La orden de Macri: encontrar una respuesta política
"Tenemos que dar una respuesta política a este problema. Y la vamos a dar", reflexionó un ministro del gabinete que acompaña a Mauricio Macri desde hace una década, en relación con el tema que "borró" de la agenda los festejos oficiales por el Bicentenario .
Dispuesto a dar marcha atrás, aunque seguro de haber dado "pasos en la dirección correcta", y sin permitir que se hable de minicrisis, el Presidente les pidió al ministro de Energía, Juan José Aranguren , y a funcionarios de su gabinete que llegaran a una respuesta política, a través de un tope a los aumentos del gas. Subas, en algunos casos astronómicas, que despertaron una ola de reclamos ya no sólo desde la oposición peronista, sino también de sus aliados radicales y, lo que es peor, de la propia base de votantes de Cambiemos .
"Autocrítica no hay que hacer. Nos mató el clima, que fue récord por el frío e hizo subir el consumo. A eso se sumó la necesidad que teníamos de aumentar las tarifas por el descalabro que hizo el gobierno anterior", dijo ayer un funcionario que responde al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El Gabinete en pleno trabajaba en la solución política desde el jueves, cuando la Sala II de la Cámara Federal de La Plata suspendió los aumentos de las tarifas de gas en todo el país.
Macri, como lo hace siempre, escuchó las distintas opciones de solución que le ofrecían durante la extensa (y algo tensa) reunión del mediodía en la Casa Rosada antes de resolver. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio , insistió junto a otros dirigentes del ala política en la necesidad de preservar el acuerdo con los gobernadores, que fijó en un techo del 400 por ciento el aumento de las tarifas. Aranguren, en tanto, era partidario de sostener el actual cuadro tarifario con facilidades de pago y cuotas para los contribuyentes que debían afrontar mayores erogaciones. Macri pareció darle la razón a su ministro más cuestionado por la mañana, cuando en el relanzamiento del plan Procrear habló de restringir el consumo de gas y criticar a quienes, "en remera y en patas" acceden al beneficio en sus hogares, y "consumen energía de más".
La frase no fue feliz, reconocían en los despachos oficiales, aunque desde el Gobierno insistieron en "cambiar los hábitos de consumo de la población", dado que, como lo explicó Peña, "nos hemos quedado sin gas". ¿No se podía prever esta situación? "Era imposible, no podíamos saber que iba a hacer tanto frío", retrucaban cerca del Presidente. Y apuntaban a "ventajita (Sergio) Massa", por las críticas que el líder del Frente Renovador dirigió hacia el Gobierno por las subas.
En la discusión interna ganó, finalmente, el ala dialoguista del Gobierno, interesada en preservar los vínculos con gobernadores e intendentes, vitales para sostener la gestión y los votos en el Congreso. En los convulsionados cordones segundo y tercero del conurbano, además, las encuestas que maneja la Casa Rosada hablaban de un malhumor creciente ante los incrementos.
Radical crítico
Ernesto Sanz , el radical más escuchado por la Casa Rosada, no sólo criticó los aumentos de tarifas la semana pasada. Ayer, sobre la base de un informe económico diseñado por sus correligionarios Gonzalo Berra y Adrián Ramos, insistió en la necesidad de "compensar a sectores que no fueron beneficiados por este gobierno, como sí lo fueron las mineras y el campo". Macri escuchó esas críticas y de alguna manera les mostró que los escucha, una demanda que la UCR viene sosteniendo, cada vez en un tono de voz más alto.
En la conferencia de prensa compartida con Aranguren y el ministro de Justicia, Germán Garavano, Peña dijo entender "la angustia" que provocaron los aumentos en miles de familias. Pero hasta ayer en el Gobierno decían que "las facturas mal hechas no pasan del 5 por ciento del total" y estimaban que no era "tan grave". Y el coordinador del gabinete, Gustavo Lopetegui (supervisor de Aranguren) insistía a través de sus planillas de cálculo en que el promedio de suba para los hogares "es del 70 por ciento". Lejos, muy lejos, de los ejemplos que circularon en los últimos días, advierten.
Nada indica que el futuro de Aranguren en el gabinete esté en riesgo. Macri, al igual que Peña, valora su "solvencia profesional" y sobre todo su "convicción" para llevar adelante las políticas ordenadas por la Casa Rosada, en muchos casos antipáticas. Algunos compañeros del gabinete, que lo acusan por lo bajo de "no escuchar" y de tener modales poco diplomáticos a la hora de los anuncios, lo vieron ayer "recalcular", un verbo que el Gobierno conjuga cada vez que debe dar marcha atrás sobre sus pasos.
Contentos por lo que consideran una "solución razonable", en el Gobierno se lamentaban por el dinero perdido. "La decisión te genera un agujero fiscal, porque no se cobra lo que se tiene que cobrar", comentaba, resignado, un asesor del Presidente. E insistía, como lo hizo Peña, en culpar a los consumidores de mayores ingresos. "Estamos acostumbrados a gastar luz y gas porque es gratis. Eso se terminó", definía el asesor, poco antes de los anuncios oficiales.
En Santiago del Estero, otro fallo en contra
- Pese a que el aumento de la tarifa del gas está frenado por la Justicia a nivel nacional, el ajuste sigue generando una ola de fallos en contra. Ayer, la justicia federal de Santiago del Estero ordenó retrotraer los valores, tras hacer lugar a una medida cautelar presentada por la Asociación de Defensa al Consumidor de Santiago del Estero (Adecse).
- "Solicitamos, a los efectos de evitar mayores daños al consumidor, se suspendan las actualizaciones de cobro hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, manteniendo el cuadro tarifario anterior y establecer mecanismos para que se le devuelva a los usuarios lo que han abonado de más", dijo el titular de Adecse, Javier Alexandro.
- Por su parte, el asesor legal de la organización, Luis Gerez, dijo que "la reestructuración de los cuadros no es una necesidad de las empresas".