Alberto Fernández y el aborto: el primer cortocircuito con Francisco
Pocos obispos como Víctor "Tucho" Fernández expresan con tanta claridad el pensamiento de Francisco. Y pocos temas han encolumnado recientemente a la Iglesia desde el Papa para abajo –pasando por los obispos, las monjas, el Opus Dei y los curas villeros- como el debate sobre la legalización del aborto. Así se vio en 2018, cuando la grieta entre pañuelos celestes y verdes tiñó la discusión que puso freno a la iniciativa lanzada por el actual presidente, Mauricio Macri.
Ahora, pocos minutos después de asegurar que apenas llegue a la Casa Rosada enviará al Congreso un proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, seguramente el presidente electo, Alberto Fernández, habrá tomado nota de que con esa iniciativa -polémica y sensible- ya generó el primer cortocircuito con el pontífice argentino. Justo en momentos en que el entorno del próximo mandatario avanza con la expectativa de gestionar antes de asumir una audiencia con el Santo Padre durante el viaje que Fernández hará a Roma.
Además de poner en evidencia el repentino cambio de posición del presidente electo, quien durante la campaña había declarado que la discusión sobre el aborto no era una prioridad ni una urgencia, el arzobispo "Tucho" Fernández usó las redes sociales para reclamar que no se siga jugando con la figura del Papa. Incluso, puso en duda –como el propio pontífice lo deslizó la semana pasada- una posible visita a la Argentina durante 2020.
"Dejen al Papa tranquilo", reclamó el arzobispo, que fue el hombre a quien el entonces cardenal Jorge Bergoglio nombró rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), designación que defendió con perseverancia durante tres años ante sectores conservadores en el Vaticano.
"Me llama poderosamente la atención que se piense que cada cosa que dice el Papa Francisco está pensada para la Argentina. Hoy es un líder mundial escuchado en todas partes, que incluso ha logrado enormes avances en la relación de China con el cristianismo, y en definitiva con Occidente", advirtió el arzobispo, en vísperas del histórico viaje que el pontífice emprenderá esta semana a Japón, previo paso por Tailandia.
Como si no bastaran los Fernández en la escena del poder local, el arzobispo de La Plata apareció para dejar en claro que si bien en el campo social hay espacio para que la Iglesia acompañe iniciativas como el prometido programa contra el hambre, cuyo lanzamiento contó con la presencia del titular de Cáritas y de varios sacerdotes que trabajan en villas y barrios populares, se puede esperar una fuerte resistencia en el debate sobre el aborto, a la que seguramente se sumarán sectores evangélicos y de otras corrientes religiosas.
En lenguaje coloquial, "Tucho" Fernández citó, incluso, el conocido tema "Era en abril", de Juan Carlos Baglietto, para recordar que se cantaba "era en abril el ritmo tibio de mi chiquito que danzaba dentro del vientre" y que "ahora dicen que es un conglomerado de células sin derechos".
En sectores eclesiásticos recuerdan con frecuencia que la relación del gobierno de Macri con la Iglesia empezó a mostrar flaquezas luego del lanzamiento del debate sobre el aborto, a lo que se sumó decididamente la debacle económica y social. Con esa experiencia aún fresca, algunas fuentes eclesiásticas esperan que el nuevo gobierno no ponga nuevamente en debate un tema que divide claramente a la sociedad argentina en medio de una fuerte crisis social.
En sus respuestas por las redes sociales, el arzobispo contrarrestó las críticas que recibe Francisco por quienes lo consideran populista. "Dicen que Francisco alienta la vagancia, cuando pocos como él insisten en que un objetivo fundamental de la política es que haya trabajo para todos, para que no hagan falta los subsidios. Parece que ni leyeron la única encíclica que él escribió (Laudato si) y que bastaría para entenderlo". Y contrastó el pensamiento del pontífice argentino con las expresiones populistas del exprimer ministro Matteo Salvini, en Italia, y de los presidentes Jair Bolsonaro, en Brasil, y Donald Trump, en Estados Unidos.
"Podemos estar codo a codo defendiendo los derechos sociales, buscando un país productivo e inclusivo. Pero es mi derecho decir lo que pienso sobre este tema, aunque sé que me expongo a una nueva catarata de descalificaciones, como me ocurrió cuando di la bienvenida a quienes venían al encuentro de mujeres en La Plata", señaló Fernández, el arzobispo.
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