Fernández inicia su gira ibérica y busca mejorar el vínculo con Brasil y EE.UU.
Hoy parte en su primer viaje tras las PASO; se reunirá con Sánchez y el premier portugués; gestiones con Washington
Un viaje pautado hace muchos meses cambiará durante algunos días la dinámica política argentina. Después de una semana de agravamiento de la crisis económica y endurecimiento de la disputa política, Alberto Fernández partirá hoy rumbo a Europa, donde permanecerá hasta el domingo próximo.
El candidato del Frente de Todos tiene previsto visitar España y Portugal, y combinar actividad académica con encuentros políticos. De cara al posible recambio presidencial del 10 de diciembre, Fernández decidió acelerar los contactos internacionales y tender puentes con gobiernos a los que deberá recurrir para enfrentar su primer desafío, en caso de que llegue a la Casa Rosada: la renegociación de la deuda con el FMI.
El diálogo con referentes de la Unión Europea (UE) avanza en simultáneo a gestiones para mejorar el vínculo con el gobierno de los Estados Unidos, y a gestos para frenar la escalada que enfrentó a Fernández con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Una vez terminada la disputa electoral, el candidato del Frente de Todos pretende reconstruir las relaciones diplomáticas con esos aliados de Mauricio Macri.
El itinerario de Fernández arranca en Madrid, donde dictará una charla sobre gestión pública en la Universidad Camilo José Cela, mañana y el martes. Es un compromiso laboral que había asumido antes de que se anunciara su candidatura. Después tiene previsto un encuentro con el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, gestionado por un dirigente al que Fernández conoce hace muchos años, el expresidente español Felipe González. Otra reunión que genera mucha expectativa en el entorno del candidato es la que mantendrá con el canciller español, Josep Borrell. Es un catalán, que también tiene la nacionalidad argentina, que en noviembre asumirá como alto representante de Política Exterior y Seguridad Común de la UE, una suerte de canciller del bloque regional. El candidato presidencial se verá también con Rebeca Grynspan, titular de la Secretaría General Iberoamericana.
"En el encuentro con Borrell se va a empezar a hablar del acuerdo entre la UE y el Mercosur. Alberto quiere aclarar que no está en contra de ese acercamiento, si se hace de manera tal de que no se afecte a la industria argentina", dijo a LA NACION un integrante del equipo del candidato. "Lo que se había pensado como un viaje de descanso va a terminar siendo su primera gira internacional después de las PASO", agregó ese dirigente.
La pausa obligada en la campaña opera como un bálsamo para el equipo de Fernández. El candidato insiste en que no quiere alimentar la crisis y rechaza cualquier lectura que le asigne una cuota de responsabilidad en el deterioro de la economía. Lo cierto es que en la última semana sus declaraciones tuvieron un alto impacto político. En su entorno destacan sus señales de moderación, como haber ido al seminario del Grupo Clarín, pero aclaran que no abandonará el antagonismo económico con Macri ni con el FMI.
En el entorno de Fernández pretenden que al menos uno o dos días la agenda quede vacía. Pero el propio candidato se ocupó de llenarla. Después de pasar por España, irá a Lisboa, donde ya acordó una reunión con el primer ministro portugués, Antonio Costa, y con el ministro de Economía, Mario Centeno.
Los dos pertenecen al socialismo y son referentes del llamado "milagro portugués", como se conoce al proceso de renegociación de la deuda pública que encaró ese país, tras una dura renegociación con el FMI. Costa asumió en 2015, como producto de una alianza con la izquierda, revirtió algunas de las medidas del plan de ajuste aplicado por el gobierno anterior e instrumentó medidas para estimular el crecimiento de la economía. La receta es mirada con suma atención por todo el equipo de Fernández.
En su paso por España y Portugal, Fernández estará acompañado de su pareja, Fabiola Yáñez, y de Felipe Solá, que empezó a ocuparse de algunas gestiones diplomáticas. El exgobernador de la provincia de Buenos Aires se reunió hace diez días con Chris Andino, recién llegado a la Argentina para sumarse a la embajada de los Estados Unidos. Hablaron sobre la situación en Venezuela. Solá le explicó por qué Fernández prefiere no usar la palabra "dictadura" para definir el régimen que encabeza Nicolás Maduro e intentó llevar tranquilidad sobre las reformas que tiene en mente el Frente de Todos. "Nuestras diferencias con Macri se centran en el programa económico. No vamos ni por la Constitución ni por las instituciones republicanas", le dijo, según testigos.
En el comando de la calle México, sede de las oficinas de Fernández, crece el interés por bajar la intensidad de las disputas con los Estados Unidos y Brasil, cuentan dirigentes que pasan muchas horas en ese lugar. Las gestiones de Solá avanzan en simultáneo con el trabajo del exembajador en Washington, Jorge Argüello, y del excanciller Jorge Taiana.
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