Federico Sturzenegger expuso ante empresarios, defendió el veto de Milei y apuntó contra las “tres castas”

Casi dos meses después de asumir el cargo de ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger fue hoy el invitado estrella al almuerzo de trabajo organizado por la Fundación Mediterránea, en el hotel Alvear.

En una mesa compartida con el exministro de Economía Domingo Cavallo, el extitular de Anses Osvaldo Giordano, y el exsenador y titular de Aceitera General Deheza, Roberto Urquía, uno de los ministros más elogiados por Javier Milei disfrutó de la entrada de causa limeña de langostinos y el plato principal, rilletes de cordero, antes de dirigir un mensaje durante poco más de una hora a un conjunto de empresarios y dirigentes de la fundación.

En una mezcla de stand-up, con bromas, ejemplos y lecturas del Boletín Oficial, y una exposición general de su misión y la del gobierno libertario, Sturzenegger desgranó su visión de lo avanzado en su área. Puso especial énfasis en las “capas geológicas de desregulaciones”, cuyo origen dató en el gobierno militar que en 1966 inició Juan Carlos Onganía, y en su pelea frontal contra las “tres castas”: el sindicalismo, el empresariado (”no todos”, especificó) y el partido peronista, “el partido del status-quo”, definió. Coincidió con Milei en que había que vetar la ley de mejora de jubilaciones y calificó de “infantil” esa norma, al comparar al Congreso con “un chico que pide a sus padres comprame esto, comprame lo otro”, y detalló que si el Parlamento “quiere gastar, tiene que decir de dónde se saca la plata”.

Con su padre, el economista Adolfo Sturzenegger, sentado en una de las mesas cercanas, el ministro elogió varias veces a Cavallo. “Mingo para nosotros es un prócer”, elogió Sturzenegger, antes de ingresar en su visión del funcionamiento de la economía. “Argentina ha acumulado capas geológicas de reglamentación” afirmó, y agregó que “está sobrediagnosticada”, por lo que le pidió a los empresarios que le informen “las regulaciones que les molestan” para intentar corregirlas.

En tren de hacer historia, afirmó que “la Argentina está en problemas hace mucho tiempo”, y precisó el punto de inflexión “con Onganía, que transformó en ley todo un conjunto de regulaciones que todavía estamos sufriendo”. Apuntó al “triángulo de las Bermudas” que se consolidó a partir de allí, “con la casta sindical, la empresaria (“somos una de las dos economías más cerradas del mundo”) y el partido peronista, el administrador de la casta, en el país del status quo”. En ese sentido, coincidió con Milei en que se trata de un “modelo empobrecedor”, y recordó que “cuando llegó Onganía, Argentina era más rica que España, hoy tenemos un 50 por ciento de pobres. Fuimos nosotros, nuestra generación, y somos responsables de cambiarlo entre todos”. También arriesgó que “en Argentina, el robo está institucionalizado”, y dio como ejemplo el sector de la pesca, con escasos tributos en comparación con la soja, “que paga un 35 por ciento de retenciones”.

“Es un gobierno que está en acción, y en el Boletín Oficial de hoy puede verse”, dijo Sturzenegger. Más adelante detallaría que en la edición de hoy, el boletín contenía medidas clave como la devolución del Impuesto País, el veto presidencial a la ley de jubilaciones. “Eligió un veto total y frontal, para dar un mensaje contundente: no habrá concesión en el equilibrio fiscal”, dijo el ministro. Lo escuchaban, entre otros, el exgobernador de Neuquén Omar Gutiérrez y el legislador porteño Yamil Santoro.

“Javier es una persona con una convicción...nunca vi nada igual, y eso que he trabajado con Domingo”, bromeó el ministro, antes de elogiar el “un liderazgo extraordinariamente generoso, porque el Presidente elogia a los ministros tanto en público como en las reuniones de gabinete”. También detalló que “hay mucha coherencia ideológica en el Gobierno, cuando hablamos con los ministros y funcionarios estamos en líneas generales de acuerdo con lo que les pido”. Pareció contestarle a las críticas del expresidente Mauricio Macri, cuando afirmó: “Si hay algo que caracteriza a este gobierno es la gestión”.

