Alberto Fernández volvió a hablar con Mauricio Macri e hizo un guiño a las últimas medidas
CIUDAD DE MÉXICO.– Alberto Fernández y Mauricio Macri volvieron a hablar por teléfono a mitad de la semana pasada. Fue la segunda charla, después del encuentro cara a cara del lunes 28, cuando comenzaron a hablar de la transición. Y quienes conocen el pensamiento de Fernández aseguran que su jefe quedó muy conforme, tanto que "celebra haber logrado un buen diálogo con Macri", aunque sea en el final del mandato del líder de Pro.
No lo dirá de manera pública, pero el presidente electo ve con buenos ojos las recientes medidas tomadas por el Gobierno a fin de evitar una mayor caída de reservas.
"No opinamos de las decisiones de esta gestión, pero lo cierto es que lograron evitar la sangría", sentencian dirigentes cercanos a Fernández en relación con el tope de 200 dólares mensuales impuesto a los pequeños ahorristas, que se suma a las restricciones para retirar dólares con tarjeta de crédito. Con Macri también hablaron acerca de los rumores sobre su estado de salud, que él adjudicó personalmente a Marcos Peña.
"Lo habló con Macri, y él le dijo que no tenían nada que ver. Le creyó", aseguró uno de los funcionarios que acompañan al presidente electo en su gira por México, que comenzó ayer y se extenderá hasta el miércoles próximo.
En lo que él mismo denomina como su "etapa zen" -una disciplina que Macri practica-, Fernández quiere quitarle dramatismo al traspaso del poder, ya que "la mayor parte de la información que nos van a dar es pública".
Lo que sí lo enojan -y mucho- son declaraciones como las de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien horas atrás aseguró que con el Frente de Todos "regresan el narcotráfico y la delincuencia al país". Del mismo modo, cerca del presidente electo aseguran que Raúl Zaffaroni es "un gran intelectual, pero marginal" en el espacio kirchnerista, y que por eso no deberían magnificarse sus declaraciones en las que habla de "dolo" en el gobierno de Macri, que vino "a destruir el país". "Puede haber un dolo político, pero nunca jurídico o penal. Si cada uno que se va del gobierno tiene que pasar por Tribunales, terminamos como estamos ahora, destruidos", se lo escuchó decir a Fernández mientras preparaba su reunión de mañana con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Más allá del vínculo con el gobierno saliente, Fernández y su círculo de asesores y funcionarios se centran en la economía, en especial en la relación con el FMI. Cerca de Fernández comentaron que en su conversación del jueves con el presidente norteamericano, Donald Trump, el exjefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner le recordó que "otro gobierno republicano, el de [George] Bush, nos ayudó mucho. Y que él también podía ayudarnos" a resolver el problema de la cuantiosa deuda argentina con el organismo internacional de crédito, con el que todavía "no empezamos a hablar, pero hay que hablar con el FMI", afirman cerca del presidente electo.
No se descarta, porque "no está definido aún", que los Estados Unidos sean el primer destino de Fernández como presidente ya en funciones. De hecho, durante la charla -según trascendió- Trump y Fernández intercambiaron deseos de "conocerse pronto".
Desde el Frente de Todos aseguran además que "dentro del FMI hay conflictos, porque muchos sostenían que a la Argentina no había que prestarle tanto dinero". Esperan ayuda de Europa, en especial de mandatarios como Pedro Sánchez, de España, para facilitar un futuro acuerdo de renegociación de vencimientos de la deuda.
De su reunión con López Obrador, que será mañana en el Palacio Nacional, la delegación argentina espera que se avance en caminos para "revivir los vínculos comerciales", que según su visión se "deterioraron" durante la gestión macrista. Matías Kulfas, uno de los referentes económicos del albertismo y posible ministro de Economía, llegará hoy a esta ciudad capital para sumarse a la delegación argentina que participará de la reunión de mañana por la mañana con el presidente mexicano.
El Grupo de Puebla, que reúne a mandatarios y dirigentes de centroizquierda, también será uno de los temas de discusión. Desde el albertismo se destaca que ni la Venezuela de Maduro ni Cuba son ni serán parte de ese grupo, que se reunirá a partir del viernes en Buenos Aires.
Sobre Venezuela, afirman en el equipo albertista, hay "una mirada muy parecida", centrada en la no intervención en el país a pesar de las repetidas denuncias sobre violaciones de los derechos humanos, constatados en el informe de Bachelet. También hay una mirada parecida sobre la defensa del expresidente de Brasil Lula da Silva, que provocó y provoca la furia del actual mandatario, Jair Bolsonaro. A Fernández le gustaría que López Obrador estuviera en Buenos Aires cuando reciba la banda presidencial, y nada dice cuando le preguntan por la ausencia con aviso de Bolsonaro a esa cita. "Celebramos que no venga", sentencian, y hasta se animan a afirmar que hay un "problema psicológico" en el enojo del presidente del principal socio comercial de la Argentina.
Durante su estadía en esta ciudad, Fernández acentuará su perfil internacional, que refuerza la presencia del diputado Felipe Solá, uno de los nombres que suenan como futuro canciller. A pesar de esa intención, las cuestiones domésticas aparecen, una y otra vez, en las charlas con dirigentes mexicanos y locales.
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