Frase de Cicerón | ¿Es cierta la cita que usó Milei para defender el presupuesto?
El Presidente aludió a una supuesta frase del cónsul romano para justificar su postura y cuestionar a la oposición; se ha empleado recurrentemente y expertos internacionales sostienen que es apócrifa
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Dos veces a lo largo de su discurso en el Congreso apeló Javier Milei a frases atribuidas a Marco Tulio Cicerón, uno de los más grandes oradores de la historia y cónsul de la República Romana en el año 63 antes de Cristo. La segunda de ellas, casi en el cierre de sus palabras, es ya un clásico de las citas incomprobables que circula desde hace años en distintos medios sin ningún sustento documental.
Tanto se ha usado para sostener argumentos de defensa de la austeridad fiscal que diversos expertos internacionales han investigado años atrás su origen, en busca de determinar si es verdadera, falsa o exagerada. La conclusión ha sido unánime, mucho antes de que Milei la anotara en su discurso por cadena nacional del domingo a la noche: no existe ningún registro de que Cicerón haya dicho eso y la mención más lejana en el tiempo de esa sentencia figura en la novela de una escritora británica de los años 60.
¿Qué dijo Milei?
“Para finalizar quiero citar nuevamente a Marco Tulio Cicerón, el gran legislador romano que decía: ‘El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser aprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse. Para que Roma no vaya a la bancarrota la gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado’. Esta frase tiene más de 2000 años”, leyó el Presidente. La completó con un dardo directo al bloque kirchnerista de Diputados: “Ustedes de eso no aprendieron nada”.
Esa frase se ha repetido en libros, notas periodísticas, discursos legislativos y, últimamente, en infinidad de cuentas de redes sociales, generalmente por parte de dirigentes políticos de derecha que defienden una agenda fiscalista.
La Universidad de Oxford la incluyó en un tomo de “Citas esenciales” (2016), en el que rastrea la historia de sentencias que han hecho historia.
Según puede comprobarse en su versión online, la frase en cuestión “no se encuentra en las obras de Cicerón y parece derivar de esta novela histórica basada en su vida: La columna de hierro, de Taylor Caldwell (1965).
En realidad, la escritora -que tuvo algunos bestsellers en su época, pero que está lejos de ser recordada por la precisión de sus relatos históricos- ni siquiera le hace decir a Cicerón esa frase de manera textual. Según el registro del manual de Oxford, en la novela le atribuye esas ideas al personaje. Lo pone de esta manera: “Antonio confundía a Cicerón con frecuencia. Antonio estaba de acuerdo con él en que se debía equilibrar el presupuesto, que se debía reabastecer el Tesoro, que se debía reducir la deuda pública, que se debía moderar y controlar la arrogancia de los generales, que se debía reducir la ayuda a los países extranjeros para evitar que Roma se declarara en quiebra, que se debía obligar a las masas a trabajar y no depender del gobierno para subsistir, y que se debía poner en práctica la prudencia y la frugalidad lo antes posible”.
El sitio norteamericano Quote Investigator, dedicado a rastrear el origen y veracidad de frases históricas, también tiene un trabajo sobre esa frase atribuida a Cicerón y llega a la misma conclusión: “No hay evidencia sustancial de que Cicerón haya pronunciado o escrito estas palabras”.
Alude también al libro de Caldwell, cuyo subtítulo postulaba: “Una novela sobre Cicerón y la Roma que intentó salvar”. El libro -señalan los expertos- presentaba “una versión ficticia de la figura histórica Cicerón como personaje principal”.
La frase que usó Milei aparece en el capítulo 51 y la confusión entre ficción y realidad viene de lejos. Según los chequeos que se han hecho a lo largo de los últimos años, quien primero la aplicó fue el congresista norteamericano Otto Passman en un discurso de 1966.
En 2021, ante la profusión de la frase en grupos de Facebook y en tuits, el sitio español Maldita.es, que lucha contra la desinformación online, dedicó un texto a la expresión que ahora retomó el presidente argentino.
Cita allí al historiador Andrés Nadal, que afirma que la frase es pura invención: “En los textos de Cicerón sólo aparece la palabra ‘presupuestos’ en Cartas a Ático, 124 (VII 1) y no tiene nada que ver con el tema”.
El arqueólogo Néstor F. Marqués, del proyecto de difusión cultural Antigua Roma al Día, sostiene en ese mismo informe la cita es “totalmente falsa”. “El libro de Caldwell no deja de ser una novela y, cómo tal, una obra de ficción. El texto apela a sentimientos de la idiosincrasia moderna que no tienen nada que ver con la forma de pensar de la antigua Roma”.
El sitio de verificación Snopes también chequeó la supuesta frase en 2013 y la calificó de falsa. “Como hemos señalado muchas veces en estas páginas, una forma común en que la gente intenta demostrar la idoneidad de un determinado punto de vista social o político es poner su expresión en boca de una figura histórica venerada”. Alude también al libro de Caldwell de 1965.
En esa entrada se lee: “Como observó Jess Stearn en En busca de Taylor Caldwell, esta conversación histórica imaginaria reflejaba la propia perspectiva política de Caldwell mucho más que la de Cicerón: ‘Era conservadora en lo político, creía que el botín pertenecía a quienes trabajaban duro para conseguirlo. No había almuerzos gratis. Aborrecía la filosofía del bienestar que otorgaba dádivas a los gorrones, y criticaba las recompensas por la indolencia y la incompetencia’. O, como bromeó acertadamente John Blundell en Ladies for Liberty, ‘Taylor Caldwell nos ofrece política fiscal, reforma del servicio civil, recortes en la ayuda a los países menos desarrollados y reforma del bienestar, todo en una sola frase’.
Tampoco existe certeza respecto de que Cicerón haya pronunciado la otra frase que le atribuyó Milei: “Cuanto más se acerca el colapso de un imperio más estúpidas son sus leyes”. Desde hace años se ha citado profusamente como una máxima del cónsul romano, pero no hay registros claros de su origen. La duda principal sobre su veracidad es que Cicerón vivió y murió durante la era de la República, anterior al “imperio” al que alude la oración.
Quién fue Cicerón
Marco Tulio Cicerón fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano que es habitualmente considerado como uno de los más grandes retóricos de la República romana. Sus discursos más célebres fueron las llamadas Catilinarias, cuatro alocuciones pronunciadas ante el Senado entre noviembre y diciembre del año 63 a. C., después de ser descubierta y reprimida una conspiración para dar un golpe de Estado encabezada por Catilina.
Se lo recuerda universalmente como uno de los autores más importantes de la historia romana y como responsable de la introducción de las más célebres escuelas filosóficas helenas en la república. Su atención estuvo centrada principalmente en su carrera política. Sus cartas, la mayoría enviadas a Ático, alcanzaron un enorme reconocimiento en la literatura europea por la introducción de un estilo epistolar único.
Después del asesinato de César, Cicerón quedó entre los enemigos de Marco Antonio en la lucha por el poder que se desencadenó. Fue proscrito por el Segundo Triunvirato y soldados que operaban en su nombre lo ejecutaron y decapitaron el 7 de diciembre de 43 a. C. tras ser capturado mientras intentaba huir lejos de Roma. Tenía 64 años.