Fernán Quirós. Meditaciones de un médico taoísta en medio de la confrontación
Los recuerdos de la pandemia; el giro de Alberto Fernández; su posible candidatura a jefe de Gobierno porteño; y la filosofía china para transformar la realidad
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Afuera arrecia la confrontación política sobre la superficie quebradiza de un país en crisis. En la oficina del ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, a metros de la Plaza de Mayo, sobrevuela una serenidad irreal. En un estante hay un libro: el Tratado de la Eficacia, de Francois Jullien, que reveló al mundo occidental los secretos del pensamiento chino para conseguir sus objetivos. En vez de imponer por una acción puntual, Jullien cuenta que la filosofía china sugiere dominar la realidad por el peso progresivo de la constancia, de la adaptación, impulsar las fuerzas existentes hasta que una tonelada de plumas termina por doblegar cualquier resistencia. Se nota que el libro fue leído varias veces.
La posibilidad de que Quirós sea candidato a jefe de Gobierno porteño se juega como una carta en un tablero mayor, atravesado por las internas de Juntos por el Cambio y al ritmo del deterioro acelerado del peronismo. Pero Quirós nunca se exalta, como si cada concepto de la filosofía de Jullien hubiera penetrado en su comportamiento. “No estoy enfocado en eso”, dice sobre su posible candidatura. Hay que indagar más profundamente para conocer la verdad.
Hubo un tiempo en que la presión fue peor. No se trataba de una candidatura. En ese momento acechaba la muerte y la posibilidad de un colapso. Entre abril y mayo de 2021, la Argentina enfrentó un rebrote virulento de coronavirus. Después de una cuarentena extrema, los peores presagios regresaban. “Era una sensación de incertidumbre, terminaba el día preguntándome si íbamos a ser capaces de atender esa magnitud de casos”, recuerda Quirós, ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. En mayo de 2021, el Gobierno había tenido que dar marcha atrás con medidas de flexibilización y reimplantar la cuarentena. Los sistemas de salud operaban al límite, con ocupación de camas de terapia intensiva por encima del 80%. El número de infectados había crecido 35% en las últimas dos semanas, a un ritmo de 30.000 casos diarios. Y ya había más de 70.000 muertos.
Era la prueba extrema. “Muchos terapistas dejaban la profesión para siempre –reconoce-, no había certezas sobre la forma de tratar las enfermedades pulmonares que generaba y aumentaba la mortalidad en terapia intensiva”. La presión se propagaba por todo el sistema de salud. Para los terapistas, no eran solo las horas interminables de trabajo, era la derrota permanente frente a las muertes sin fin, era la vida que se iba entre las manos todos los días. Como autoridad máxima de la Salud en la Ciudad de Buenos Aires, Quirós enfrentaba el agotamiento de los profesionales, el aumento de los casos y, al mismo tiempo, el quiebre de los acuerdos políticos con el gobierno nacional y la provincia. Se preguntaba cuánto tiempo más podrían atender la demanda, mientras la provincia de Buenos Aires culpaba a la Capital Federal por la irradiación de la enfermedad. Cuando reconstruye la pandemia, aquel abril y mayo de 2021 tras las escenas más oscuras. “Al principio, Alberto Fernández escuchaba mucho, buscaba acordar con todos, pero después cambió, se fue perdiendo; yo creo que fue una grave equivocación, porque toda la sociedad acompañaba”, recuerda el médico.
El cable a tierra
Durante el confinamiento, Quirós desempolvó una bicicleta fija, la instaló en un cuarto y la fatigó con desesperación. Ahora, cuando la presión escala, sale de su casa en San Fernando y corre por las calles de Tigre. “El cable a tierra es silenciar un momento ese ruido cotidiano en el cerebro, meditar, cambiar la dinámica”, dice.
Cuando mira hacia atrás, el ministro cree que habría que haber “aliviado” antes el confinamiento para evitar el daño psicológico que provocó la cuarentena y, sobre todo, el “deterioro cognitivo” en los chicos que perdieron las clases.
