Fernández y Rodríguez Larreta se reúnen para resucitar el espíritu de coordinación pero sin anuncios de medidas
Ni en Ciudad ni en Nación esperan comunicar restricciones concretas; el jefe de gobierno porteño pretende analizar las variables epidemiológicas; coinciden en sostener las actividades económicas y educativas
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El “desayuno de trabajo” que mañana compartirán Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta en Olivos tendrá como principal objetivo retomar el espíritu de coordinación que existió en el inicio de la pandemia y que se fue desintegrando con el paso del tiempo. La expectativa en la antesala de la reunión es que los funcionarios monitoreen las variables epidemiológicas y definan cuáles serán las máximas que los guiarán ante la segunda ola de contagios. Pero ni en Nación ni en Ciudad creen que de ese encuentro surjan todavía anuncios concretos.
“La idea es intercambiar opiniones y analizar qué se podría hacer de acá en adelante. Inaugurar una nueva etapa de coordinación y darle una señal a la población, porque lo que está pasando es grave”, dijo a LA NACION un alto funcionario nacional que trabaja en la diaria con el Presidente.
De hecho, Rodríguez Larreta asistirá con la única expectativa de “evaluar la situación sanitaria” en la Ciudad, pero no tiene previsto por ahora sumar nuevas restricciones en su distrito para frenar la suba de contagios. Ambas partes coinciden en que el paradigma de este año es bien distinto al que se aplicó en 2020: hay que evitar medidas que afecten a la actividad económica y sostener la presencialidad educativa lo máximo posible. La asistencia de los alumnos en las aulas es una bandera que el jefe de gobierno porteño va a defender con uñas y dientes.
En Uspallata creen que la próxima etapa de contención del coronavirus será de “sintonía fina”. “Nosotros aprendimos de la experiencia del año pasado. La mirada no puede ser la misma. Cualquier medida que se adopte tiene que ser con trazo fino. Hay muchos sectores que funcionan con protocolos y no estamos evaluando cierres”, resalta un estrecho colaborador del alcalde porteño.
Rodríguez Larreta -que irá acompañado por el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli- tiene previsto exhibirle al Presidente las cifras de contagios y ocupación de camas de terapia moderada e intensiva en hospitales y centros de salud de la Capital. “El encuadre de la reunión es ver dónde estamos parados, no qué vamos a hacer”, insistieron en la sede de la administración porteña en Parque Patricios.
A su vez, Larreta resaltará la necesidad de proteger “el bienestar integral, resguardando el trabajo de muchas actividades económicas y culturales que lograron establecerse con protocolos seguros”. La prioridad pasará por insistir en el cumplimiento del aforo en locales gastronómicos y sitios de esparcimiento. “Ya les advertimos a las cámaras que se viene una etapa en la que hay que ser muy responsables y estrictos en ese punto”, indica un funcionario de la Ciudad.
Los locales gastronómicos son un punto sensible de la agenda. Se trata de un sector muy golpeado económicamente por la pandemia y a su vez un lugar de ocio y esparcimiento que habilita un relajamiento de los cuidados. “Si se cumplen los protocolos, no es nuestra idea cerrar restaurantes. Las reuniones sociales en lugares cerrados y la actividad nocturna de los jóvenes son el mayor problema”, señalan en Casa Rosada.
Si se complica la situación sanitaria, Larreta no descarta restringir aún más el horario nocturno para prácticas recreativas y comerciales.
Uno de los temas más espinosos será el plan de vacunación. Rodríguez Larreta tiene previsto plantearle al Presidente la necesidad de dar una mayor “certidumbre” sobre la llegada al país de nuevas tandas de dosis de Sputnik V y Sinopharm. “Queremos saber cuándo van a llegar y cuántas vamos a tener”, dice un funcionario porteño. En ese punto, el jefe de gobierno insistirá con el reclamo para que el gobierno nacional asigne las partidas de vacunas de acuerdo a la cantidad de personas que integran grupos de riesgo y no por la población general que tiene cada jurisdicción. “Porcentualmente, la Ciudad tiene más adultos mayores y más trabajadores de la salud”, remarcó ayer Santilli en diálogo con TN.
Sin Kicillof
A la cumbre le faltará una pata clave, porque no estará presente Axel Kicillof. Hasta este mediodía, al menos, nadie había convocado al gobernador. “Alberto habla con Axel todos los días. En cambio con la Ciudad era necesario retomar la coordinación”, dijo un estrecho colaborador de Fernández.
A diferencia de la ciudad, la provincia transmite un mayor nivel de alarma y sí está analizando nuevas medidas concretas. Según señalaron fuentes de La Plata, los equipos de Kicillof vienen evaluando tres “puntos sensibles”: la circulación en transporte público, las actividades recreativas y las actividades que implican una gran concentración de personas (como los shoppings).
La cuestión del transporte público requiere, sí o sí, una coordinación para abordar a la región metropolitana como un todo. La provincia baraja la alternativa de reservar colectivos y trenes solo para los trabajadores esenciales, el personal de las escuelas y los alumnos. En la Ciudad, en cambio, hay más cautela y esperan coordinar eventuales medidas con la Nación y la provincia. Respecto del servicio de subterráneos, exclusivo del territorio porteño, el gobierno porteño anunció que reforzará los controles, para permitir únicamente 15 personas paradas por coche. También evalúan volver a liberar el estacionamiento pago en la vía pública para descomprimir el sistema de transporte y suspender los controles por estacionar en lugares donde no está permitido.
Fernández, Rodríguez Larreta y Kicillof se encontraron por última vez en Olivos para coordinar la gestión de la pandemia el 30 de diciembre, días antes de que se verificara el rebrote de enero que obligó a tomar medidas de restricciones nocturnas. Desde entonces pasó mucha agua bajo el puente y crecieron las tensiones políticas marcadas por el pulso electoral. “Pedimos que la reunión se limite estrictamente a temas vinculados con la pandemia. No vamos a hablar de postergar elecciones ni del acuerdo con el FMI”, subrayó un funcionario de la Ciudad, tras la tensión que generó la cumbre del martes en la Casa Rosada.