Alberto Fernández se propone como "puente" para una "salida democrática" en Venezuela
Alberto Fernández repasó con su círculo íntimo las declaraciones del venezolano Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo, que lo trató de "tibio no, frío" luego de que el Presidente dejara trascender que no vino a "hacer la revolución" a la Casa Rosada.
"A nosotros nos mejora que nos critique. No somos Cabello, ni (Nicolás) Maduro, pero tampoco la alternativa es la intervención armada que propone (Donald) Trump", afirmó a LA NACION uno de los funcionarios que acompaña al Presidente en el día a día de la gestión.
Sin responder las críticas de Cabello, a quien considera la cabeza del "ala dura" del chavismo, y mientras espera la inminente asunción de Joe Biden en los Estados Unidos, el Presidente se ilusiona con ser el "puente" para conseguir lo que, hasta ahora, ha sido imposible: un acuerdo entre todos los actores políticos de Venezuela y la Casa Blanca que asegure a la vez elecciones libres y el fin del embargo económico norteamericano sobre Caracas.
"Argentina puede ser el puente para que termine el bloqueo, en una mesa de diálogo en el que se definan elecciones libres dónde participen todos", afirmó a LA NACION una alta fuente diplomática. Las vías desplegadas son, al menos, tres.
Por un lado, el Parlasur, en el que su presidente Oscar Laborde -número puesto para la embajada argentina en Bolivia- conversa con parlamentarios chavistas y opositores. Otro atajo sería el denominado grupo de contacto con Venezuela, en el que el canciller Felipe Solá "explica" a los representantes de la Unión Europea su postura de "respetar las instituciones y a la vez condenar las violaciones a los derechos humanos" del régimen de Maduro. Y por último-pero no menos importante- los contactos del embajador argentino Jorge Arguello en Washington para conseguir la paulatina disposición de la administración que viene a encontrar una solución negociada al drama político, económico y social que vive el país caribeño con Maduro en el poder.
"Maduro es una versión berreta de (Hugo) Chávez. Y (Juan) Guaidó es otra payasada, aunque algunos de los nuestros crean que Maduro es Fidel (Castro) y Diosdado el Che (Guevara). Hay que ir hacia elecciones garantizadas por organismos internacionales, y que los venezolanos elijan al que quieran", razonó otro leal al Presidente que conoce bien su pensamiento y que destaca el fin del apoyo de la UE al opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por Washington, como "otro paso a favor" de conseguir un acuerdo político en Venezuela.
Diferencias en el Frente de Todos
Claro que la postura "moderada" del Gobierno merece diarias críticas del kirchnerismo duro, que a través de referentes como la exembajadora Alicia Castro o integrantes del grupo Puebla, piden la designación de un embajador afín en Caracas, la salida de la Argentina del grupo de Lima, que también integra Estados Unidos. Además, en el kirchnerismo desconfían del actual encargado de negocios, Eduardo Porrretti, que mantuvo su puesto durante el gobierno de Cambiemos. También está en la mira de la oposición que lo considera "aliado" del chavismo y ha criticado posturas oficiales como la del actual representante en la OEA, Carlos Raimundi, quien denunció una "visión sesgada" sobre lo que ocurre en Venezuela y relativizó los términos del informe Bachelet sobre miles de asesinatos y torturas ordenadas y/o avaladas desde el palacio de Miraflores.
"Para el kirchnerismo duro somos traidores, para la oposición somos chavistas. Hablamos con el oficialismo y la oposición, eso en diplomacia siempre es un activo", afirmaron cerca del canciller Solá, que a pesar de su relación algo fría con Fernández se reunió de forma virtual con distintos cancilleres- el de Portugal, Augusto Santos Silva, fue uno de los últimos-para avanzar en el aval de la UE.
La presencia de Fernández en la asunción de Luis Arce como presidente de Bolivia, y su inminente viaje a Chile para encontrarse con Sebastián Piñera son para el Gobierno muestras de ese activo. Conocedor de la máxima norteamericana "un presidente a la vez", Arguello sabe que Biden esperará a asumir y afianzarse en la Casa Blanca para comenzar a trazar sus planes en relación a Venezuela, pero según fuentes oficiales coincide con Fernández en que la Argentina, "junto a Suecia y Noruega" están en condiciones de mediar para conseguir avances en el conflicto venezolano.
En relación a la "interna" venezolana, en el Gobierno creen que Cabello ataca a Fernández porque "él mismo está perdiendo poder" y "no le conviene que las negociaciones avancen". Dan como ejemplo que el "ala blanda", que componen los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, tomó el control de la nueva asamblea nacional, elegida mediante elecciones consideradas fraudulentas por casi todo Occidente y que la Argentina no condenó.
¿Y Nicolás Maduro? "Hace equilibrio, aunque prefiere el ala blanda", aseguraron desde el Gobierno, y defendieron el envío de un representante de menor rango-el ministro Eduardo Canale-a la asunción de esos legisladores, que modificaron una legislatura favorable a Guaidó hasta hace pocos días.
"A Cabello le sirve el golpe por golpe. Nosotros defendemos las instituciones y queremos que Venezuela salga del aislamiento", concluyeron en el Gobierno en doble mensaje a las críticas de la "minoría" chavista del Frente de Todos y al número 2 de la Revolución Bolivariana.
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