Fernández y Perotti, a solas: el gobernador le pidió al Presidente que se involucre con el drama de Rosario
El punto más caliente de la charla, anoche en la Casa Rosada, fue el accionar de las fuerzas federales; buscan que el mandatario tenga de Santa Fe una campana distinta a la de Aníbal Fernández
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ROSARIO.-Después de la tormenta que golpeó la relación entre Santa Fe y la Nación por el problema de la seguridad, llegó algo de calma. Ese nuevo clima lo aportó la reunión que mantuvieron anoche a solas en la Casa Rosada el presidente Alberto Fernández y el gobernador Omar Perotti, según afirmaron fuentes oficiales.
El Presidente convocó al gobernador para tratar de aplacar los fuertes cruces que mantuvo el fin de semana con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, ausente en el encuentro.
La charla duró casi una hora, y luego de los reproches entre ambos, cada uno con sus argumentos –según explicaron fuentes del gobierno provincial- el Presidente aceptó el pedido de Perotti de que ingrese en las sesiones extraordinarias el proyecto de reforma judicial de Santa Fe, que tuvo el año pasado acuerdo de los legisladores nacionales de todos los espacios políticos de la provincia.
Esa legislación avanzaría en un sistema acusatorio del fuero federal, al que hay que dotarlo de una estructura ajustada al contexto de Rosario, que ahora carece de esa instancia.
La implementación del nuevo Código Procesal está actualmente está en vigor en Salta y Jujuy, y la aplicación debería seguir con Santa Fe o Mendoza, pero las demoras y falta de acuerdo impidieron que prosperara. La decisión para ponerlo en marcha depende de una comisión bicameral del Congreso, que no se reunió jamás en el último año.
Sin fiscalías
Reactivar la puesta en marcha del nuevo sistema acortaría un 400 por ciento el tiempo en el que se instruyen las causas, que quedaría la instrucción en manos de los fiscales. En la práctica, en Rosario las investigaciones están en manos de los fiscales. El problema es que sólo hay tres fiscalías. No se crea una desde hace más de 40 años.
El otro tema que avanzaron el gobernador Perotti y Fernández es en la creación de una delegación de la Unidad de Información Financiera (UIF) en Rosario. Esto también ya estaba previsto desde 2018, cuando durante el gobierno de Mauricio Macri se definió que en la sede de la exAduana de Rosario funcionara una especie de central operativa, donde trabajaran mandos de las fuerzas federales, la Procuraduría de la Narcocriminalidad (Procunar), la sede local de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) y el Ministerio Público de la Acusación. A pesar de que el inmueble había sido cedido al municipio de Rosario, nunca se puso en marcha esta iniciativa, que quedó sólo plasmada en el Boletín Oficial.
Perotti le pidió a Fernández que desembarque en Rosario la UIF para investigar casos de lavado de dinero, con origen en el narcotráfico. Hay muy pocas causas en la justicia federal sobre las estructuras de blanqueo con fondos oscuros, que en muchos casos operan las cuevas financieras de Rosario. En ese tipo de investigaciones avanzó más el Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe que el fuero federal.
El punto más caliente
El punto más caliente de la charla fue el accionar de las fuerzas federales. Perotti están convencido que el gobierno nacional podría aportar una mayor cantidad de hombres para la lucha contra el narcotráfico. La visión del gobierno de Santa Fe es que los gendarmes realizan operativos de baja intensidad y sólo producen detenciones de personas en situación de fragancia, pero no hay demasiadas investigaciones sobre los grupos narco que provocan la violencia que golpe a la ciudad.
En ese sentido Perotti le pidió al Presidente que se involucre directamente en el tema. De manera informal durante los últimos días el intendente de Rosario Pablo Javkin le envió datos y cifras de la situación en la ciudad, para que el jefe del Estado tuviera otra campana diferente a la de Aníbal Fernández, que expone la información que le envían los gendarmes sobre operativos positivos.
Unos días antes de que se produjera la reunión, los cruces entre Perotti y el ministro de Seguridad de la Nación fueron duros. Incluso, el domingo en una solicitada de Presidencia de la Nación el texto advertía “la lucha emprendida por el gobierno nacional contra el narcotráfico no tiene respiro”. Perotti envió un comunicado en el que afirmaba lo contrario.
El mensaje que decidió elaborar la Casa Rosada había sido fruto de una reunión que el presidente Fernández mantuvo con el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, que llevó una serie de cifras sobre el resultado de los operativos de las fuerzas de seguridad federales en Rosario.
Hasta ahora el Presidente había sido receptivo con los pedidos de Perotti, pero un nuevo límite se fijó el fin de semana, según señalaron fuentes del gobierno nacional. Notaron que el gobernador de Santa Fe quería descargar en la Nación la responsabilidad total del problema, como antes habían hecho en los 12 años de gestión socialista, pero ahora el que gobernaba Santa Fe era del mismo partido que el Presidente.
Uno de los puntos en conflicto es Claudio Brilloni, el nuevo ministro designado por Perotti, a quien Aníbal Fernández no le gustó su designación por la relación previa que el excomandante de Gendarmería tenía con Patricia Bullrich durante su gestión al mando de la seguridad.
La llegada de Agustín Rossi, oriundo de Santa Fe, a la jefatura de Gabinete, le pone otro condimento, porque “el Chivo” no tiene una buena relación con el gobernador de Santa Fe, luego de que se presentara en las PASO de 2021 y de que Perotti desplazara a la tropa de Rossi de la gestión provincial. En el gobierno de Santa Fe reconocen que Rossi está muy al tanto de lo que pasa en Rosario.
Perotti pretende que haya un desembarco de Gendarmería de alto impacto como ocurrió en abril de 2014, cuando Sergio Berni era secretario de Seguridad, y montó un operativo con 3.400 gendarmes que arribaron en pocas horas, una situación que parecía extraída de un film bélico. A pesar del despliegue, la violencia no bajó. Ese año se cometieron 250 asesinatos, pero tuvo un impacto político intenso, y en un principio la población, sobre todo de los barrios más complejos, notaba que las patrullas de gendarmes habían aplacado la inseguridad.
El despliegue de fuerzas federales hoy en Rosario no tiene la visibilidad que le había impuesto Berni. Pero a nivel de cantidad de efectivos es casi igual. Eso fue lo que destacó la solicitada de Presidencia de la Nación el domingo: “3693 hombres y mujeres de las fuerzas federales, profesionales de valía, agrupados en un comando unificado, trabajan a diario aportando lo mejor de sí en las calles de Rosario”.
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