Quienes midieron a Quirós como candidato, como CB Consultora Opinión Pública, ratificaron que tiene una alta imagen positiva, por encima del 60%. Pero Horacio Rodríguez Larreta debe amalgamar una coalición atravesada por facciones y ambiciones en su camino para ser candidato a presidente. Y en ese juego, para conservar la unidad, la candidatura por la Ciudad de Buenos Aires puede convertirse en una prenda de cambio para compensar a otros sectores y liderazgos. De ahí que suene el nombre de Jorge Macri o Martín Lousteau, además del ministro. “Ahora no estoy enfocado en eso; hoy me veo como ministro”, repite Quirós como un mantra, cuando se le pregunta por la candidatura. Es una respuesta para evitar resistencias. Pero no implica que carezca de ambición.
El ministro está aplicando la filosofía del Tratado de la Eficacia en medio de la convulsión interna de Juntos por el Cambio. El autor del libro que descansa en la oficina de Quirós cita al filósofo chino Lao Tse, la idea de “actuar, avanzar, sin enfrentarse”. Nada describe tan bien ese concepto como la alegoría de la planta: “No hay que tirar los brotes de la planta para ayudarla a crecer. Pero tampoco abandonarla. Hay que liberarla de todo aquello que traba su desarrollo”.
- La salud también está cruzada por intereses, negocios en las compras de insumos, muchas veces atravesados por la corrupción, o sectores que frenan cambios porque viven de los problemas de ese mismo sistema.
- En la transformación del sistema sanitario no hay que imponer para conseguir cambios –responde Quirós-, porque se genera resistencia. De eso no se trata la autoridad. Hay que proponer algo para una enorme mayoría. Muchos sectores tienen una gran autonomía. Todos tenemos un lado bueno y un lado malo. Por eso hay que buscar denominadores comunes. Y creo que hay que aplicar lo mismo en la Argentina. No se construye una Nación con tensión permanente entre las partes, tiene que haber un compromiso global. Una visión mayoritaria. Todos decimos que la diversidad agrega, enriquece, pero después queremos imponer solo nuestra visión.
- No todos tienen esa idea en Juntos por el Cambio
- No creo. Yo aprendo mucho de las críticas.
- ¿También cuando desde la provincia de Buenos Aires lo acusaban de propagar el coronavirus desde la Capital Federal?
- Hay veces que las críticas nacen porque se está asustado, angustiado. Las agresiones no hay que responderlas, en algún momento cambian de dirección.
El método de construcción política de Fernán Quirós representa la antítesis de Javier Milei. No hay críticas al adversario. Nunca se enardece. Como Quirós y Milei fueran habitantes de dos planetas distintos.
- ¿Le tiene miedo a las consecuencias del fenómeno de Javier Milei?
- No, Milei no me asusta, tiene derecho a expresar sus ideas políticas. Las respeto, sobre todo como intelectual. Pero creo que no es el formato que la Argentina necesita. Hay que entender que la sociedad perdió confianza y busca algo diferente. Pero no hay soluciones categóricas para los problemas complejos. Yo creo en el debate, que no puede implicar la negación del otro. Tiene que incluir al otro, reconocerlo.
La apuesta por la moderación
Hay en las respuestas del ministro una similitud evidente con las palabras de Rodríguez Larreta, la estrategia de moderación que critican los sectores más duros de Juntos por el cambio, la idea de sumar adhesiones en vez de barrer con las ideas del adversario.
La moderación en medio de agitación también es intrínseca a la historia familiar de Fernán Quirós. Es el noveno de 10 hermanos. Su padre, médico, tenía el consultorio en la casa. Todo el tiempo deambulaban pacientes y, cuando los hermanos quedaban a solas, el consultorio se transformaba en un parque de diversiones secreto. Cuando se reúnen los Quirós, superan el medio centenar. “Todas las semanas tenemos un cumpleaños”, dice. La vida le entregó un entrenamiento para convivir con la multiplicidad de voces, una herramienta útil para sobrevivir a la inestabilidad de las coaliciones políticas.
Pero Quirós evita aludir a las diferencias internas. Dice que Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta tienen “talentos complementarios”. “Mauricio tiene capacidad para construir y acordar, y Horacio para bajar las ideas a políticas públicas concretas”. El médico se aferra a su filosofía en medio de la tensión interna de Juntos por el Cambio, al complejo desafío por llegar unidos a 2023, y frente a un peronismo agitado por la conflagración entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Afuera arrecian los piedrazos. No hay dudas. Pero Quirós echa mano a la filosofía china en busca de doblegar la resistencia con una tonelada de plumas.
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