Fernández y un mensaje a la dirigencia oficialista: “Acá nadie sobra y ninguna pelea sirve”
El Presidente habló en el cierre de una jornada partidaria; advirtió que si el Frente de Todos se divide, la oposición tendría la “oportunidad de volver”; Cristina Kirchner no participó del encuentro
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En un encuentro que buscó apuntalar su liderazgo dentro de la coalición de gobierno, por momentos opacado por Cristina Kirchner, el presidente Alberto Fernández convocó hoy a la dirigencia oficialista a hacer “más frentetodismo” y a no profundizar las “diferencias entre compañeros”, porque de esa forma –advirtió el mandatario- la oposición política podría tener una nueva “oportunidad” de desplazar al peronismo del poder.
“Acá nadie sobra y ninguna pelea sirve. No sirve diferenciarnos de nuestros compañeros, sino de los que se alejan de la gente. Por favor, no les volvamos a dar la oportunidad, por nuestras desaveniencias, de que ellos puedan volver. No volvamos a cometer semejante error”, sostuvo Fernández desde la quinta de Olivos.
El mensaje presidencial estuvo dirigido a la interna del Frente de Todos y fue pronunciado en el cierre de un ciclo de debate del que no participó Cristina Kirchner, aunque fue invitada por los organizadores, según pudo saber LA NACION.
El pedido de Fernández a la dirigencia oficialista tuvo lugar en una jornada virtual denominada “Argentina avanza, el país que queremos”, a la que se sumaron gobernadores, ministros, sindicalistas y legisladores. En ese marco, el mandatario celebró que la coalición gubernamental haya “cerrado las listas sin ningún ruido”. Pero de inmediato llegó la advertencia, que incluyó un escenario de derrota frente a la oposición.
Sobre la misma idea había pivoteado Sergio Massa, también integrante de la mesa chica del FdT. “No podemos fallar, no podemos fracasar, porque la sociedad no los lo va a perdonar”, sentenció el líder del Frente Renovador. Y agregó: “Tenemos que construir una mayoría electoral para fijar políticas de Estado a 20 ó 30 años”.
Más temprano, el gobernador santafesino Omar Perotti había afirmado que “los desencuentros permanentes son las causales del estancamiento” del país, un concepto que retomó luego el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, quien convocó a “superar las minorías intensas e ir hacia las mayorías transformadoras” que busquen “saldar la fractura del desencuentro”.
El discurso de Beliz también pudo tener una lectura interna en el oficialismo, a juzgar por esta definición: “El sectarismo es el veneno de los movimientos populares”. Justamente esa acusación fue la que recibió Cristina Kirchner de parte de Alberto Fernández y de otros dirigentes que se alejaron de su segundo gobierno, con el agregado de que la historia les dio la razón, porque el peronismo perdió la Presidencia y la Gobernación bonaerense en 2015.
El encuentro también contó con la participación de gobernadores como Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán); gremialistas de peso como el titular de la CGT, Héctor Daer; y varios ministros nacionales, con Nicolás Trotta (Educación) y Claudio Moroni (Trabajo) a la cabeza. Al igual que Cristina, tampoco participaron Máximo Kirchner ni el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
Durante la campaña presidencial de 2019 y en los primeros meses de su gestión, antes de la irrupción de la pandemia, Fernández había encarado el armado de su base de sustentación política de la mano de los gobernadores del PJ y de la CGT, en una movida que no fue bien vista por el kirchnerismo. Luego el Presidente postergó el surgimiento del “albertismo” y se impuso la figura de Cristina como la máxima decisora dentro de la coalición de gobierno.
Esta tarde, Fernández llamó a “construir más frentetodismo”, en un mensaje que pareció dirigido a propios y extraños.
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