Fernández: “No me siento débil, pero creo que puede ser un punto de inflexión para llamar a la reflexión a todos”
Fue una muestra de poder, pero por sobre todo un mensaje de unidad. En medio de la pandemia y la crisis económica, Alberto Fernández se posicionó como el líder del peronismo. Pero, además, tras el banderazo opositor, el acto sirvió como relanzamiento del Frente de Todos.
Si bien no hubo una entronización, todo quedó listo para que en diciembre el Presidente se transforme en el líder del partido. "El peronismo ha querido que me toque a mí ser quien conduzca", fue la respuesta que ensayó desde el escenario que la CGT y los gobernadores le cedieron en el icónico salón Felipe Vallese de Azopardo.
Después de varias semanas difíciles, la movilización lo revitalizó y se convirtió en uno punto de partida para la etapa que comienza. "No me siento débil, pero creo que puede ser un punto de inflexión para llamar a la reflexión a todos", dijo Fernández a la salida del acto en la puerta de la CGT.
Y agregó: "Si alguno creyó que haciendo un banderazo por semana había un pedazo del pueblo que quería otra cosa, ahora se dio cuenta que no. La verdad es que no tiene sentido ver quién hace el banderazo más grande".
Toda la puesta en escena sirvió como "una válvula de escape", como la describió uno de los principales asesores del Presidente. "Es muy tranquilizador saber que uno cuenta con todos los gobernadores, los sindicatos, ahí reside gran parte del poder fáctico de la Argentina. Pero también hay muchos empresarios que nos acompañan. Las 300.000 empresas que recibieron el ATP lo saben", describió el jefe del Estado.
Fueron siete gobernadores que dijeron presente Axel Kicillof (Buenos Aires), Mariano Arcioni (Chubut), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Misiones), Sergio Uñac (San Juan), Raúl Jalil (Catamarca) y Juan Manzur (Tucumán). El resto de los mandatarios peronistas, incluido el cordobés Juan Schiaretti, participaron de forma virtual.
No me siento débil, pero creo que puede ser un punto de inflexión para llamar a la reflexión a todos
Todo el acto estuvo orientado para dejar expuesto el liderazgo interno de Fernández. El Presidente llegó a las 16.36 acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez. Lo recibieron en la entrada de la central obrera Héctor Daer (Sanidad) y Andrés Rodríguez (UPCN), parte del comité organizador.
Arriba, en el segundo piso, Capitanich, Manzur, Daer, Rodríguez, Kicillof, Eduardo "Wado" De Pedro, Mayra Mendoza, Gerardo Martínez, Antonio Caló, Juan Zabaleta, en fila, de a uno, esperaban, con paciencia dispar, el guiño para ocupar sus asientos reservados. Más tarde llegó el jefe del bloque de Diputados, Máximo Kirchner. Y los últimos en entrar, minutos antes que el Presidente, fueron Sergio Massa y Malena Galmarini.
Solo hubo ausencia, Cristina Kirchner. Pese al notorio vacío, el Presidente buscó desdramatizarlo. "Cristina está. Objetivamente este fue un acto que organizaron la CGT y los gobernadores para que el Presidente lo cierre. Así tiene que ser leído", le dijo a LA NACION el mandatario.
Pese al faltazo de la expresidenta –que solo escribió un tuit con un mensaje a la militancia que acompañó con una foto de Néstor Kirchner–, todos los componentes del Frente de Todos estuvieron representados. Y todos tuvieron la palabra: el peronismo, los intendentes, la CGT, la CTA, los movimientos sociales, La Cámpora y el Frente Renovador. "Nunca estuvo en duda la unidad del Frente de Todos", resumió el gobernador bonaerense.
Después del encuentro, el Presidente se reunió durante 45 minutos con varios de los presentes, entre ellos el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Wado De Pedro; Daer, Rodríguez, Massa y Manzur, entre otros. El improvisado encuentro se dio en el cuarto piso y, según uno de los presentes, se habló del futuro.
Más temprano, después de participar en el acto en la Isla Martín García junto con Kicillof, el Presidente se regresó a la quinta presidencial de Olivos donde almorzó con la titular de Aysa, Malena Galmarini; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi.
"Estaba muy entusiasmado con la posibilidad de hablar por el momento", dijo uno de los testigos del encuentro.
"El peronismo es mucho más que lo que marca la estructura. Nació a la vida política para construir un país que integre. Es hora que entendamos que es muy difícil hacer un país donde cada uno tira para un lado distinto. Donde el odio a veces gana y nos posterga mucho", sostuvo el mandatario.
En el trayecto desde la Casa Rosada a la CGT el Presidente saludó a militantes. "Fue muy emotivo", dijo. "Estamos terminando un tiempo que es el tiempo al que la pandemia nos condenó y tenemos que ya a tomar acciones pensando en el futuro. Ese es el sentido de la convocatoria. Lo que viene nos convoca a todos", manifestó en un gesto con el que buscó enviar un guiño a la oposición.
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