Pidió a los periodistas “cuantos ejemplos hay de caída del gasto del 30 por ciento” a nivel mundial. “No hay ningún otro caso, salvo en momentos de guerra”, elogió. “Todo peso que el sector público gasta, es un peso que los empresarios tienen que poner”, afirmó. Sostuvo que “hay que conectar la motosierra con la baja de impuestos”, y para acallar rumores de disidencia con el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó: “Todo esto lo logró el ministro Caputo con el presidente Milei”. Un rato más tarde se excusó de que le hicieran preguntas sobre macroeconomía, porque “ese es el terreno del ministro Caputo”.

Elogios al gabinete

Sturzenegger dijo que con la titular de Seguridad, Patricia Bullrich se redujeron “un 70 por ciento de caída de homicidios en Rosario”, y que se acabaron los piquetes por la gestión de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, “Nos devolvió en algún sentido la libertad de circular por todo el país”. También elogió la política exterior, al afirmar que “estábamos en Brics con Rusia, con Irán, y el Presidente ha generado un realineamiento con las democracias occidentales, en defensa de Israel, que es muy bueno para el país”.

Expresó su deseo de que “las municipalidades y las provincias tengan que poner la cara y digan a la gente, te quiero cobrar eso, que no se esconda detrás de una boleta de luz”, en referencia a los tributos incluidos en las facturas de servicios públicos. “Vamos a distinguir en las facturas de los supermercados cuales son los impuestos que se pagan. Para que la gente entienda que los precios son en realidad la mitad o menos, que hay un margen en el medio”.

Y elogió la reforma laboral incluida en la Ley Bases y aun no reglamentada, porque “no es ni pro trabajadores, ni pro empresarios, es algo que beneficia a ambas partes”. Explicó que el fondo de cese, al estilo del que funciona en la Uocra, con una indemnización individual, “es sólo una opción”, y que cada empresa podrá tener libertad para decidir la modalidad en relación a indemnizaciones por despido.

“Argentina es uno de los países con más dumping del mundo. !Tenemos industrias con anti-dumping hace cuarenta años. Pucha, como les cuesta eh!”, criticó. “Tenemos que animarnos a competir”, detalló, antes de irse a la Casa Rosada a trabajar, según dijo, en quitar las regulaciones para el mercado de venta de obras de arte.

Sebastián Bagó, vicepresidente de la sede porteña de la fundación, había sido el encargado de dar la bienvenida. Habló de “renovar el compromiso con los valores de la fundación, enfrentar la coyuntura”. Seguidamente, Giordano, presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la fundación, describió como “desafiante” la situación actual. Puntualizó sobre los “muchos cambios, cosas que nunca habían pasado en la Argentina”, que se dieron desde que Milei asumiera la presidencia. “En la historia hubo acuerdos, pero sosteniendo malas políticas, un Estado tremendamente ineficiente y deficitario”, dijo Giordano.

Apuntó como un “triunfo” de Milei haber ganado la “batalla cultural” y “convencido a los argentinos que el problema está en la mala organización del sector público. Que no se puede gastar más de lo que se tiene, y administrar mejor los fondos públicos”. También destacó el “plan de estabilidad”, la baja de la inflación, y la posibilidad de haber logrado ir “del déficit fiscal crónico al superávit”, a través del “ajuste fiscal más grande de los últimos 65 años”. Destacó, además, que “el gasto público vuelve al nivel de la década del noventa”, y le aclaró al propio Sturzenegger, que preguntó desde su asiento, que se trataba de una estimación anual.

En relación a las dudas sobre el plan, Giordano dejó planteadas “el ritmo de las reformas”, muchas de las cuales fueron anunciadas en el Pacto de Mayo firmado en julio por la mayoría de los gobernadores. “Se requieren de leyes aprobadas por el Congreso, son tantas y tan variadas que estaría bueno ver qué está pensando el Gobierno para abordarlas”, dijo. Sturzenegger recogió sus inquietudes, aunque no todas las incógnitas quedaron resueltas.

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