Francisco nombró arzobispo de La Plata a Gustavo Carrara, referente de la Pastoral de las Villas
Actualmente es obispo auxiliar de Buenos Aires, donde acompaña a monseñor Jorge García Cuerva; es también presidente de Cáritas
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LA NACIONMariano De Vedia
El papa Francisco nombró arzobispo de La Plata a monseñor Gustavo Carrara, actual obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires y uno de los principales referentes de la pastoral de los curas de villas y barrios populares. De 51 años y fuerte sensibilidad social, en un período de crecimiento sostenido de la pobreza, recientemente el Episcopado lo designó presidente de Cáritas Argentina, función que desempeñará en los próximos tres años.
Formado en el seminario metropolitano de Villa Devoto, Carrara sucederá al arzobispo Gustavo Mestre, a quien Francisco le pidió sorpresivamente la renuncia en mayo pasado, a raíz de un conflicto suscitado durante su paso anterior como arzobispo de Mar del Plata. El Papa nombró, así, a un obispo de estrecha confianza, que desarrollará su misión pastoral en una de las principales sedes episcopales del país, que entre 2018 y 2023 estuvo a cargo del actual cardenal Víctor Manuel Fernández, hoy prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en Roma.
Monseñor Carrara tiene una fuerte ascendencia sobre el equipo de curas de villas y barrios populares. Se recuerda que en 2017, al ser consagrado obispo, fue llevado en andas por sacerdotes y seminaristas en la Catedral. Acompañó y encabezó celebraciones de fuerte repercusión política, como la misa celebrada en septiembre de 2023 en defensa del Papa, frente a los agravios que trascendieron del entonces candidato Milei, y ofreció disculpas en los casos en que consideró que se habían cometido excesos por cánticos de tono partidario en celebraciones religiosas.
Carrara nació en Buenos Aires el 24 de mayo de 1973 y fue ordenado sacerdote en 1998 por el entonces arzobispo Jorge Bergoglio. Estuvo en el santuario de San Cayetano, de Liniers, y en la parroquia Inmaculada Concepción de Belgrano, conocida como La Redonda, entre otros destinos. Durante varios años fue párroco de Santa María Madre del Pueblo, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, hoy Barrio Ricciardelli, en homenaje a un emblemático sacerdote de esa comunidad. Se destacó en los últimos años como vicario episcopal de la Pastoral Villera.
Actualmente acompaña como vicario general al arzobispo de Buenos Aires, monseñeor Jorge Ignacio García Cuerva, quien también desarrolló durante varios años su ministerio sacerdotal en barrios vulnerables, como la villa La Cava, de San Isidro.
Al conocerse la designación, García Cuerva difundió una carta para expresar su agradecimiento a monseñor Carrara por su entrega en su paso por la arquidiócesis porteña. Y recordó que ambos fueron designados obispos por Francisco el mismo día, en noviembre de 2017: Carraa como obispo auxiliar de Buenos Aires y él como obispo auxiliar de Lomas de Zamora.
“Ayer [por el miércoles 20] se cumplían siete años de que ambos éramos nombrados obispos por el papa Francisco. Desde aquel momento compartimos tareas pastorales, miradas, sueños y reflexiones, hasta que la providencia nos volvió a unir fuertemente en el pastoreo de la arquidiócesis de Buenos Aires a partir de julio de 2023. Doy gracias a Dios por haber trabajado juntos, compartiendo la diaria con sus desafíos, problemas y alegrías, como compañeros de camino y hermanos en la misión”, señaló García Cuerva.
Prioridad social
La designación de Carrara acentúa el carácter social que ratificó el Episcopado la semana última, al renovar sus autoridades y elegir como presidente al arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, y como vicepresidente primero al arzobispo de Córdoba, cardenal Ángel Sixto Rossi. Con su promoción, el Papa jerarquiza el trabajo de los sacerdotes de las villas y barrios populares. Carrara viene impulsando programas de asistencia y promoción humana en favor de las comunidades, al tiempo que rescata la identidad cultural y los valores que se mantienen en muchos barrios vulnerables.
Con su nombramiento, además, Francisco ratificó su línea pastoral en una arquidiócesis que durante muchos años tuvo una fuerte impronta conservadora. Antes de la designación de Fernández, pasaron por la arquidiócesis platense los arzobispos Héctor Aguer, durante casi 20 años, y anteriormente Antonio Quarracino.
En distintos momentos monseñor Carrara denunció situaciones de emergencia y postergaciones en materia de vivienda, salud, educación y acceso al trabajo en los conglomerados precarios y promovió la integración efectiva de los barrios de emergencia con el tejido urbano.
Es, además, una voz firme en la denuncia del avance de la droga y el negocio del narcotráfico, principalmente en los barrios carenciados. Ya en 2009 participó en la redacción de un documento de los curas villeros que denunciaban que “la droga en las villas está despenalizada de hecho”.
Desde mayo de este año, la arquidiócesis de La Plata es conducida por el administrador apostólico de la “sede vacante”, monseñor Alberto Bochatey.
Por Mariano De Vedia
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