Alberto Fernández dijo que hay un riesgo "muy alto" de default y hará un llamado a la unidad
Aunque ofrecerá un diagnóstico muy duro sobre la situación del país, el presidente dejará atrás el tono de confrontación; reiterará el compromiso de dar aumentos de emergencia antes de fin de año
Alberto Fernández pasó ayer buena parte de su último día como presidente electo encerrado en su casa, preparando el discurso que pronunciará hoy ante la Asamblea Legislativa, al inaugurar formalmente su presidencia. Será un mensaje de tono conciliador, en el que hará un duro diagnóstico de la situación que atraviesa la Argentina, planteará un claro cambio de rumbo y hará un llamado a la unidad nacional.
"Democracia para siempre, patria para todos, Argentina unida", es la consigna de la convocatoria a las celebraciones callejeras que se harán hoy, desde las 10, en el Congreso y, a partir de las 14, en la Plaza de Mayo. Ese mismo será el eje conceptual del discurso de Fernández, anticiparon ayer dirigentes de su entorno al tanto de las ideas que barajaba el presidente electo.
A partir de una fuerte reivindicación de la continuidad democrática que se registra desde 1983, el período más largo desde el nacimiento de la Nación, Fernández se ubicará como un eslabón de una cadena histórica que une las gestiones de Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner.
"Llegó la hora de dar vuelta la página. El discurso va a ser el corolario de cosas interesantes que vienen pasando en las últimas horas, como la misa con Macri en Luján y el retiro de la reja de la Plaza de Mayo. Empieza otra etapa", dijo a LA NACION un dirigente que a partir de hoy tendrá despacho en la Casa Rosada.
El propio Fernández dio cuenta ayer del cambio de tono en sus apariciones públicas. "Macri y yo tenemos diferencias conceptuales profundas. Pero la verdad es que vivimos en un mismo país y tenemos que entender todos que el secreto de la convivencia democracia es respetarse, no tolerarse, sino respetarse", dijo, entrevistado en Radio Nacional. "La campaña pasa y hay que convivir, y tenemos que seguir todos juntos en esta casa común que llamamos la Argentina", agregó.
Fernández anticipó además que en su debut como presidente hará anuncios de gestión vinculados a la economía. "Las primeras medidas se van a conocer el primer día. Lo que la gente va a advertir es que va a cambiar el rumbo. La locomotora que iba directo al precipicio va a parar. Se trata de poner en marcha una economía que está muy, muy lastimada", indicó. "La primera necesidad es que la economía vuelva a funcionar", dijo.
Anuncios económicos
Sin confirmaciones, en el entorno de Fernández especulaban ayer que reiterará ante el Congreso su compromiso de brindar antes de fin de año un aumento de emergencia para jubilados y trabajadores bajo convenio. También podría anticipar la suspensión de los aumentos de tarifas previstos para la primera mitad del año que viene.
Para mañana, en tanto, se prevé una serie de anuncios a cargo de Martín Guzmán, que asumirá como ministro de Economía. El futuro funcionario tiene en sus planes prorrogar los pagos de la deuda externa y modificar la fórmula de actualización de jubilaciones y pensiones.
En el entorno de Fernández administran dos pulsiones contrapuestas. Por un lado, la necesidad de alimentar la esperanza de que vienen tiempos mejores. Por otro, la idea de que es conveniente moderar las expectativas, para evitar un rápido desencanto. "El riesgo de default es muy alto", declaró ayer Fernández.
Al margen de los posibles anuncios, el objetivo del mensaje inaugural será sentar las bases de la construcción narrativa del próximo gobierno. "Va a plantear una nueva orientación del Estado, con nuevas prioridades", explicó a LA NACION un dirigente muy cercano al presidente electo.
Fernández escribió el discurso solo. Arrancó anteanoche, después de una cena que compartió con Cristina Kirchner, en Café Las Palabras, el local que acondicionó el dirigente porteño Eduardo Valdés, en el barrio de Almagro.
Recibió, eso sí, sugerencias de Santiago Cafiero, que asumirá como jefe de Gabinete; de Gustavo Beliz, futuro secretario de Asuntos Estratégicos, y de Juan Courel, responsable de comunicación de la campaña del Frente de Todos, que asesorará a la nueva gestión desde el sector privado, sin ocupar cargos en el gobierno.
Cafiero coordinó también el aporte que hicieron los futuros ministros, para que el discurso tenga un abordaje integral de la situación del país, área por área. "Los ministros recibieron pedidos de algunas líneas para el presidente, que como siempre recibió ideas de manera radial que luego volcó a su propio discurso", explicó un dirigente al tanto del proceso.
"Hicimos un diagnóstico político. No tenemos la información suficiente para hacer una auditoría, pero sí para decir cuál es el punto de partida y cuáles son los objetivos a cumplir", señalaron en el entorno de uno de los futuros ministros. "Nos pidieron un diagnóstico y unas líneas sobre los proyectos", explicó un dirigente que tendrá despacho en la Casa Rosada.
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