Rechazo a Adriana Puiggrós por decir que los exámenes son instrumentos de control
El exministro de Educación nacional Alejandro Finocchiaro cuestionó las recientes declaraciones de la actual viceministra de la cartera, Adriana Puiggrós, sobre el rol de la evaluación en el proceso educativo y defendió el sistema de evaluaciones implementado durante el gobierno de Mauricio Macri . "Puiggrós atrasa mucho, esta discusión la dimos hace diez años", opinó Finocchiaro.
En una entrevista publicada el domingo por El Cohete en la Luna, Puiggrós, doctora en Pedagogía con una abundante producción escrita sobre temáticas educativas, consideró que "evaluar no es un elemento de la enseñanza" sino "un instrumento de control y de selección y está pensado desde una lógica empresarial" que busca "reducir cantidad de alumnos, de docentes, desde una idea meritocrática".
La viceministra se refirió así al "modelo de evaluaciones estandarizadas" del macrismo, durante el que se implementaron a nivel nacional las pruebas Aprender y la Argentina volvió a ser admitida en los exámenes internacionales PISA. "La idea es que la evaluación es un elemento posterior del proceso enseñanza-aprendizaje. Lo que tenemos que hacer ahora es enseñar, dialogar con los actores, con las provincias, con los docentes. Es la directiva del ministro [Nicolás Trotta]", dijo Puiggrós en la entrevista.
Sin embargo, Trotta tomó hoy distancia de los dichos de Puiggrós. El ministro de Educación aclaró que los alumnos argentinos continuarán formando parte de los exámenes internacionales de la OCDE y la Unesco para evaluar su rendimiento escolar.
"La viceministra resucita el mito del carácter punitivo de la política de evaluación que implementó nuestra administración y agita los fantasmas de la reducción del plantel docente en función de los resultados", opinó Finocchiaro en diálogo con LA NACION. "No se despidió a ningún docente. Lo que se detectaron fueron falencias dentro de las instituciones que con capacitación fueron mejorando", agregó.
"No hay ningún tipo de control porque las evaluaciones son anónimas y lo que hacen es proporcionar información fidedigna para hacer políticas públicas -detalló Finocchiaro- . Evaluar es enfrentar los discursos con la evidencia, aceptar la verdad".
Y justificó el uso de pruebas estandarizadas por la cantidad de chicos que se evalúan y la necesidad de obtener resultados rápidos. "Si uno hace una evaluación este año y los resultados están en 2025, no sirven", dijo.
"Gracias a las Aprender del 2016, tomamos las 3500 escuelas con mayor vulnerabilidad educativa y pusimos todos los recursos del Estado en ellas. Las llamamos escuelas Faro. Y en la evaluación de 2018, esas escuelas estuvieron por encima del promedio nacional", puntualizó el exfuncionario.
Finocchiaro cargó también contra lo que llamó el "mito de las empresas", que según él agitan algunos referentes del oficialismo: "Puiggrós dice que las pruebas se hacen para les empresas. Y el trabajo también es parte de la vida. Estos chicos van a ir a trabajar al sector privado o como emprendedores y van a crear riqueza. Si no se generan inversiones y empleos, un país no puede avanzar."
Otras voces del mundo educativo
Desde la Unión de Docentes Argentinos (UDA), el sindicato docente más antiguo del país y miembro de la CGT, se distanciaron de la idea de la evaluación como una "lógica empresarial", pero consideraron que los exámenes estandarizados no son útiles como método de diagnóstico.
"Nosotros no compartimos el pensamiento de la viceministra, es erróneo. Las evaluaciones no son una lógica empresarial, son un elemento del proceso de enseñanza aprendizaje. Ese proceso se evalúa para tener un diagnóstico y a partir de eso poder generar estrategias educativas", explicó Sergio Romero, secretario general de UDA.
Para el sindicalista, de todas formas, las evaluaciones "tienen que tener otro tipo de ordenamiento que el actual", porque "no es lo mismo evaluar a un alumno de Capital que a uno de Chaco, Misiones o Jujuy". Según Romero, las pruebas estandarizadas no reflejan las diferentes condiciones en que estudian los alumnos y por lo tanto "no colaboran en nada" a la hora de realizar un diagnóstico. "Hay que corregir ese aspecto, pero hay que seguir evaluando", indicó.
Por su parte, la doctora Claudia Romero, directora del Área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella, señaló a LA NACION: "Hay que diferenciar las cosas: la evaluación que hacen los docentes en el aula tiene un sentido formativo y la evaluación del sistema educativo sirve para tomar decisiones de política pública. Las evaluaciones estandarizadas, nacionales e internacionales, se hacen en todos los países que mejoran. Pero pueden estar bien hechas o no y pueden usarse para mejorar o no".
"Hay que seguir participando de las evaluaciones internacionales y pedir devoluciones detalladas y ajustadas al contexto del país. Y es necesario que Argentina mejore el sistema nacional de evaluación actual, en sus aspectos técnicos y que haya independencia del poder de turno sobre la evaluación. Una vez que se tenga información confiable y válida, hay que saber usarla para mejorar el sistema educativo", concluyó la especialista.
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