Frente "antimafia" de Cavallo y Beliz
Alianza: los ex ministros de Menem formaron una línea opositora; ambos serán candidatos a diputados por la Capital.
Domingo Cavallo resolvió canalizar sus deseos políticos de 1997 como candidato a diputado por la Capital. Cerró un acuerdo con Gustavo Beliz para formar un frente opositor y antimenemista que apuntará a cambiar la agenda de prioridades de Estado con miras a 1999: levantarán la bandera de la Justicia, la seguridad y la lucha contra la corrupción. Beliz lo bautizó como un "frente antimafia". Sobre las candidaturas no llegaron a un acuerdo aún, aunque -según sus allegados- no tienen previsto echar a perder ese eje en disputas personalistas. Pese a todo, Beliz también ambiciona el primer lugar de lista de diputados porteños.
"No sería bien recibido en Córdoba, si regreso para la campaña, tras diez años de vivir aquí", razonó Cavallo en una reunión íntima de aliados porteños, antes de emprender una nueva incursiónpor los Estados Unidos. La alternativa de que se traslade a Buenos Aires es inviable por ley. No nació ni residió nunca en esa provincia; de allí lo avanzado de la candidatura del economista Adolfo Sturzenegger.
Piloto automático
La pobreza y la desocupación, dicen, figuran en la agenda que quieren instalar los cavallo-belizistas. En el entorno del ex ministro creen que el rumbo económico está garantizado por una suerte de piloto automático y que Cavallo es el mejor garante de las reglas de juego. "El padre de la criatura soy yo", se ufana el ex hombre fuerte de Menem en privado. Pese a que la UCR y el Frepaso jueguen la carta de la anticorrupción, Beliz y Cavallo coinciden en que "no ofrecen el reaseguro de la racionalidad económica".
Según sus lugartenientes, Cavallo está convencido de que Menem, será inducido por "malas compañías" a intentar una segunda reelección y que las posibilidades de lograrla son nulas. "Su liderazgo se agotó en la transformación que debía realizar en 1989; el cambio que se instalará como urgente en la sociedad, el de introducir transparencia, se contradice con los personajes que lo acompañan", recita el ex ministro.
El papel de "presidente institucionalizador" -para Cavallo- le está reservado, al menos por ahora, a Ramón Ortega. Durante su gobernación en Tucumán, no exenta de avatares políticos y económicos, intentó una depuración en la Justicia que el cavallismo aprovechará en su discurso.
Pero Ortega será el aliado de Cavallo sólo en 1999, cuando llegue la hora de ampliar el frente político. ¿El ex ministro descartó jugarse por la Presidencia? "En política todo es posible, pero el hombre del Mingo, hoy, es Palito", coinciden los fogoneros frentistas.
Cavallo bajó el tono de sus ataques, pero no piensa en que su campaña electoral estará exenta de tormentas. Su abrazo al ministro de Economía, Roque Fernández, en Davos, fue una señal hacia los mercados internacionales. Sigue pensando que Roque no es un duro en la persecución a las asociaciones ilícitas que, según denuncio, operan en el Estado.
El ex ministro sueña con ver pasar por su puerta el cadáver de los jueces a los que vincula con el menemismo. Por lo que escucharon sus allegados, ya no oculta su convicción de que los ministros Carlos Corach (Interior) y Elías Jassan (Justicia) son una suerte de testaferros de Menem en el padrinazgo de los magistrados que llevan a Cavallo ante sus estrados.
Contra esos jueces, desarrollaría una pesquisa exhaustiva. "La posibilidad de removerlos está ligada a sus pasos futuros; dejarán rastros", confió a La Nación un comisario de la inteligencia cavallista embarcado en la limpieza "patriótica". No dejará el hostigamiento contra Alfredo Yabrán, frente a quien mantiene la madre de todas sus batallas. Si interrumpió la andanada fue debido a que le complacería compartir con otras fuerzas, como el Frepaso, ese entrañable sentimiento antiyabranista.