra con financiación de la Nación.
Al Presidente lo acompañaron los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. Ellos tres fueron de la partida en la traffic. En los actos se sumaron los referentes del kirchnerismo en Córdoba, los diputados nacionales Gabriela Estevez, Eduardo Fernández y Pablo Carro, además del intendente de Villa María, Martín Gill.
“Temas de gestión”, respondieron las fuentes consultadas por LA NACION acerca de la charla entre el Presidente y el gobernador. Schiaretti activó hace semanas reuniones con referentes nacionales del peronismo no kirchnerista, porque admite su “preocupación” por la situación social, fruto de la inflación y los problemas internos del gobierno que, entiende, generan más incertidumbre.
En el acto en Nissan, el gobernador habló antes que el Presidente. Repasó el rol central de Córdoba en la industria automotriz y subrayó lo que suele decir en sus actos: que su administración “apuntala a toda la producción”. Planteó que el Estado debe darle “una mano” a los que “la están pasando mal” y enumeró el alcance de la asistencia social cordobesa. Pero subrayó que hay que “subsidiar el empleo más que el desempleo” (la Provincia, por ejemplo, aporta $7000 por cada nuevo trabajador de Nissan). Nunca mencionó ni al Gobierno nacional ni a Fernández.
El Presidente, en cambio, hizo referencia a que “con el Gringo somos de la misma escuela” para plantear que conciben a la industria como motor de crecimiento. También compartió el concepto de que la prioridad es “generar empleo”.
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