Fernández defendió a La Cámpora y polemizó con un periodista
Dijo en Córdoba que la agrupación juvenil maduró y que fue demonizada
CÓRDOBA.- Las reuniones con dirigentes del peronismo cordobés marcaron la segunda jornada de campaña de Alberto Fernández en esta provincia.
El candidato a presidente por el kirchnerismo recorrió Villa María con el reelecto intendente Martín Gill, y encabezó una convocatoria realizada por el senador y presidente del PJ provincial Carlos Caserio en Villa Carlos Paz; hubo unos 70 jefes comunales y legisladores.
En diálogo con LA NACION, Fernández relativizó el poder y la influencia de La Cámpora; dijo que se la demonizó y subrayó que sus integrantes "maduraron". Respecto de la participación de Cristina Kirchner en la campaña, aseguró que es "muy activa" y que se dividieron el país para recorrerlo. "Ella aprovecha para presentar su libro, pero obviamente los que van saben que van a escuchar a una candidata y a una referente política central de la Argentina". A Córdoba, distrito históricamente adverso al kirchnerismo, por ahora no vendrá.
Schiaretti -quien se mantiene neutral en la pelea presidencial- impulsa la boleta corta en Córdoba, pero hay un número significativo de intendentes y legisladores que resolvieron acompañar a Fernández.
Caserio se sumó a la campaña del Frente de Todos y organizó el acto para dirigentes de los departamentos Colón, Santa María y Punilla, aunque se sumaron de otras zonas que "querían escuchar" al candidato. Como en todas las presentaciones que viene haciendo, planteó que hay un "cambio" y "vocación del diálogo" del sector y, en lo económico, insistió: "Vamos a volver a producir y a generar empleo".
Una polémica
Durante sus días en Córdoba, Fernández realizó entrevistas individuales y conferencias de prensa. Ayer estuvo en Cadena 3. El diálogo comenzó con el periodista Miguel Clariá, pero se sumó el conductor y uno de los dueños de la emisora, Mario Pereyra, quien se autodefine como opositor al kirchnerismo.
"La gente, ¿sabe lo que dice? 'Ustedes dicen cosas que cuando vienen los candidatos después no se lo dicen en la cara'. Y yo quiero decírselo en la cara", arrancó Pereyra, quien nunca oculta su simpatía por el presidente Mauricio Macri, con quien almorzó hace un mes. "Usted no me quiere, pero disimúlelo", respondió Fernández y fueron 20 minutos de tensión en ascenso.
"¿Cómo usted se une a un vicepresidente (Amado Boudou) que está preso, condenado; a una mujer (Cristina Kirchner) que tiene 13 causas, y a ministros que están detenidos por causas de corrupción?", le preguntó Pereyra.
La contestación fue: "No es verdad lo que está diciendo. Está hablando como opositor y lo entiendo, pero lamentablemente tergiversa todo. Los que se han corrompido que se hagan cargo de la corrupción. Yo entiendo que usted no me quiere, pero por lo menos disimúlelo". El conductor redobló y le dijo que estaba en un partido "que le ha robado al país permanentemente".
"Yo no voy a hacer nada por impedir que sean juzgados porque yo he pasado seis años y medio en la función y a mí nunca nadie me endilgó una causa por corrupción. Eso no me lo pregunta. Nunca un juez me citó a declarar. Usted me pide que me haga cargo de lo que otros hacen", señaló Fernández. Terminada la conversación, el debate siguió en las redes.
Por último, Fernández le reiteró a este diario que pretende que los gobernadores sean sus "socios" en la "construcción de una Argentina federal". Sostuvo que es "razonable" que quieran "tener peso y representación" que les responda en el Congreso. "Hay que discutir subsidios, obras, tarifas, porque el país así no funciona; la riqueza se concentra en Buenos Aires. Lo digo desde siempre y allí les asigno un rol central a los gobernadores".