FMI: sin confrontar con Cristina, el Gobierno advierte que la llave de la negociación la tiene Guzmán
En la Casa Rosada dicen que están de acuerdo con buscar mejores condiciones, pero admiten que son difíciles de conseguir y por eso respaldan las tratativas del ministro
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Con el efecto altavoz que genera cada vez que aparece en público, Cristina Kirchner presionó ayer para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haga un “gestito” y otorgue un plazo mayor y mejores tasas para que la Argentina pague su deuda. También instó a la oposición a “hacer un esfuerzo” para pedir mejores condiciones en la negociación.
En el Instituto Patria lo traducen simple: la vicepresidenta quiere que el Fondo acepte un inédito programa de 20 años que despeje la curva de pagos de los próximos años y pretende que aquellos con voluntad de gobernar el país se encolumnen detrás de ese requerimiento. Además, espera que no se apuren los tiempos para cerrar el acuerdo: si debe quedar para después de las elecciones legislativas, que así sea. Todo esto venía formando parte de las conversaciones a puertas cerradas que Cristina mantenía con Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán. “Cristina dice lo mismo en público que en privado”, comentó hoy un colaborador estrecho del Presidente. Pero ayer, la vicepresidenta lo dijo a viva voz y lo hizo mientras el titular del Palacio de Hacienda cerraba su gira por los Estados Unidos.
La Casa Rosada intentó hoy no desentonar el planteo de la vicepresidenta. Un alto funcionario, que trabaja en la diaria con Fernández, dijo a LA NACION, que el Presidente también quisiera poder refinanciar los vencimientos de la deuda “por lo menos a 15 años” y que también quisiera un gran acuerdo político.
Sin embargo, en otros despachos de la Casa de Gobierno aportaron una pátina de realismo y advirtieron las limitaciones propias que tiene la negociación. “Una cosa es lo que sucede en el plano político y otra lo que efectivamente pasa cuando Martín Guzmán se sienta en la mesa de negociación del FMI con saco y corbata”, resumió un portavoz oficial.
“Cristina es así, no nos sorprende. Dice desde la tribuna lo que hay que hacer. Pero los que estamos gestionando el problema somos nosotros, el resto es política”, agregó.
Un importante colaborador con oficina en Balcarce 50 advirtió: “Tener más plazo para pagar, más quita, menos intereses, mejor financiación sería buenísimo. Conseguir un programa de, 15 años en lugar de diez sería hermoso. Pero primero hay que ver qué devolución trae Guzmán de su viaje y cuál es el clima que tiene este Fondo, con Joe Biden en el gobierno de los Estados Unidos”.
Guzmán ya dejó en claro que el FMI tiene un menú preestablecido de programas y que él va detrás de un acuerdo de facilidades extendidas (EFF, según sus siglas en inglés) que prevé un plazo máximo de diez años. Si se pretende otra cosa, el Fondo debería cambiar su normativa.
Y eso hoy parece imposible. Hoy, el vocero del Fondo, Gerry Rice, advirtió que el Acuerdo de Facilidades Extendidas prevé que “los desembolsos se repagen en un período de 4,5 a 10 años” y que “esas condiciones se aplican en forma uniforme, no solo para la Argentina”. En un comunicado, el FMI hizo hincapié, no en las facilidades de pago que podría otorgar el organismo, sino en el programa macroeconómico sustentable que debe encarar la Argentina. Vía Twitter, Guzmán dijo lo mismo, en un mensaje muy contrastante con el que dio la vicepresidenta.
La pregunta que se hacen todos es cómo va a terciar Alberto Fernández. “La instrucción política que da Alberto es que se cierre el programa más conveniente para el país. Lo que importa es el paquete general de condiciones que se acuerde. El plazo del programa y el momento ideal para cerrar el acuerdo deben estar subordinados a eso”, dijo un importante portavoz a LA NACION.
En lo que sí coincidieron en la Casa Rosada sin matices es en la necesidad de buscar un “gran acuerdo político con la oposición”. “El de la deuda es un problema estructural de largo plazo que tiene la Argentina. Hay voluntad de explorar un acuerdo político por el tema del FMI”, confirmó un importante vocero oficial de Balcarce 50.
Tanto Cristina como Máximo Kirchner vienen deslizando la necesidad de “llamar a un consenso a los dirigentes que tienen voluntad de gobernar el país”. “Por ahora es un llamado público, no se instrumentó, pero sería bueno que ningún gobierno del futuro se atragante con los pagos”, respondió una fuente del Instituto Patria consultada sobre si hubo contactos concretos con Juntos por el Cambio.
Las declaraciones llegan a pocos días de que el Gobierno impulsara una “querella criminal” contra el exgobierno por la toma de la deuda. No de casualidad, Guzmán no participó de esa denuncia.
Un portavoz oficial intentó minimizar los contrastes entre la vicepresidenta y el ministro de Economía: “Cristina no cascotea a Guzmán como lo hizo con (Marcela) Losardo. Frío entre ellos no hay, porque hablan todo el tiempo. Y cuando Cristina habla así también puede ser funcional. ¿Qué quiere el Fondo? ¿Negociar con Guzmán o con el ministro del Instituto Patria?”.
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