Felipe González hizo una fuerte apelación al diálogo y al consenso ante ministros, jueces de la Corte, opositores, empresarios y sindicalistas
El expresidente del gobierno español criticó el populismo y pidió hacer concesiones para poder crecer; entre otros, lo escucharon Wado de Pedro, Manzur, Manes, Negri, Moyano, Daer, Rosenkrantz, Lorenzetti y Maqueda; también se reunió con Alberto Fernández, Macri, Larreta y mañana ve a Cristina
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Felipe González, expresidente del gobierno español durante cuatro mandatos, hizo hoy una fuerte apelación a favor del consenso político basado en su experiencia de gestión, particularmente a partir de la firma de los Pactos de La Moncloa, de los que fue parte hace 45 años. Su presentación -organizada por las cámaras empresarias nucleadas en el denominado “Grupo de los Seis”- convocó a representantes del Gobierno, la oposición, el empresariado, los sindicatos, la Corte Suprema y del diálogo interreligioso. González marcó lineamientos necesarios para construir el diálogo político, criticó el populismo y reivindicó el crecimiento económico con redistribución de la riqueza. “Dejen de gritar y pónganse de acuerdo”, instó a la dirigencia que lo escuchaba en los salones del hotel Alvear.
“Tienen que tomar decisiones para lo que tiene que hacer la Argentina en el gobierno siguiente al siguiente”, proyectó González en el inicio de la charla, que moderaron los periodistas Jorge Liotti (LA NACION) y Ricardo Kirschbaum (Clarín). El exmandatario español pidió, entre otras condiciones para establecer un diálogo político, definir cuestiones básicas, a las que se refirió como “las cosas de comer para un país”, y subrayó: “Vale más un acuerdo deficiente que una imposición de parte”.
En primera fila, escuchaban a González los ministros Eduardo “Wado” de Pedro (Interior) y Juan Manzur (jefe de Gabinete), sentados junto a sindicalistas como Héctor Daer y Hugo Moyano; separados por un pasillo, estaban también en primera fila los jueces de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Detrás de ellos se ubicó la delegación opositora, poblada de radicales, como Facundo Manes, Martín Lousteau, Luis Naidenoff y Mario Negri, junto al macrista Humberto Schiavoni. Por el radicalismo, también se acercó Ernesto Sanz. El gabinete nacional aportó también la presencia de Agustín Rossi (titular de la AFI) y de Silvina Batakis (presidenta del Banco Nación).
Según puntualizó el expresidente del gobierno español, “el populismo es dar una respuesta simple a un problema complejo y, además, señalar a un culpable de que eso no se pueda hacer”. Confrontó con lo que consideró “falacias permanentes” y dijo que una de ellas “es que el discurso como puñalada es el más aceptado por la sociedad”. Dijo que “la mayoría no está en eso, está [pidiendo] el ‘pónganse de acuerdo’”. Reivindicó entonces que “para que haya diálogo debe haber conocimiento del otro”.
“Si hay alguien que se atreve a hacer un discurso y lo dice con palabras como propuestas y no como puñales, tendrá un reconocimiento mayoritario entre los ciudadanos”, definió el exmandatario.
González partió de la recordación de lo que significó el Pacto de la Moncloa, en un momento en el que en España había terminado el franquismo y la situación económica era muy crítica, con una inflación del 26% y un desempleo del 25%. “El primer día de mi gobierno devaluamos 9,5% y subimos 25% los combustibles. No fueron buenas noticias. Para el gobierno era un desgate brutal. Pero pactar no significa dejar de competir ni ponerse de acuerdo en todo. Vale un acuerdo deficiente más que una imposición”, afirmó. Recomendó, al recordar parte de lo acordado en los Pactos de la Moncloa, “negociar [paritarias] por inflación prevista, no pasada”. Y sostuvo que “la inflación sigue siendo el peor impuesto a la pobreza”.
“Hay que superar la teoría de que primero hay que crecer y después redistribuir, porque antes de la redistribución hay una nueva crisis. Crecer y redistribuir es más justo y más sensato”, subrayó González. “Hay más gente que cree en el acuerdo que los que confiesan que creen en el acuerdo”, sostuvo. “Conozco gente que quiere un acuerdo y teme decirlo, teme la vigilancia del de al lado”, agregó en otro pasaje de su discurso. Una de sus recomendaciones a la dirigencia presente en su conferencia fue: “Midan la anchura de la grieta, no vaya a ser que en el medio haya más gente que en el enfrentamiento. Gobernemos mirándole la cara a la gente”.
Además de su mensaje en la presentación de esta tarde, González se entrevistó en los últimos días con los principales referentes políticos nacionales, tanto oficialistas como opositores, para continuar con su prédica a favor del diálogo y el consenso. Cenó anoche con el presidente Alberto Fernández, y también se reunió con Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. Según pudo saber LA NACION, tienen agendado un encuentro con Cristina Kirchner que se realizará mañana.
La convocatoria en el Hotel Alvear atrajo a protagonistas diversos. En la previa, entre copas de jugo, café y bocaditos dulces, se armaron improvisadas charlas entre sindicalistas como Armando Cavalieri (Comercio), José Luis Lingeri (Aysa) y Sergio Romero (Unión de Docentes Argentinos), que cruzaron saludos con dirigentes de empresa. Hugo Moyano estuvo entre los que charlaron animadamente con periodistas y con gremialistas como Juan Carlos Schmid, o Rodolfo Daer (Alimentación).
También participaron economistas como Martín Redrado y Carlos Melconian, diputados como Alejandro “Topo” Rodríguez y empresarios como Gustavo Grobocopatel, Alejandro Bulgheroni y Eduardo Elsztain. Además, estuvieron presentes los representantes de los grupos que organizaron la charla: Daniel Funes de Rioja (UIA), Nicolás Pino (Sociedad Rural Argentina), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio de Buenos Aires), Javier Bolzico (Adeba), Eduardo Eurnekian (Cámara de Comercio) y Gustavo Weiss (Cámara Argentina de la Construcción).
El exmandatario español señaló que la Argentina “tiene que tener decisiones estratégicas” en temas como Vaca Muerta o la explotación del litio. Al ser consultado sobre los tiempos electorales que apremian en la política a la hora de hacer acuerdos, indicó: “Hay que gobernar como si no hubiera elecciones, pero intentando ganarlas”.
González pidió no perder tiempo. “En junio de 1977 fuimos a las urnas [en España]. En septiembre y octubre estábamos sentados para negociar los Pactos de la Moncloa”, rememoró. No obstante, aclaró que “si se ponen a correr para recuperar el tiempo perdido, en la primera curva van a salir de la carretera”.
González recomendó a los dirigentes actuar con “pragmatismo” y marcó un contexto internacional favorable a los países de América Latina. “Los efectos de la guerra ya han cambiado la geopolítica. El cambio geopolítico afecta positivamente a la recolocación de América Latina en el mapa global”, opinó.
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